EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Se alinean las estrellas

Abelardo Martín M.

Octubre 11, 2016

Nada mejor para cualquier estado de la república que el alineamiento de los gobiernos municipal, estatal y federal. El ideal soñado por cualquier político es que los tres niveles de gobierno sean del mismo partido, lo que hace tiempo es difícil de conseguir, pues unos pagan los platos rotos de otros, o los otros asumen los costos de los demás. Para Guerrero, en la política, ocurrió un hecho que, a primera vista, pareciera augurar buenos tiempos para el gobernador priísta Héctor Astudillo.
René Juárez Cisneros cumplió un sexenio completo como gobernador, lo que en otros estados y en el país puede ser normal, pero en Guerrero es más bien excepcional; ahora llevaba ya cuatro años como senador de la República, cuando debió interrumpir sus tareas legislativas para recibir el nombramiento de subsecretario de Gobierno en la administración federal, en la Secretaría de Gobernación, luego de que quien ocupaba el puesto, Luis Miranda Nava, fue designado secretario de Desarrollo Social.
Juárez Cisneros está ahora en el lugar más cercano, de acuerdo con el organigrama, del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ni más ni menos el puntero, hasta ahora, del priísmo en la línea de la sucesión presidencial, ya que según las encuestas, no se sabe si por él mismo auspiciadas, está colocado como el número uno de los precandidatos a la Presidencia por el PRI. Con ello ha revivido a los primeros planos de la política el ex gobernador René Juárez Cisneros, y su ascendiente en la política estatal no ha tardado en hacerse notar.
Por lo pronto su designación ya ocasionó que el Consejo Estatal de Seguridad Pública se quedara acéfalo, pues su secretario ejecutivo, Daniel Pano Cruz, renunció a su cargo un día después de que Juárez Cisneros tomara posesión, para incorporarse a su equipo.
Es probable que para integrar su estructura, el flamante subsecretario produzca otros hoyos en el gabinete del gobernador Héctor Astudillo. Y también es posible que su opinión, sus filias y sus fobias, se hagan notar en la composición del grupo gobernante de la entidad. Ya su hijo funge como representante del gobierno de Guerrero en la Ciudad de México.
Así es la dinámica entre el poder local y el federal, sobre todo cuando ambos pertenecen al mismo partido.
Esto ocurre cuando el gobierno de Astudillo está por cumplir un año en funciones, y cuando en materia de seguridad y gobernabilidad el mandatario dice que vamos muy bien, pero en la población todavía no permea similar optimismo.
Vivimos momentos malos “pero ya no tan malos”, dice Astudillo, precisamente después de que en uno de tantos asaltos en una camioneta de transporte mataron a varios pasajeros, entre ellos a dos normalistas de Ayotzinapa, lo que por supuesto ha vuelto a generar entre los estudiantes airadas protestas porque no creen en la hipótesis de un hecho delincuencial común.
Para documentar su optimismo, Astudillo señala que “en Guerrero han aumentado las comunicaciones y transportes, el desarrollo de los pueblos indígenas, el sistema educativo está funcionando al cien –salvo algunas manifestaciones, en las que siempre dejan libres los carriles laterales de las carreteras”. Ya nos platicará con detalle el autorretrato de su administración ahora que entregue su primer Informe de Gobierno.
Lo cierto es que en 2015 Acapulco fue el sitio con mayor número de homicidios en el país, y un muy reciente estudio sobre las ciudades mexicanas más habitables, señala a Chilpancingo como uno de los municipios de peor calidad de vida, sólo rebasado en este triste concepto por Ecatepec, en el Estado de México.
Ya se sabe que las cosas no se componen de la noche a la mañana, y que a un gobernante que llega hay que darle un periodo de gracia para que muestre resultados.
La cuestión es que al gobernador Astudillo se le va a complicar la vida si sus funcionarios empiezan a mudar de residencia porque hay mejores chambas en la Ciudad de México, y los planes y estrategias de gobierno deben recomenzar o incluso se abandonan porque los nuevos encargados tienen otros enfoques.
Eso ha ocurrido siempre en el teje y maneje de los equipos políticos. Pero en los actuales tiempos no existen ya los márgenes con los que antes se operaba, ni la paciencia popular, que de por sí en Guerrero nunca ha sido mucha.
La política federal, sin duda, tiene repercusión en el gobierno y en la grilla locales, pero cuando es para que los guerrerenses se coloquen y muevan sus piezas, como en un ajedrez, amenazando a los demás grupos del priísmo, las noticias se componen. Guerrero tiene un Juárez que lo defienda y sobre todo que lo promueva, René Juárez Cisneros. Va montado en el grupo formado por los mexiquenses y pachuqueños, es decir, en caballo de hacienda, salvo por el hecho de que la marca PRI no está en su mejor momento.