Ninguna muerte se justifica, por la causa que sea, ni en París, ni en Líbano, ni en Siria, ni en Guerrero, ni en ninguna otra parte del mundo.

¿Qué hace un regidor municipal? ¿Cuáles son sus facultades dentro del Cabildo? ¿A quién rinden cuentas? ¿Cuántas veces debe ir al ayuntamiento? “Es un cargo de apariencias, cómodo y decorativo dentro de las administraciones municipales; y es como un premio para quienes obtuvieron ese puesto pues perciben un sueldo cuantioso a cambio de garantizar a los alcaldes gobiernos tersos y sin sobresaltos”, fue una de las respuestas surgidas en la reunión ciudadana del pasado 12 de noviembre en Coyuca de Benítez durante el acto de lanzamiento público de la iniciativa Regidor Mx.
Frente a cabildos cerrados que operan prácticamente fuera de la ley –al no transparentar la información pública, ni rendir cuentas y gobernar a espaldas de sus gobernados– organizaciones sociales de la Costa Grande y Acapulco hicieron pública la semana pasada dicha iniciativa ciudadana.
Regidor Mx, o también Regidor ciudadano, “es una red nacional de contraloría social que tiene como objetivo vigilar las acciones de gobierno a través del monitoreo y la exigencia a la autoridad municipal para que cumpla las funciones que le marca la ley”. “En el ámbito municipal –expusieron en conferencia de prensa los promotores de esta iniciativa– es la voz de la ciudadanía organizada que no se siente representada en el Cabildo, el principal órgano de toma de decisiones de los ayuntamientos”.
Esta red es impulsada por la organización civil Plan Estratégico de Juárez, que lleva cinco años trabajando con esta modalidad de incidencia ciudadana en el gobierno municipal de Ciudad Juárez (Chihuahua); en Guerrero se han sumado el Consejo Ciudadano para la Reactivación del Desarrollo Sustentable de la Costa Grande (Credescog), la Universidad Campesina del Sur (Unicam-Sur), Comunicación para el Desarrollo Comunitario, Red Alternativa Social y Autogestiva, entre otras organizaciones sociales.
La metodología de Regidor Mx comprende “el acceso a la información pública para dar seguimiento a actas, minutas y documentos oficiales que acrediten la labor de la autoridad municipal; realizar el análisis y seguimiento de estos documentos legales; y el monitoreo presencial para identificar el cumplimiento y la validez de dicha documentación”. También plantea “la integración de Comités de Contraloría Social a nivel comunitario y asambleas municipales ciudadanas”.
Contra lo que se imaginan los ediles que han sabido parcialmente de esta iniciativa, Regidor Mx es un colectivo de ciudadanos que se organizan para hacer valer sus derechos y sus facultades en los asuntos públicos municipales. El representante o regidor ciudadano, surgido de una asamblea ciudadana, “participará como observador, vigilante, y opinante en todas las sesiones de los cabildos municipales; no tendrá derecho a voto, ni emolumentos de ningún tipo; rendirá cuentas de su quehacer a la ciudadanía organizada de su municipio; y en ningún momento suplantará, desplazará y actuará por encima de la ley y los reglamentos establecidos”, aclaran sus promotores.

Gobiernos cerrados

Durante la Cumbre Global de la Alianza por un Gobierno Abierto 2015, realizada hace apenas un par de semanas, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en su calidad de anfitrión, declaró que “los gobiernos abiertos son un instrumento moderno e innovador que permite a los ciudadanos saber con mayor precisión que hacen sus autoridades, y participar además en los asuntos públicos”. Sin embargo, ni en el gobierno federal ni en el estatal ni en los municipales se percibe algún indicio de materializar este concepto.
Por ser la instancia de gobierno más cercana a la población, los ayuntamientos deberían operar como verdaderos gobiernos abiertos, pero en la práctica son un claro ejemplo de gobiernos cerrados, muy alejados del mensaje que los asesores del presidente quisieron que dijera frente a mandatarios de 66 países.
El diagnóstico de los ayuntamientos guerrerenses que Regidor MX hizo público, precisamente en el municipio más opaco y ajeno a la participación ciudadana, da cuenta de ello:
–No existe transparencia de los recursos públicos que administran los ayuntamientos. Aun cuando la Constitución establece que la información de los programas públicos municipales debe regirse bajo el principio de máxima publicidad, los ayuntamientos no cuentan con los instrumentos mínimos como portales de internet, gacetas municipales, periódicos murales o programas de reuniones informativas a nivel de comunidades y colonias.
–No hay rendición de cuentas acerca del ejercicio gubernamental. Los informes anuales que los presidentes municipales presentan en actos públicos cada año, son actos de promoción de la imagen del primer edil. Presentan cifras generales que no dan cuenta de los recursos públicos por cada uno de los rubros considerados en los programas y proyectos; tampoco señalan la calidad de la obra. Cuando se realiza una obra social en las comunidades, la población beneficiaria desconoce las especificaciones de la misma pues no se les hace entrega de los expedientes técnicos.
–Los órganos internos de planeación, evaluación y toma de decisiones no funcionan tal como lo establece la ley y los reglamentos. El Cabildo funciona más como un espacio de validación y negociación de las propuestas del presidente municipal y no como un órgano colegiado para la libre toma de decisiones; no existen cabildos abiertos tal como lo mandata la Ley estatal del Municipio Libre. El Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal (Coplademun), considerado en la Ley de Planeación como el órgano facultado para la elaboración del Plan Municipal de Desarrollo y para la organización del presupuesto del Ramo 33 destinado a obra pública, tampoco funciona. En este mismo sentido tampoco funcionan los consejos Municipal de Desarrollo Rural Sustentable, los Consultivos de Comisarios y delegados municipales, los Comités de Cuenca, entre otros.
Estas irregularidades, muy arraigadas en los municipios guerrerenses, son las que dan lugar a la persistencia de gobiernos cerrados que operan fuera de la ley y en la impunidad. Y son campo fértil para autoritarismo, corrupción, burocracia, clientelismos, entre otros males que padecemos los guerrerenses. Con voluntad política de las autoridades municipales y participación informada de la ciudadanía, Regidor Mx puede ser una oportunidad para avanzar hacia un modelo de gobierno abierto que nos lleve a los guerrerenses a un nuevo estadio de democracia y Estado de Derecho.

Bajo el ala del sombrero, un espacio de análisis y propuestas para la transformación del campo desde la visión y acción de los actores sociales rurales.

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