EL-SUR

Sábado 20 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Samantha, la mujer

Arturo Martínez Núñez

Diciembre 14, 2021

Soy un feminista convencido. Creo firmemente en la paridad y en la igualdad de las mujeres y los hombres. Estoy convencido más allá de discursos, que en general las mujeres son mejores personas, más capaces, más serias, enfocadas y organizadas que los hombres. Estoy convencido de que México está listo para tener a su primera mujer presidenta de la República como Guerrero tiene ya a su primera gobernadora.
Tengo la bendición de estar casado con una mujer extraordinariamente inteligente, sensible y amorosa. Mi esposa es una mujer que como la mayoría de las mujeres, divide su día en fracciones pequeñas para poder ser madre, hija, esposa, amiga y jefa y desarrollar una carrera propia. Samantha es una mujer luchadora y valiente que se crece ante el poder y que cuando es necesario se confronta con éste de frente y sin ambages. A Samantha le ha tocado desarrollar su vida profesional en un entorno dominado mayoritariamente por hombres y en donde las mujeres son apenas el 10 por ciento.
El feminismo se demuestra y sobre todo se vive día a día. No es discurso sino accionar diario. Las mujeres no están atrás ni siquiera al lado de los hombres, están claramente al frente de éstos y cuando es necesario son las que tiran con fuerza para sacar adelante a las familias.
Una mujer es capaz de gestionar diversos asuntos al mismo tiempo, muchos más de los que puede manejar un hombre. Las mujeres son la mitad del mundo y madres de la otra mitad.
Hoy las mujeres que pueden hacerlo, estudian y trabajan. No se compran el cuento de que únicamente la maternidad las hará seres plenos sino que buscan realizar y complementar su vida con diversas actividades profesionales, académicas y sociales. Este es el siglo de las mujeres. Y en este planteamiento los hombres debemos de reeducarnos para poder caminar al lado y desempeñar roles más activos dentro del hogar. Cada vez somos más los hombres que realizamos labores domésticas y que estamos involucrados en la crianza y educación de nuestros hijos. Los papeles que antes parecían reservados exclusivamente a las mujeres hoy se comparten sin que esto signifique demeritar el papel de uno u otro.
Las mujeres hacen oír su voz y no piden un papel dentro de la sociedad sino que lo ejercen con autoridad. La liberación de la mujer no es una graciosa concesión que hacen los hombres sino una conquista que logran cada día las mujeres.
Estoy convencido de que el hecho más relevante del siglo XX fue el reconocimiento del voto femenino. En el siglo XXI habremos de testificar la plena equidad e igualdad hasta que los géneros se borren y sea irrelevante el sexo de una persona y solo se ponderen su capacidad y su valor.
Creo en las acciones afirmativas como una herramienta para garantizar el acceso y la visibilidad de las mujeres. Creo en el lenguaje incluyente aunque a veces se produzcan redundancias y barbarismos gramaticales. Es más lo que se gana que lo que temporalmente se pierde.
Por todas las mujeres que viven plenamente su libertad y su capacidad profesional es que México y el mundo serán mejores lugares. Los hombres tenemos que acostumbrarnos a compartir e intercambiar papeles cosa que por otro lado nos hará mejores personas. Todavía la generación que nos precedió difícilmente cambiaba un pañal o bañaba o alimentaba a un hijo. Hoy los hombres hacemos de todo. Estoy convencido también de que una paternidad activa en los asuntos domésticos te enriquece y te convierte en una mejor persona.
Hoy abuso de este generoso espacio público que me ofrece El Sur para rendir homenaje a todas las mujeres pero sobre todo a la mía, a mi compañera, cómplice y amante; a mi socia y confidente. A mi amiga y maestra. A la persona más importante de mi vida, a mi amada esposa Samantha. Felicidades mi vida, ojalá que vivas muchos años más y que yo siga teniendo la dicha de vivir a tu lado y de aprender cada momento a querer ser una mejor persona.