EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Quién defiende el interés general de los guerrerenses?

Juan Angulo Osorio

Agosto 21, 2006

El gobernador Zeferino Torreblanca dijo ayer que es “falso de toda falsedad” que el candidato presidencial del PAN, Felipe Calderón, se haya reunido con él, como lo dijo en su noticiero de Radio Fórmula José Cárdenas, y fue destacado aquí en El Sur en la edición del fin de semana.
No abundó el gobernador en el tema, y es de esperarse que su eficiente director general de Comunicación Social haga la aclaración pertinente en el noticiero que se transmite en cadena nacional de lunes a viernes de las 6 de la tarde a las ocho de la noche.
Por cierto que el gobernador se la pasa de aclaración en aclaración, y de respuesta en respuesta simplemente para ganar tiempo, rezando porque la resistencia civil que encabeza Andrés Manuel López Obrador se desinfle. Si sucede lo contrario sabe que vivirá en el peor de los mundos posibles, pues llegarará el momento en que ya no podrá hacerse a un lado con retórica disfrazada de defensa de unos principios muy suyos.
Que no entiende lo que se le está demandando lo volvió a demostrar ayer el gobernador. Dijo que “mal haría” en ir al Distrito Federal a encabezar marchas de apoyo a López Obrador. Incapaz por su formación para el debate político, Torreblanca siempre tiende a responder a sus críticos con generalizaciones, descalificaciones y ataques. Nadie le ha pedido que vaya a encabezar marchas a ningún lado. Solamente se le han pedido definiciones políticas claras, y que marche simplemente, aunque no encabece nada, pues además las asambleas informativas a las que se le ha invitado se celebran en domingo, su día de descanso. Puede ir enmedio del contingente de Guerrero, si quiere, no necesariamente adelante.
López Obrador está convocando para el 16 de septiembre a una convención nacional, que llama democrática, y en la que espera la asistencia de un millón de delegados. Ya dijo el gobernador que tampoco a esa reunión –que López Obrador califica de histórica–asistirá. ¿Convocará al menos a una reunión de todos los funcionarios bajo su mando que simpaticen con el movimiento para que de allí salga un delegado, aunque no sea él? La reunión puede celebrarse un domingo, y en ella los asistentes discutirían la posición del gobierno democrático de Guerrero que llevarían a la convención.
En otra de sus aclaraciones, el gobernador ha dicho que si toma partido perderá autoridad moral para sentarse “con los otros actores políticos”. Pues yo creo que tendría la calidad moral de un gobernador que sabe ser leal con sus electores y con quienes contribuyeron a que consiguiera la candidatura del PRD.
Además, los “otros actores políticos ¿quienes son? Pues los adversarios del PRD y de López Obrador. ¿Cree el gobernador que aquellos ven con respeto su ambigüedad? ¿No será más bien que festejan que la postura del gobernador debilita al PRD y a López Obrador, es decir, a sus adversarios políticos?
También ha dicho el gobernador que su deber es armonizar a los guerrerenses, como si los perredistas y los ciudadanos no perredistas que se sienten agraviados con su actitud no fuesen guerrerenses ¿Cree que éstos ven bien que tome distancia de López Obrador, cuando votaron mayoritariamente por él en las elecciones del 2 de julio como lo hicieron un año antes por el ex alcalde de Acapulco? Todavía más, se ha atrevido a decir que sólo lleva a la práctica las tesis que aprendió en el PRD como “ser un gobernador para todos los guerrerenses”. En la situación excepcional que se vive ahora actuar como el gobernador de todos los guerrerenses ¿no debiera implicar una actitud firme en defensa del voto libre, la primera institución de una democracia? ¿No es esta la postura que más conviene al interés general de los guerrerenses? Pero como se observa, para el gobernador no hay ninguna crisis política en el país, ni siquiera en ciernes, y por eso prefiere escudarse en frases hechas, esperando que todo vuelva a la normalidad.
Ayer, por ejemplo, para justificar su inasistencia a la convención nacional del 16 de septiembre, dijo que su lugar está aquí donde hay pobreza, ejecuciones y marginación.
Pues, según López Obrador, si se impone a Felipe Calderón en la Presidencia habrá más pobreza y más ejecuciones, pues las organizaciones del narcotráfico seguirán teniendo tierras donde cultivar –porque el campo seguirá abandonado por los neoliberales– y jóvenes desesperados y sin empleo de donde reclutar lo mismo a sicarios que a transportadores y vendedores de sus drogas.
¿Cómo se vería un titular “Los cinco gobernadores del PRD se unen a la resistencia civil”? ¿Cómo una muestra de debilidad del movimiento, o como una muestra de su fortaleza? ¿Y un sumario, que dijera: “Mantendrán las relaciones institucionales con el gobierno federal para la aplicación de los programas. Limitarál al mínimo sus reuniones con Fox y le sugerirán que evite hacer giras por sus estados”? ¿A poco lo van a ver mal sus gobernados? ¿A qué congruencia se refirió el gobernador cuando ayer dijo que ese es uno de sus principios?

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La secretaria de la Mujer, Rosa María Gómez Saavedra ha salido en defensa del comportamiento del gobernador. Para mostrar su lealtad, dijo que no ve en su postura ninguna ambigüedad, que es la palabra usada por el ex alcalde de Acapulco Alberto López Rosas para criticar a Torreblanca.
Luego, ella también descalifica a quienes proponen que los funcionarios participen en la resistencia civil. “No podemos dejar nuestras oficinas y andar con las matracas”, dijo Gómez Saavedra al reportero Jesús Saavedra (ver El Sur del viernes pasado).
¿Quién les he pedido eso? Ya pasaron 22 días del megaplantón en el Distrito Federal y es hora en que los funcionarios perredistas del gobierno del estado no han llamado a una conferencia de prensa (en domingo), o emitido un boletín o financiado un desplegado público para exponer claramente su posición ante el movimiento de sus compañeros. Que digan allí esto y lo otro. Que los guerrerenses que votaron por su jefe –casi 600 mil– conozcan su posición. ¿Qué gana la democracia con que los funcionarios perredistas se cooperen para alquilar uno o más camiones para llevar gente al Distrito Federal? Ganaría más tener “en esa trinchera” –como dice Rosa María– a funcionarios que con sus dichos y sus hechos demuestren que están trabajando para hacer un gobierno distinto a los anteriores.
Pero ni una ni la otra cosa. Dice la secretaria de la Mujer en la nota mencionada que Torreblanca “está asumiendo la postura de cualquier gobernador”. Muchos en Guerrero creíamos que, después del triunfo histórico del 6 de febrero de 2005 no tendríamos a “cualquier gobernador”, sino a uno comprometido con el avance de la democracia y con la promoción de los intereses de los más pobres. De los otros gobernadores ya hemos tenido muchos, y por eso Guerrero está como está.
Encarrerada, Gómez Saavedra dijo que antes los perredistas criticaban a los gobiernos priístas porque los funcionarios dejaban sus oficinas para participar en actividades partidistas. Hay allí una gran confusión, estimulada por la filosofía del gobernador. Hasta donde se sabe, no se está pidiendo a los funcionarios que participen en una lucha partidista, pues la campaña electoral ya terminó. (Entre paréntesis, entonces creo que tampoco se les pidió que desviaran recursos públicos para los candidatos de la coalición Por el Bien de Todos, ni que hicieran campaña por ellos, sino que hicieran un buen gobierno. No se consiguió la meta de 700 mil votos, e incluso López Obrador tuvo menos votos que Zeferino lo que dice que éste es más popular que el tabasqueño, o más bien que no se ejerció el buen gobierno que se esperaba. Pero el análisis de los resultados electorales no es el tema ahora). López Obrador dice que el 2 de julio se consumó un gran fraude electoral; que está en riesgo la vigencia de la democracia en México; que una minoría de políticos y empresarios privilegiados quiere seguir mandando en el país sin ver por los demás. Que se vive, pues, una situación histórica excepcional. ¿Es correcto llamar a esto una lucha partidista?
Ni modo. Los funcionarios que llegaron a sus cargos gracias a las luchas democráticas que tantas vidas han costado en Guerrero tienen que trabajar en sus puestos y bien; actuar como auténticos servidores públicos, pelear por que el gobierno en el que participan tenga una orientación popular. Y, además, en sus ratos libres, tienen que participar en la resistencia civil a la que los está convocando el que se supone es su dirigente principal, y el partido al que pertenecen. Ya verán cómo le hacen para cumplir aquí y allá. Así lo demanda el interés general de los guerrenses.