EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Retorcidos dictámenes del TEE

Héctor Manuel Popoca Boone

Septiembre 18, 2021

¿Alguien ha visto a Vicente I. Suastegui Muñoz?

Una vez más en el presente proceso electoral, vuelve a brillar un entuerto del Tribunal Estatal Electoral de Guerrero (TEE). La ínclita “curia” confirma el triunfo del candidato del PRI-PRD a la Presidencia Municipal de Tlapa. Resolutivo impugnado, con sólido fundamento, en las instancias estatales electorales por el sujeto agraviado: Morena.
El contexto político. Por todos es conocido que los magistrados del TEE deben sus nombramientos a la aprobación que hacen de ellos por ley, el Senado de la República. Senadores que deben su representación popular o de proporción, directa o indirectamente, al partido político que los postuló. A eso se debe que parte de los dictámenes del TEE-Guerrero llevan el sesgo político que les dicta su marca de origen. De tal manera que una cosa son los usos de las formas legaloides y otra es el fondo real que los mueve en su actuación. El quid del asunto es que, a veces, lo legal impartido, no refleja la real administración de la justicia. Sino todo lo contrario.
Los hechos. Al final de la jornada electoral del domingo 6 de junio pasado, fueron robados en forma pública y descarada, por hombres armados, cuatro paquetes electorales (solo para la elección del presidente municipal), en tres casillas electorales ubicadas en la populosa colonia San Antonio, de la ciudad de Tlapa. Donde ya estaban contabilizados los votos y requisitados debidamente en las sábanas electorales, con las respectivas firmas de las autoridades y representantes autorizados. En su latrocinio, los asaltantes olvidaron llevarse las sábanas de tres casillas, donde se hace constar que el número de votos de los paquetes sustraídos favorecen al candidato a la presidencia municipal de Morena: Fredy de Jesús Castro.
La impugnación. Morena, ipso facto, realiza la denuncia formal del ilegal suceso, que es de suyo grave –tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo–, puesto que además de ser un “robo, armado, en despoblado y en banda” de paquetes electorales, el triunfo legal se determina por un voto de más, de quien lo obtiene en el cómputo final total.
De tal suerte que el TEE no valoró bien lo que significaba el robo armado cometido; máxime que éste alteraba relevantemente el resultado último del conteo. Subestimó tales ilícitos electorales y decidió ratificar el triunfo al candidato del PRI-PRD. En la impugnación respectiva que Morena presentó, como prueba documental contundente, las copias de las sábanas en comento, que fueron certificadas por la Fiscalía Estatal, a solicitud expresa de un magistrado. Por obviedad y por cadena de procedencia en la inconformidad, el caso ya está en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para su última y definitiva resolución.
Con éste, son tres los casos resonantes del erróneo actuar del TEE-Guerrero en el actual proceso electoral. El primero, tuvo como protagonista al malogrado suspirante a la gubernatura, Amílcar Sandoval Ballesteros; cuando los magistrados electorales dictaminaron que no había incurrido en campaña adelantada, no obstante que apareció su rostro, en todo su esplendor, en costosos espectaculares montados exprofeso en puntos estratégicos de las principales ciudades y carreteras de Guerrero. Ese equívoco dictamen fue un agravio al sentido común de la población.
El segundo caso fue el mío, cuando el TEE sentenció que la pandemia, de alto riesgo, que embarga a Guerrero, no eximía de recabar 75 mil 500 firmas de respaldo ciudadano en 60 días de plazo máximo, en no menos de 41 municipios, debidamente certificadas. Pasaron por alto el primigenio derecho a la vida y a la salud.
El tercer caso fue el reseñado al principio. Éste abre las puertas para que en el futuro se puedan dar impunemente asaltos en casillas electorales al más puro estilo de Bonny and Clyde.
Tales fueron las trascendentales sentencias del TEE y así quedan en los anales de la historia electoral 2020-21 en estas tierras del sur; donde sigue prevaleciendo lamentablemente una “partidocracia con cleptocracia, en el marco de una democracia mercantilizada.”

PD. Cierto, no todos los magistrados son iguales; pero la mayoría son requete iguales y sus salarios mensuales son superiores al que gana el presidente de la República. ¡Uf!

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