EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

“Quieren matar a nuestros hijos a punta de mentiras”

Tlachinollan

Abril 07, 2016

Como madre de familia, quiero decir que el señor (Eber) Betanzos y el tal Ricardo Damián no tienen palabra. Son tramposos y mentirosos. ¿Qué confianza les podemos tener a esos señores que no respetan los acuerdos que tuvieron con el GIEI? ¿Qué calidad pueden tener esas personas que platican en lo oscurito para leer una noticia falsa? ¿Por qué no tuvieron el valor de hablar antes con nosotros y con el GIEI y por qué sí tuvieron el descaro de sentarse frente a las cámaras para leer un documento que no decía la verdad y que tampoco llevaba la representación de todos los especialistas?
Eso es lo que me enoja y me lástima, porque se ve que actúan con mala intención. Porque se nota que quieren crear más problemas. Sobre todo quieren confundir a la gente que no conoce cómo están las investigaciones del basurero. Me preocupa mucho porque mi familia y la gente que ve la televisión creen que el gobierno ya comprobó por segunda vez que nuestros hijos fueron quemados en el basurero de Cocula.
Luego se vio que la intención no era sana cuando el señor Ricardo leyó el boletín, porque luego se pararon y no permitieron que los periodistas les hicieran preguntas. Se notó que era otra su jugada. Lo que dijeron fue para darles alas al gobierno y a todos los periodistas que trabajan con él. Varios de los reporteros nada más querían oír algo que se pareciera a lo que ya dijo Murillo Karam, para difundir a su modo que sí hubo quemazón en el basurero dando por hecho que ahí quemaron, ya no a 43, sino a 17 de nuestros hijos. Luego sentimos como varios periodistas del gobierno se esmeran para hacernos sufrir y en hacer negocio con nuestro dolor.
Esos señores (Eber y Ricardo) trabajan para quedar bien con sus jefes. No les importa la verdad. Con esta trampa que hicieron, se notó a leguas que quisieron revivir la verdad histórica del señor Murillo Karam. Ese boletín que leyeron luego se ve que lo hicieron otros, porque no se ve que sea de unos especialistas o de gente que dice que es científica. No fue lo mismo escuchar el informe de los antropólogos argentinos (EAAF) que con mucha seriedad y con mucho cuidado informaron paso por paso lo que encontraron en el basurero de Cocula. Lo que dijeron fue con pruebas, con fotos y con información de otras instituciones. Tampoco dijeron cosas que no se pueden probar. Los argentinos dijeron que sí hubo fuego, pero que los días 26 y 27 no estuvo registrado un fuego grande. Ellos mismos presentaron en las fotos las ramas y tronquitos que no se quemaron como prueba de que la lumbre que hubo no fue tan grande como dijo Murillo Karam y ahora Ricardo.
Se me grabó mucho cuando en su informe los del EAAF dijeron que en el basurero tenían registrados muchos fuegos, desde antes del 26 de septiembre. Fueron muy responsables porque de esa información no dijeron que uno de esos fuegos podría estar relacionado con la muerte de nuestros hijos.
Sobre los 17 cuerpos que mencionan en el boletín, ya lo sabíamos. El EAFF nos lo informó pero fue muy claro al explicarnos que no contaban con pruebas para decir a quiénes pudieran corresponder los restos humanos que encontraron en el basurero de Cocula, mucho menos saber el tiempo que han permanecido en el lugar. En todo su informe los peritos argentinos nunca se atrevieron a decir lo que dijo el señor Ricardo, de que en el basurero de Cocula nuestros 43 hijos pudieron ser quemados, tal y como lo declararon los detenidos.
Nosotras, como madres no lo aceptamos. No nos imaginamos cómo un señor que se dice científico afirme estas cosas a la ligera. No se ve que sea una persona seria. No sabemos cómo lo escogieron ni quién lo escogió. Sería bueno investigar cómo se lleva con la gente del gobierno, para saber qué intereses tiene. A nosotras no nos da nada de confianza, nomás por la forma como dice las cosas. No le importa el daño que está haciendo, no sólo a nosotras como mamás, sino a mucha gente buena que quiere saber dónde están nuestros hijos.
El coraje que nos dio es que nomás llegaron, se sentaron leyeron y se fueron. Lo hicieron como si fueran pericos que nomás repiten las palabras que otros les dicen y que ya no saben responder lo que les preguntan. Es muy triste que haya personas que se presten para hacer el mal, que estén acostumbradas a hacer las cosas para hacer daño a la gente. Ellos nunca imaginan que les puede pasar lo mismo. Creen que porque están con el gobierno no les puede pasar nada a sus hijos. Nosotras no queremos que a nadie le suceda lo que nos pasó a nosotras. Por eso queremos que el gobierno investigue bien, que no diga mentiras y que entregue a nuestros hijos. Esos señores nomás tiraron el buscapiés para ver a quién lastimaban, y se escondieron.
Como padre de familia también quiero decir que cada vez que el gobierno sale a dar una noticia, luego nos imaginamos que es para golpearnos, para decirnos que nuestros hijos fueron asesinados y quemados. No son noticias que nos informen sobre los avances de las búsquedas o sobre cómo van las nuevas líneas de investigación. Esto no es noticia, es pesar, es causa de conflicto, porque no hay avances serios de las autoridades. Lo que sí es noticia para el gobierno es todo lo negativo que puedan encontrar sobre nuestros hijos, todo lo que puedan escuchar de nuestras conversaciones en nuestros celulares para decir que andamos chuecos, que somos delincuentes.
Desde que el GIEI demostró con pruebas científicas que la verdad histórica del ex procurador no tenía sustento, empezó la campaña de golpeteo contra todos ellos. Últimamente se están yendo contra nuestros abogados y ya también se están metiendo con nosotros. El gobierno, en lugar demostrarnos que está comprometido con la verdad, en los hechos se ha empeñado en construir mentiras y en atacarnos. No sólo trabaja con falsedad sino que ha armado una estrategia para desacreditar todo lo que decimos y hacemos. Nos cerca en varios frentes y busca debilitarnos. En este cierre de la segunda etapa, vemos cómo el gobierno está a la ofensiva, fijando posturas que polarizan, haciendo declaraciones que nos ofenden y nos hacen aparecer como padres que queremos lucrar con nuestros hijos.
Lo del boletín que leyeron, vemos claramente que el gobierno pretende fabricar una gran mentira y acallar de una vez por todas nuestro justo reclamo de que nuestros hijos nos los entregue. Esta rueda de prensa es parte de la campaña que el gobierno ha implementado contra el GIEI. Va cerrando la pinza para que a los expertos se les haga aparecer como un grupo que generó muchos gastos y que no entregaron resultados, que sólo vino a estropear el trabajo de la procuraduría. El incidente no es menor, por el contrario es un punto de quiebre, porque quiere hacerlos tronar. Por eso para nosotros el contenido del documento que leyó Ricardo no tiene relevancia, además de que no dice nada serio, porque son afirmaciones sin sustento, su posición es política, no es una postura científica. El señor se presentó no como científico sino como político, porque el documento no contiene datos, ni pruebas que sustente su dicho. Por eso luego se levantaron, porque les iba a llover de preguntas y cuestionamientos. Eso no es una postura que hable bien de un científico ni de un funcionario federal que supuestamente está para hacer investigaciones con sustento científico en favor de las víctimas. Fue más bien un show que nos ofende, porque no estamos para escuchar a gente que le gana más el interés político que el compromiso por la verdad científica.
El gobierno se nos quiere venir encima con todo, por eso no se tienta el corazón para ofendernos, para decir con toda la crudeza posible mentiras sobre el basurero de Cocula. Quiere que desfallezcamos. Ya de plano nos ha declarado la guerra, porque no respeta los acuerdos que tomamos con toda formalidad y mucho menos en las reuniones que tenemos vemos que haya avances en la investigación, mucho menos en la búsqueda. Eso nos pega muy duro en nuestra dignidad como personas que llevamos 18 meses buscando a nuestros hijos.
El gobierno con el poder que tiene trata de destruirnos, de cercanos por todos los medios y de debilitarnos para que seamos presa fácil de sus intereses. Su mayor anhelo es vernos divididos, por eso empieza a meterse en lo que platicamos y a atacar a compañeros que tienen mayor presencia. Nuestra esperanza es encontrar a nuestros hijos, y ésta es la que nos mantiene fuertes y la que nos ha permitido vencer todos los obstáculos. Con nuestras fuerzas y el apoyo de la sociedad, el GIEI, el EAAF, la CIDH, la ONU y nuestros abogados, hemos podido echar abajo las mentiras del gobierno. Así seguiremos peleando porque las autoridades lo único que quieren es matar a nuestros hijos a punta de mentiras.