EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Reconstruir la elemental confianza

Jesús Mendoza Zaragoza

Abril 24, 2017

En días pasados se soltó una campaña en las redes sociales promoviendo y expresando la confianza en el gobierno del estado y, más explícitamente en el gobernador. El repunte de la violencia y el hecho de que esté afectando a personajes de la política, está dejando ver la posibilidad de una crisis política. El caso es que se está desarrollando una edición más de confrontación entre actores políticos que se responsabilizan unos a otros de la actual situación caótica en el estado de Guerrero. Es una tragedia este espectáculo pues revela a una clase política deshonesta e irresponsable, que está agarrada al poder y que no desperdicia ocasión para trepar más arriba y para tumbar a los del otro color. O responsabilizan a gobiernos anteriores o a los de al lado, el caso es que no tienen la vergüenza necesaria para reconocerse corresponsables de este desastre social que tenemos en Guerrero y, por lo mismo, no sirven para construir las soluciones a los complejos problemas que padecemos como la violencia, la pobreza extrema y la desigualdad social.
Estas actitudes políticas, tan primitivas, son parte del problema que tenemos en Guerrero y no nos permiten considerar que se requiere un cambio de actitud en todos, especialmente en los gobiernos. Esa cultura política cavernaria que carece de humanismo y de solidaridad y que sólo sabe utilizar al pueblo, su ignorancia y su miseria para hacerse de más poder y de más dinero se está manifestando y mayores cosas veremos en el siguiente proceso electoral.
Deberían entender quienes debaten en la arena política que en los rezagos históricos y en los más próximos, todos son responsables, de diferentes maneras claro. Es una desvergüenza considerarse inocente. PRI, PAN y PRD, los niños mayores, y la demás chiquillada política son responsables; los mayores y los menores; los que estuvieron y los que están ahora en el gobierno. Todos son parte de una mafia que ahora se confunde con la delincuencia organizada. En este sistema tienen que cooperar los unos con los otros para mantener privilegios y ganancias.
¿Y así quieren la confianza? Deberían tener vergüenza. Este sistema corrupto sólo es digno del rechazo social. Con este tipo de condiciones, Guerrero no tiene futuro.
Por otra parte, la confianza no existe tampoco en la sociedad. Los gobiernos que tenemos reflejan lo que sucede en la sociedad y tampoco nosotros somos inocentes. Somos expertos en criar cuervos para que nos saquen los ojos. La sociedad civil que tenemos, toda fragmentada no augura gran cosa. No nos atrevemos a confiar unos en los otros. El desastre social que tenemos requiere la audacia para construir la confianza entre los ciudadanos y sus organizaciones. El bien mayor de la paz y de la urgente justicia nos debiera mover para largar nuestras miopías sociales, que no nos permiten mirar más allá de la punta de la nariz. Pensar en Guerrero, pensar en Acapulco, pensar y actuar desde el metro cuadrado de cada uno es urgente.
No le tenemos confianza al gobierno y eso es grave, muy grave. Para el gobierno y para nosotros. Y lo peor, no nos tenemos confianza ni entre las víctimas para construir lazos de solidaridad, de buena voluntad y de compasión. Y si el gobierno quiere la confianza del pueblo, que se la gane. Y ya sabe como. Pues para ser gobierno se necesita no ser tarado.