En las últimas semanas se ha incrementado el conflicto social, pero sobre todo político, derivado de la operación del programa de fertilizante gratuito que prometiera y que está cumpliendo el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Hay que recordar que este programa fue creado en los años 90 por el régimen priista, con la idea de otorgar un subsidio en especie de manera directa a los campesinos y que a lo largo de su historia, diversos especialistas han señalado por su carácter clientelar, electorero y además con un alto impacto en el deterioro de los suelos de nuestra entidad.
Al inicio del programa se trazó una ruta de trabajo en donde el gobierno federal, a través de la secretaría de Desarrollo Rural y la Delegación de Programas Sociales para el Desarrollo, el gobierno del estado, los Ayuntamientos, las organizaciones de productores y los legisladores, nos juntamos en diferentes reuniones de trabajo para dar seguimiento al programa y poder aportar cada uno, desde el ámbito de nuestras competencias y experiencias, a la solución y el buen término del mismo.
A medida que avanzó el programa, se fueron tomando decisiones operativas y administrativas, en donde no se consideró necesaria ya la ayuda de los legisladores.
El programa de fertilizante gratuito, ha servido, históricamente, para contener la protesta del sector agrario y también ha sido utilizado con fines electorales, por los distintos gobiernos y Ayuntamientos que han tenido el manejo del programa en sus manos, sin importar la filiación partidaria de estos.
Lo que en un principio parecía ser un buen ejercicio de concertación política y de armonía en la solución de los problemas, se fue complicando en la medida en que la temporada de lluvias comenzaba y los campesinos requerían del insumo.
Guerrero necesita coordinación, Guerrero necesita armonía, Guerrero necesita que sus actores políticos nos sentemos a la mesa a resolver los problemas haciendo a un lado nuestras legítimas diferencias y aspiraciones políticas, y poniendo por delante la necesidad y el interés de los guerrerenses.
No es confrontándonos, ni echándonos culpas como vamos a solucionar los problema No es con declaraciones y con acusaciones en un sentido y en otro, como vamos a solucionar el tema del fertilizante. Las guerras de papel y de tinta solamente le interesan a los actores políticos. El problema que persiste en el campo y en el surco, tiene que atenderse de manera operativa, más allá de conferencias de prensa, desplegados y artículos de opinión.
Como diputado al Honorable Congreso de Guerrero, conozco perfectamente y asumo a cabalidad mi responsabilidad en el seguimiento de los conflictos. Sé perfectamente que para solucionar los problemas tenemos que llegar a acuerdos con las distintas fuerzas políticas. No es a partir de tirar la piedra y esconder la mano, como se va a resolver la problemática. Lo hemos dicho en diversos foros, escritos, e incluso desde la tribuna del Congreso: todos debemos de apostarle al éxito del programa de fertilizante gratuito, porque si el programa llegara a fracasar, la división social y el conflicto nos van a afectar a todos por igual.
El llamado es a que retomemos el espíritu de los primeros días del programa y que en una mesa de trabajo estatal y siete mesas regionales, con los representantes del ejecutivo federal, estatal y municipal, nos sentemos a analizar caso por caso, para contribuir a que el cierre del programa correspondiente al ejercicio 2019 sea exitoso, y que aquellos casos, que seguramente los habrá, en donde sea necesario corregir o compensar, sean revisados con toda la transparencia, claridad y apertura para que no quede duda alguna sobre el uso imparcial del programa, garantizando con ello una mejor organización y distribución en los siguientes años, considerando que nuestro objetivo común siempre debe ser el beneficio colectivo del pueblo de Guerrero.
De nuestra parte, no aportaremos a la ruptura ni al enfrentamiento: suficiente violencia hay en las calles, como para que los actores políticos contribuyamos a este clima de tensión y de desencuentro. Nuestro papel es buscar la concordia, es armonizar los esfuerzos de todos, es llegar a los consensos y a los acuerdos con las distintas fuerzas políticas; nuestra responsabilidad es buscar las coincidencias entre los diferentes, buscar el entendimiento entre posiciones distintas, buscar que el campo produzca frutos, granos y alimentos y que deje de ser productor de conflictos, de tensiones y de enfrentamientos.

@ArturoMN