EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Quinto mundo

Juan Angulo Osorio

Enero 27, 2004

 

 La Montaña y la Costera

 

Los cuatro niños de 3 a 6 años que murieron por intoxicación en Laguna Seca, en La Montaña de Guerrero tal vez se hubiesen salvado. Pero la casa de salud de ese poblado no tenía medicinas ni personal calificado para reaccionar ante una emergencia, y en el hospital de Tlacoapa –a una hora de pésimo camino– tampoco tenía medicamentos ni el instrumental adecuado para practicar un lavado de estómago. Allí, que es una cabecera municipal, tampoco se contaba con una ambulancia para trasladar a los pequeños a Tlapa –a dos horas y media de malísimo camino–, hasta donde alcanzaron a llegar con vida los tres niños que sobrevivieron a la ingestión de galletas rociadas con algún pesticida.

Se trata ésta de una historia típica del Quinto Mundo, como lo son las versiones sobre el trágico acontecimiento. Según el Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena, un desconocido dio las galletas a los niños de Laguna Seca, una comunidad que pelea tierras con sus vecinos, que se tiene que movilizar para conseguir algún pequeño servicio público y que ha declarado su simpatía por la lucha del EZLN. Según el bando contrario, un empleado de la tienda de Diconsa –un pequeña casa de adobe– tiró las galletas a la basura y éstas contenían tal vez veneno que se usa para proteger de plagas el maíz y el frijol que allí se almacena.

Otra vez un conflicto por la propiedad de unas tierras, o una acción para dividir y atemorizar a las comunidades que resisten, o simplemente la ineficiencia.

A todo eso conduce la prevalencia de un modelo de desarrollo excluyente, al servicio del cual se colocan los políticos y gobernantes, que sólo saben ver hacia las necesidades de los de arriba. El gobernador priísta de Guerrero –secundado por el alcalde perredista de Acapulco– ha anunciado 200 millones de pesos iniciales para un segundo piso a la Costera en la zona que sólo visitan los ricos, que son pocos pero tienen dinero. Los pobres sí, son muchos, pero no cuentan. Síganle por ahí.