EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

República Obradorista

Jorge Camacho Peñaloza

Septiembre 06, 2019

 

La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.
Friedrich Nietzsche

Si todavía tenía algunas dudas acerca de la Cuarta Transformación ahora ya no hay lugar para ellas después de que el pasado domingo Andrés Manuel López Obrador invitara a un grupo de amigos al Palacio Nacional para que escucharan cómo ve al país y cómo está gobernando. Se trata de un Presidente de la República que gobierna a partir de revanchismos, paranoia, falsedad, mesianismo, autoritarismo y estatismo; el me canso ganso, vamos requetebién y el pueblo está feliz, son sólo frases populacheras pegadoras que cree que el pueblo las cree, no me queda duda de que Andrés Manuel López Obrador y fieles creen que viven en la República Obradorista, nada más irreal.
La realidad que ve López Obrador y fieles se reduce a sus autoelogios de honestidad, austeridad y moralidad, a su fe en que el Estado es el que moldea la vida de las personas y que es la fuente de la felicidad, a las cifras de las encuestas que le dan 70 por ciento de popularidad, sí, a él, pero no a la situación económica que, como él dice, no crece pero tampoco está en recesión; no a la situación de la inseguridad reflejada en las cifras más altas de homicidios dolosos en la historia del país, que como dijo en su informe, los resultados todavía no son buenos en la disminución de la inseguridad, pero está convencido de que es mucho lo alcanzado en pos de los ideales de injusticia, legalidad y democracia. Pregúntenle a los familiares de los 43 de Ayotzinapa, a los habitantes de Baja California y a los seguidores de Martí Batres y a Porfirio Muñoz Ledo que casi le importa un bledo la democracia para continuar en la Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, si hay más justicia, legalidad y democracia.
Teniendo el país tres cuartas partes de la población en condiciones de pobreza no sé de dónde saca López Obrador que el pueblo está feliz, si él cree que la felicidad es solo un estado emocional que se obtiene a través de los ideales, convicciones y principios, como él dice, no sólo de pan vive el hombre, aunque en muchos hogares mexicanos pase mucho tiempo para que vean un pan en su mesa; la felicidad en sí misma no puede ser un objetivo de Estado, lo debe construir una ciudadanía e instituciones fuertes, respetar y hacer respetar la ley, y hacer del desarrollo social una palanca del crecimiento económico y de éste un factor del desarrollo humano.
Pero Andrés Manuel López Obrador al dar su Tercer Informe de Gobierno ha dejado en claro que él está por encima de la ley y la Constitución, la que ordena que el primero de septiembre el Presidente de la República debe rendir un informe anual de la situación que guarda la cosa pública, y de acuerdo a ella el pasado primero de septiembre correspondía dar el Primer Informe, pero a sus quinientos invitados les rindió lo que para él fue su Tercer Informe, al final de cuentas lo que importa es lo que él cree, su república Obradorista, su realidad y no la de la ley y la de millones de mexicanos.
Dice que la Cuarta Transformación significa la separación del poder económico del poder político, que el gobierno actual representa a todos menos, contradiciéndose a sí mismo, a sus adversarios, los conservadores y los neoliberales, quienes según él, y dicho con sorna, están moralmente derrotados, lo que deja en claro su paranoia e incapacidad de ser neutral y representar a todos.
La realidad es que yo tengo otros datos, hay incapacidad para propiciar el crecimiento económico, para fortalecer políticamente al régimen democrático construyendo y fortaleciendo a la ciudadanía, para mejorar la educación y la salud social, para disminuir la violencia, la coordinación de las fuerzas públicas, llámense Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina, Guardia Nacional, Fiscalía General de la República, Policía Federal, Policía Militar o Naval ha sido un fracaso. Ya son diez meses y yo no veo que vayan bien las cosas.
Vuela vuela palomita y ve y dile: Los empresarios que le inviertan, que no tengan miedo, Andrés Manuel no va a expropiar sus empresas, no se atrevería, sabe que de atreverse con la verdadera realidad toparía.