Humberto Musacchio
Abril 17, 2025
Rosa Icela Rodríguez pertenece, como diría Luis Donaldo Colosio, a la cultura del esfuerzo. Mujer trabajadora, leal, honrada y de firmes convicciones, forjó su carácter con el ejemplo de una familia que, siendo ella pequeña, debió salir de su natal Xilitla para trasladarse a Ciudad Valles y luego a la Ciudad de México, en busca de oportunidades para labrarse un porvenir más amplio.
A fuerza de constancia, Rosa Icela pudo estudiar hasta concluir su licenciatura en Periodismo, precisamente en la institución decana de la especialidad, la Escuela Carlos Septién García, donde con legítimo orgullo se repite que ella es egresada de esa casa de estudios.
Su trayectoria profesional pasó por Televisa Radio, El Universal y La Afición hasta desembocar en La Jornada, donde ganó sitio como una destacada reportera, con alto sentido social y fino olfato para captar lo mejor de la noticia. Sin embargo, como todo ser humano, sus intereses iban más lejos y halló en la política de izquierda otra forma de realización.
Fue militante del Partido de la Revolución Democrática y en él se mantuvo hasta que desavenen-cias y corruptelas de algunos dirigentes llevaron a la mayoría de los militantes a dejar esa organización, lo que desembocó en la formación de Morena, el partido que en la actualidad gobierna al país y la mayoría de las entidades federativas.
Desde el año 2000 Rosa Icela se desempeñó en el gobierno capitalino en cargos nada fáciles, como las coordinaciones territo-riales de Seguridad Pública y Pro-curación de Justicia en Tepito, y las colonias Buenos Aires, Doc-tores y Obrera, donde en coor-dinación con los vecinos dismi-nuyó notoriamente la criminali-dad. Con Marcelo Ebrard ocupó la coordinación general del Gabinete de Gobierno y Seguridad Pública de la ciudad y fue directora del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores.
Bajo la gestión de Miguel Ángel Mancera fue titular de De-sarrollo Social y posteriormente de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades. En 2018 Claudia Sheinbaum la nombró se-cretaria de Gobierno de la ciudad y, luego, el entonces presidente López Obrador la designó coordinadora general de Puertos y Marina Mercante. La suya debió ser una gestión exitosa, pues a fines de 2020 se convirtió en secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.
En el presente sexenio es secretaria de Gobernación, pues en puestos de alto grado de dificultad y de riesgo ha rendido buenas cuentas por su trato amable y respetuoso con los subordinados, su probidad y firmeza. Por supuesto, no existen los funcionarios perfectos, pues se trata de seres humanos, pero lo que vale es el balance de su actuación, que en el caso de la citada funcionaria resulta muy positivo.
Lamentablemente, ese ejem-plo de respeto por los derechos laborales no siempre lo han asumido algunos de sus colabo-radores. En Gobernación, durante las últimas semanas se ha des-pedido a varios empleados de la Subsecretaría de Desarrollo Polí-tico. La fórmula es conocida en la burocracia, pues cada vez que llega un jefe se procede a correr a medio mundo para llevar a la claque del nuevo funcionario.
Hace unos días, una trabaja-dora altamente capaz, de honesti-dad impoluta e indeclinables convicciones políticas que la identifican con Morena, tuvo un serio problema de salud por el que fue hospitalizada, pero a la mañana siguiente, todavía con fuertes mareos y alterada por la descompensación del día anterior, su sentido de responsabilidad la llevó a presentarse en su oficina, donde de buenas a primeras le pusieron enfrente un texto de renuncia con la indicación de firmarlo, lo que hizo sin tener aún pleno control de sus actos.
La afectada es Thelma Flores y los pretextos que le dieron para el despido es que el cargo exige cumplir con largas jornadas, lo que hace desde varios años atrás sin mengua de su rendimiento. Sin embargo, ya no la consideran apta por ser mujer, adulta mayor y con discapacidad motriz. Se trata evidentemente de un abuso, de un atentado contra los derechos laborales y la dignidad de la persona, pues se omite que la empleada ha cumplido siempre con eficacia, puntualidad y respeto por las normas laborales.
Ojalá doña Rosa Icela Rodríguez impida ese grosero atentado contra una trabajadora leal y cumplida.