EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Reforma electoral en una sola reunión

Juan Angulo Osorio

Octubre 04, 2007

 

“El responsable de la política del estado”. Así apareció esta frase en una nota de este periódico el viernes pasado, haciendo
referencia al secretario general de Gobierno, Armando Chavarría Barrera.
La reportera que la escribió y el editor que la dejó pasar incumplieron con un criterio editorial de El Sur, que consiste en no
atribuirle a las personas características que no tienen, y que persisten en el lenguaje periodístico como muletillas –palabras
fáciles– o, en el peor de los casos, como un modo de halagar al poder. Por ejemplo, aunque en una nota se repita varias veces,
preferimos el vocablo diputados al vocablo legisladores, aunque generalicemos pues ya comienza a haber algunos diputados que
también legislan.
Y así, es tradicional que al secretario de Gobierno se le llame en los periódicos “el responsable de la política interna”. Se traslada
de ese modo mecánicamente, sin tomar en cuenta la realidad de la política local, una definición acuñada por el viejo periodismo
para hacer referencia al secretario de Gobernación de los gabinetes presidenciales. Aunque en el estricto sistema presidencialista
toda la política emanaba precisamente del presidente, la figura del secretario de Gobernación sobresalía del resto de los titulares
de un despacho, además de que tenía responsabilidades constitucionales y legales vinculadas todas con la política: la relación
con los gobernadores y con las cámaras del Congreso de la Unión; la organización de las elecciones (antes); el control de la
policía política, pomposamente llamado ahora sistema de seguridad nacional.
El cargo, además, lo llegaron a ocupar santones del régimen priísta, como en su momento lo fueron Gustavo Díaz Ordaz, Luis
Echeverría Álvarez (que llegaron a ser presidentes) y Mario Moya Palencia, el frustrado aspirante presidencial de 1976 en la
sucesión que abrió el camino para los tecnócratas de las secretarías de Hacienda y de Programación y Presupuesto.
Llamar en Guerrero a los secretarios de Gobierno “responsables de la política interna” es claramente un exceso. Yo creo que José
Francisco Ruiz Massieu ni siquiera dejaba respirar a los varios que tuvo, y mucho menos les iba a soltar la responsabilidad de
encargarse de la “política interna”, cualesquiera cosa que eso signifique. ¿Y quién se encarga en los estados de la política
externa?
Además, de ese cargo no ha salido ningún gobernador ni tampoco un político de grandes alturas. Solamente de los que me
acuerdo así rápidamente están Jesús Ramírez Guerrero, Humberto Salgado Gómez, José Rubén Robles Catalán, Marcelino Miranda
Añorve, Fermín Alvarado Arroyo, Zótico García Pastrana. La excepción sería Florencio Salazar Adame, quien sin embargo tampoco
llegó a ser gobernador.
Pese a todo, afirmo rotundamente que en el verticalista régimen del PRI los secretarios de Gobierno tenían más facultades que las
que ahora tiene quien ocupa ese cargo en el gabinete de Zeferino Torreblanca.
Por eso llamar a Armando Chavarría “responsable de la política del estado” no es solamente un exceso, sino una mentira.
Torreblanca se ha encargado de restarle facultades para traspasarlas a su amigo Humberto Sarmiento y a su empleado Julio
Ortega. Ninguno de los tres subsecretarios fue nombrado por Chavarría. El director de Transporte que él puso fue despedido por
Torreblanca, quien colocó allí al representante de una de las corporaciones que se disputan el mercado. No es el responsable de
la relación con los alcaldes ni con los senadores ni con los diputados federales ni con los locales.

*****

Es imposible, en esas condiciones, que Chavarría se mantenga en su cargo hasta el momento de la sucesión –mediados del 2010–
sin demérito de su figura personal y de su autoridad política.
Y menos después de la nueva desautorización pública que ha hecho de su trabajo el gobernador del estado.
Yo me acuerdo que cuando se inauguró el proceso de la oficialmente llamada Reforma Democrática del Estado –en un atiborrado
auditorio del Tribunal Superior de Justicia– quien corrió las invitaciones fue la Secretaría General de Gobierno. Después fui testigo
circunstancial de la labor de cabildeo que intentaba Chavarría con los dirigentes del PAN, para involucrarlos en los trabajos de la
reforma, lo que supongo hacía con el resto de los partidos.
Desde el principio quedó claro que a Zeferino Torreblanca sólo le interesaba una reforma electoral. Acostumbrado a ver las cosas
como un administrador, no le alcanzaba al gobernador la mirada para darse cuenta de que se necesita una transformación
profunda de todas las instituciones del estado, y no sólo de aquellas que tienen que ver con la elección de los representantes
populares.
Pero bueno. El caso es que Torreblanca se ha reunido al menos un par de ocasiones con los integrantes de la Mesa Temática
Democracia, Partidos Políticos y Sistema Electoral, la encargada precisamente de reunir las propuestas de ciudadanos y partidos
en torno a la reforma electoral, el tema favorito del gobernador.
Pero resulta ahora que los consensos trabajosamente logrados están a punto de venirse abajo, junto con la autoridad del
funcionario comisionado expresamente por el gobernador para la reforma del Estado, gracias a la habilidad de Torreblanca para
generar conflictos donde quiera que se pare.
Sin pregunta de por medio, Torreblanca reveló en conferencia de prensa el miércoles pasado que ya tenía un acuerdo con el PRD
sobre la reforma electoral y que éste es distinto a los consensos alcanzados en la mesa temática mencionada.
Como si hablara de subordinados suyos, el gobernador llamó “PRD” a una “comisión” de integrantes del Comité Ejecutivo Estatal
que, según el secretario de Comunicación e Imagen, Raúl Suárez, no tenían mandato alguno para decidir nada relativo a la
reforma electoral con el Ejecutivo del estado.
Además ¿cómo en una sola reunión se pusieron de acuerdo Torreblanca y tres dirigentes del PRD en temas tan controvertidos
como la duración en el cargo de los próximos alcaldes, diputados locales y el gobernador mismo como resultado del empate de
las elecciones locales con las federales que ordena la reforma constitucional federal en la materia?
Para hacer más grande el tamaño de la descortesía del gobernador, su “acuerdo con el PRD” lo tuvo cinco días después de que la
mesa de reforma electoral dio a conocer públicamente los resultados de sus trabajos, lo que ocurrió en Chilpancingo el jueves 25
de octubre.
Y según el Informe de actividades y avances a un año del inicio de los esfuerzos por la reforma democrática del estado de
Guerrero, presentado el miércoles 3 de octubre, esa mesa tuvo 78 sesiones, pues se reunió tres veces por semana; y organizó
siete foros regionales, en los que recibió 129 ponencias, que contienen 690 propuestas para la reforma electoral.
Todo eso fue ignorado por el gobernador Torreblanca, quien de paso se llevó entre las patas al presidente estatal del PRD,
Sebastián de la Rosa Peláez; al secretario general, Guillermo Sánchez Nava; y al de Elecciones, Celestino Cesáreo Guzmán,
quienes no han desmentido a Torreblanca ni han salido a dar su propia versión de la reunión, lo que no ocurría ni en los tiempos
del PRI-gobierno, cuando los asuntos del partido los anunciaba el partido aunque fuesen las decisiones del presidente o del
gobernador.
Así es como demuestra el gobernador que es contrario a la simulación. Si él manda en el PRD; si ya decretó que acordar con tres
de sus dirigentes es acordar con todo el partido, ¿para qué simular que las cosas no son así? De una vez que quede claro.
Y Chavarría ¿por qué no estuvo en esa reunión? Y Misael Medrano Baza, representante del PRD en la mesa temática, ¿por qué
tampoco estuvo? Digo, se supone que uno y otro están más imbuidos en el tema que los cuatro fantásticos capaces de construir
una reforma electoral en una sola reunión, ¿de cuántas horas?
Por si el anterior manotazo no fuese suficiente, en la conferencia de prensa referida el gobernador todavía se dio tiempo para
insultar a algunos partidos. “No podemos estar haciendo regalos”; “no puede hacerse un traje a la medida”, dijo en referencia al
PAN y a Convergencia que rechazan la fórmula de asignación de diputados plurinominales y la reducción de regidores.
Digo, si es muy clara y justa esa fórmula ¿qué necesidad hay de usar un lenguaje rijoso contra los partidos que se sienten
afectados? ¿Por qué mejor no explicó esa fórmula?
Lo dicho: como político, nuestro gobernador es un buen contador. Porque las críticas hacia su comportamiento no vienen
solamente del PAN o de Convergencia, sino del mismo PRI cuando se suponía que los dos grandes partidos de Guerrero ya tenían
un acuerdo básico sobre la reforma electoral.
Y ahora hay que rehacer lo andado, si se quiere garantizar una mayoría suficiente de diputados para aprobar las reformas
constitucionales y legales en materia de elecciones y de instituciones y procedimientos electorales.

*****

Y lo redicho: el gobernador que tenemos es un chivo en cristalería. Ahí está el caso de la encuesta que mandó a hacer el PRD. Un
desastre político. Pero como se supone –es una suposición– que a su gobierno le fue bien, Torreblanca se convirtió en el principal
defensor del sondeo. Y hasta reveló que “cada cuatro o cinco meses” él manda a hacer encuestas para conocer la opinión de los
ciudadanos sobre su gobierno y, ya encarrerado, también desveló que la empresa que contrata es Parametría, la misma que hizo
la consulta ordenada por el PRD.
El gobernador hasta puede suponer que de este lance salió avante, pues presuntamente fijó en la opinión pública que su
gobierno no fue reprobado por los consultados, pero la encuesta como método para seleccionar al candidato del PRD para la
alcaldía de Acapulco está muerta.
Después de las contradicciones en que han incurrido la dirigencia estatal del PRD y la empresa encuestadora, ya nadie confiará en
ese método. Ambas instancias coinciden –aunque con diversas explicaciones– en que no se preguntó en la encuesta por los 10
precandidatos del PRD para Acapulco, ni mucho menos por los de otros partidos. Lo que muy pocos creen. Si fuera cierto, ¿por
qué entonces la secretaria de Desarrollo Social, Gloria Sierra, minimizó los presuntos resultados del ejercicio? Si a su jefe le fue
bien en el sondeo ¿no debería estar contenta la favorita del gobernador para ocupar la alcaldía acapulqueña?

*****

Por cierto que el gobernador faltó a la verdad cuando dijo que las encuestas que manda hacer las usa como un “termómetro” para
ir “corrigiendo” su estrategia de gobierno. ¿Pero si no ha corregido ninguna de las políticas que aplica desde que llegó al cargo?
No se ha movido un ápice. La siguiente no es una lista exhaustiva ni mucho menos. El Comité Ejecutivo Estatal del PRD le pidió
que depurara a la Policía Ministerial, y nada. También ha solicitado que renuncie el secretario de Educación, y ahí sigue, intocable.
Insiste Torreblanca en que no dará una plaza más de maestro sin el famoso techo financiero, pues no quiere dejar endeudado al
estado. Prefiere dejarlo con miles de niños sin escuela. A las críticas por su irrupción a una sesión del Consejo Universitario
responde profundizando la violación a la autonomía universitaria, pues eso es que obligue a la institución a rendirle cuentas no al
Congreso, sino al gobernador del estado. Es el único que todavía se resiste a atender el clamor por que se amplíe a cuatro
carriles la carretera de Mozimba a Pie de la Cuesta. ¿Ha corregido en algo su política de agresiones contra El Sur? No. La ha
profundizado.
Bueno. Sí sé de una corrección. Que se le restituyó la notaría a doña Bella Hernández. Dicen que no fue porque se aplicó la ley,
sino a instancias del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, quien intercedió por quien fue la jefa de prensa de su papá, el
también ex gobernador Rubén Figueroa Figueroa. ¿Será cierto? Si lo es querrá decir que le gobernador corrige lo que no les gusta
a los de arriba.
Y por último. Bueno, me iba a referir al discurso de Torreblanca en el aniversario de la creación del estado de Guerrero, pero fue
pura retórica hueca. Ningún actor de la política o la sociedad le ha hecho caso a las grandes palabras que utilizó para defender
las políticas que dice que aplica.
Lo único que trasciende son sus equivocaciones, sus metidas de pata, su insensibilidad política. Pregunte usted a cualquiera
sobre el mensaje del gobernador en aquella fecha importante del calendario político, y le aseguro que no sabrá qué contestarle.

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Hay ocasiones en que es positivo que uno se salga de su estilo. Felicitaciones a Citlali Guerrero, Fabiola Vega y Félix Salgado por
La Nao, Festival Internacional Acapulco 2007. Los guerrerenses nos merecemos espectáculos de calidad. No todo es Televisa,
señor gobernador.