El Museo Regional de Guadalajara, antes conocido como Museo del Estado, cumplirá en 2018 un siglo de haberse abierto, pero ahora, con el pretexto de elaborar un nuevo guion museográfico, su valiosa colección está en riesgo de ser dispersada o de plano sacada de Jalisco por el gobierno federal con pretexto, ciertamente estúpido, de que con la nueva museografía “ya no habría espacio suficiente para la exhibición de la pintura, pues lo que se pretende privilegiar son los acervos de arqueología, antropología e historia”, pues ahora es el INAH quien regentea este centro de cultura. Juan José Doñán ha denunciado este atentado a la cultura jalisciense y llama a defender ese patrimonio alojado en la casona del siglo XVII que fuera sede del primer seminario de Nueva Galicia, situado atrás de la Catedral tapatía. El inmueble, convertido por la Reforma en Liceo de Varones, en 1918, durante el gobierno de Manuel M. Diéguez, a propuesta del pintor Ixca Farías, se convirtió en Museo del Estado de Jalisco, específicamente, dice Doñán, “casa de las musas dedicada a la pintura que durante siglos se había hecho en el occidente de México”.
El FCE en Buenos Aires

El Fondo de Cultura Económica inauguró en Bueno Aires el Centro Cultural Arnaldo Orfila Reynal, en la calle Costa Rica 4568, en el barrio de Palermo. El predio cuenta con mil metros cuadrados que albergarán, por supuesto, una librería que ofrecerá 40 mil ejemplares de casi 4 mil títulos, una galería de exposiciones sabiamente llamada Tina Modotti, un auditorio que lleva el nombre de José Vasconcelos, un bar con el nombre del poeta chiapaneco Jaime Sabines y el área para niños A la Orilla del Viento. De acuerdo con el boletín respectivo, el FCE “consolida su presencia en el Cono Sur y refrenda su vínculo cultural con esta nación (Argentina), en donde ha estado presente con sus libros desde hace más de 70 años”. Pero esa presencia, que tuviera un impulso determinante durante la gestión de Consuelo Sáizar, ahora con José Carreño Carlón al frente del Fondo, cobra nueva fuerza porque pese a las resistencias de la burocracia neoliberal y la ceguera de políticos progringos, México debe expresarse en toda Latinoamérica con lo mejor que tiene: su cultura, en buena medida recogida por el catálogo del Fondo de Cultura Económica.

Cae pirata cibernético español

Hace unos días, en España, fue capturado por la policía un tipo que subía a la red copias piratas de libros. La denuncia fue presentada por el Centro Español de Derechos Reprográficos, sociedad de escritores y sobre todo de editores que defiende los derechos de autor. El corsario, que pasará una buena temporada en la cárcel, había puesto en internet más de 11 mil títulos y se estima que la estafa asciende a la nada despreciable cantidad de 400 mil euros (unos 8 millones de pesos mexicanos). En México, lamentablemente, aunque la piratería se debe perseguir de oficio, sigue gozando de la más cabal impunidad por la indolencia de nuestras autoridades, pues en las calles de Donceles y Argentina y en muchos otros lugares de la Ciudad de México y en otros puntos de la República, los libros pirateados se venden en presencia de policías que seguramente ignoran que están ante un delito flagrante. Por si fuera poco, en oficinas públicas, universidades y otros lugares se fotocopian millones de páginas, a veces en tirajes de miles de ejemplares, sin que funcionarios públicos, rectores, profesores, alumnos y particulares intenten siquiera detenerse ante la comisión de este delito. Es una vergüenza.

Arte y ofrenda de pulquería

La pulquería Insurgentes (Insurgentes Sur 226), segundo hogar de Carlitos Martínez Rentería, montó su ya tradicional altar de difuntos que este año incluye una instalación del artista Antonio Calera-Grobet, quien empleó 134 portadas de discos de los años 70 y 80 para levantar la ofrenda titulada Calar la Calavera, como una metáfora de la muerte individual y de la extinción “de ciertos paradigmas del humanismo”. En el mismo lugar, “el maestro Ocaranza” (sic) levantará un tzomplantli, esa especie de ábaco prehispánico que se integraba con las cabezas empaladas de los prisioneros. Si tienen suerte, los asistentes podrán dialogar con el citado Martínez Rentería, los artistas participantes y Raymundo Salinas, quien es presentado como “experto en altares de muertos. Todo muy bien, menos el lema de la celebración: “¡Que viva la muerte!”, frase que hace recordar al generalote Millán Astray, quien frente a Unamuno gritó aquello de ¡Viva la muerte!, lo que halagó los oídos de su séquito fascista.

Breviario…

El ex coordinador Nacional de Teatro del INBA, ex director de Teatro de la UNAM y director escénico Enrique Singer llega a la Compañía Nacional de Teatro a relevar a Luis de Tavira, quien cumplió con una gestión de ocho años al frente de la institución. @@@ Federico Reyes Heroles recibirá el próximo 29 de noviembre el Homenaje al Bibliófilo que ofrece la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Es el premio a una pasión heredada y cultivada.