Marcial Rodríguez Saldaña
Marzo 01, 2024
Los daños causados por el huracán Otis al sector educativo de Acapulco y de Coyuca de Benítez fueron devastadores, comenzando por las y los docentes, trabajadoras/es, directivos, estudiantes, madres y padres de familia, quienes padecieron las horas aciagas del huracán –de temor, angustia y desesperación– y sus efectos en la destrucción de gran parte de su patrimonio y luego las afectaciones a las instalaciones educativas, que son el segundo hogar de todas y todos, donde docentes, personal administrativo, directivo, estudiantes y sus progenitores o tutores se encuentran para convivir, para hacer vida en sociedad, contar sus historias de cada día, compartirlas y retroalimentarse unos a otros.
1.- El proceso de reactivación y rehabilitación ha sido progresivo, conforme a las condiciones generales de cada centro educativo. Los directivos, docentes, trabajadoras/es, madres y padres de familia, con un profundo espíritu solidario, comenzaron a realizar la limpieza de las escuelas, nos tocó asistir a estas actividades, incluso de limpieza ruda en donde padres de familia y docentes usando motosierras cortaban y limpiaban los árboles caídos que obstruían el acceso o el transito al interior de las instalaciones escolares. Por su parte el gobierno federal y del estado han hecho lo propio, con brigadas de limpieza ruda, los censos de todas las escuelas, la entrega de casi medio millón de nuevos libros de texto gratuitos, el programa impulsado por nuestra gobernadora Evelyn Salgado Pineda –de uniformes gratuitos para estudiantes de primaria y secundaria–, el apoyo con material de limpieza para todas las instituciones, el trabajo psicosocial en coordinación con el DIF nacional, estatal y la Comisión Nacional del Deporte.
2.- Las afectaciones a las instalaciones educativas fueron diferentes. En el caso de la zona urbana y suburbana de Acapulco, fueron mayores; en el caso de la zona rural fueron menores, así como en la cabecera municipal de Coyuca de Benítez y la zona rural, aun cuando en este municipio, los daños a las viviendas –en donde se incluye al sector educativo– sí fueron graves, incluso se tuvieron que instalar albergues en algunos centros educativos, en donde había estudiantes cuyas familias no tenían vivienda.
En razón de que de inmediato a que ocurrió el huracán, recorrimos las escuelas y ahí constatamos la difícil situación en que se encontraban, así como la familia educativa, en condición de damnificados, con sensibilidad y prudencia esperamos el tiempo suficiente para convocar a reanudar clases en las escuelas en donde no hubiera ningún riesgo para la comunidad educativa. Es así, que las escuelas ubicadas en la zona rural de Acapulco, fueron las primeras en reanudar labores, y así progresivamente, en la medida de que las condiciones de seguridad lo fueron permitiendo, hasta que hoy la inmensa mayoría está en clases presenciales y las otras en clases virtuales.
3.- En este proceso, hemos tenido el apoyo solidario de diversas instituciones internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y varias fundaciones y organizaciones como: La fundación Carlos Slim, Únete, Niños en Alegría, World Vision, Televisa, Banorte, Save The Children, Bogart y otras más, que han apoyado en rehabilitación, equipamiento de aulas de medios, donación de mochilas, víveres, material de limpieza, didáctico, tinacos, lo cual ha sido un gran apoyo para cada institución que los ha recibido, por lo que a todas y todos les expresamos nuestro más sincero agradecimiento.
4.- Por supuesto, la responsabilidad fundamental ha sido y es del Estado, quien a través del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, han asumido la conducción de la reactivación y rehabilitación del sector educativo en Acapulco y en Coyuca, mediante un programa integrar de apoyos. En especial, el que se refiere a la rehabilitación de las instalaciones educativas, mediante el programa La Escuela es Nuestra, para lo cual se han tenido que elegir en asambleas a los Comités de Participación Ciudadana, integrado por madres y padres de familia, a quienes ya se les entregaron sus tarjetas del Banco del Bienestar, ya les ha comenzado a depositar los primeros recursos económicos, con los cuales se debe comenzar la rehabilitación de los centros educativos, para dejarlos en las condiciones adecuadas para que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes puedan recibir su formación educativa.
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