EL-SUR

Sábado 20 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Quinto Congreso Nacional Extraordinario

Arturo Martínez Núñez

Agosto 21, 2018

El pasado domingo se llevó a cabo el Quinto Congreso Nacional Extraordinario de Morena en la Ciudad de México. Desde las ocho de la mañana, miles de congresistas hicimos largas filas para poder ingresar a las instalaciones del Deportivo Azcapotzalco que fue designado como recinto para el evento. Largas mesas se dispusieron para el registro en donde los encargados de la organización verificaban que el nombre de las personas apareciera en el listado que tenían.
En el ambiente se sentía la satisfacción por haber alcanzado el triunfo en el pasado proceso electoral de julio y al mismo tiempo, la enorme responsabilidad de lo que significará ahora ser gobierno a partir del 1 de diciembre.
El Congreso Extraordinario de Morena fue una gran analogía del momento histórico que vivimos: una organización joven, poco profesionalizada y poco eficiente, tratando de darle conducción a un movimiento popular, extenso, intenso y con altas expectativas de cambio.
Morena enfrenta el tremendo desafío de crecer y de ensancharse preservando al mismo tiempo sus principios y su doctrina; tiene el dilema de tener apertura para recibir a todos aquellos que pretendan sumarse al movimiento y al mismo tiempo estar vigilante de que la entrada masiva de personas con ideas diferentes no descarrile el rumbo político del movimiento.
Carlos Castillo Peraza expresó en su momento reservas similares cuando el PAN se alzó con el poder en el año 2000. El dilema era “ganar el gobierno sin perder al partido”. Es evidente que el PAN no tuvo éxito. Doce años después de hacerse con el poder, perdieron el gobierno y perdieron el partido. Por eso Morena debe de aprender de los errores de otros e intentar caminar junto con el gobierno pero sin convertirse en un apéndice de éste, sino más bien en un acompañante permanente, en una guía moral que señale de manera permanente y fraternal cada vez que el gobierno pierda el rumbo o se desvíe de la ruta trazada.
El Quinto Congreso aprobó cambios menores en la vida interna de Morena y acordó la creación del Instituto de Formación Política que será fundamental en el crecimiento del movimiento. Escuchemos a López Obrador: “Lo que hizo triunfar a Morena fueron los principios, la congruencia… Si ponemos siempre por delante los ideales, los principios, no nos va a pasar lo que ha pasado con otras organizaciones políticas que han puesto por delante el interés de grupo. Por eso necesitamos la formación política. Sobre todo trabajar mucho con los jóvenes, con las nuevas generaciones, porque vamos a entregar la estafeta y esto que ya construimos lo tenemos que cuidar”.
Morena puede y debe de ser un partido moderno, dinámico, flexible y con reflejos veloces; tiene que tener cuadros bien formados, democracia interna efectiva y vida institucional apegada a la legalidad. Debe de tener mecanismos para dirimir las diferencias internas entendiendo que el disenso no significa traición y que la critica no significa claudicación.
Morena debe de seguir construyéndose de abajo hacia arriba. Morena tiene que tener métodos claros, transparentes y permanentes para elegir candidaturas. Tiene que permanecer en contacto permanente con sus grupos legislativos y servir de correa de transmisión de la obra del gobierno.
Morena es el partido que ganó las elecciones pero no debería de ser partido-gobierno como lo fue el PRI durante tantos años. El partido debe dictar la línea política y el gobierno hacer que las ideas se conviertan en proyectos realizables. No todos los miembros del gobierno deben de ser militantes de Morena pero sí deben de estar obligados a cumplir sus lineamientos y principios.
Sigamos construyendo un partido cercano y al servicio de la gente. Hagamos un gobierno que nos permita mantener el poder sin perder al partido. Que los principios, la congruencia y los valores se impongan. Que exista disciplina estricta y libertad absoluta. Que todos los militantes valgan lo mismo. Que los aparatos y la nomenklatura nunca estén por encima de los comités y de los militantes.