EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Será Pedro Castillo el próximo presidente de Perú?

Gaspard Estrada

Abril 28, 2021

Perú está en plena campaña presidencial. A seis semanas de la segunda vuelta, las encuestas de opinión indican que el candidato de la coalición Perú Libre, el profesor Pedro Castillo, tendría en promedio el 40 por ciento de los votos, casi el doble de su rival de extrema derecha, Keiko Fujimori, la hija del ex presidente (y dictador) Alberto Fujimori. Si bien un mes y medio es una eternidad en una campaña electoral, los grandes factores determinantes de esta elección parecen comenzar a cristalizarse. Tras un proceso electoral sumamente disputado en 2016, donde la heredera del fujimorismo estuvo a punto de ganar, el país ha vivido cinco años de inestabilidad crónica. A raíz de la aparición del brazo peruano de la operación Lava Jato, que trastornó la vida política, no menos de cuatro presidentes se sucedieron a la cabeza del Estado. De los ex presidentes, todos fueron objeto de investigaciones, e inclusive varios fueron encarcelados –sin olvidar a Alan García, que se suicidó después de haber denunciado los “abusos” de la justicia peruana.
La exposición de las vísceras de la baja política en Perú –que incluyó la divulgación ilegal de conversaciones telefónicas del entonces presidente Martín Vizcarra con congresistas, grabaciones ilícitas de entregas de dinero en efectivo a miembros del congreso, entre otros– terminó de desacreditar la clase política tradicional, incluyendo al fujimorismo, que es mayoría en el congreso actualmente. Y esto tiene un costo político alto para Keiko Fujimori: en las encuestas, la gran mayoría de los electores asocia a la candidata con la élite política peruana, de la cual la gente está harta. Cuando Keiko invoca el “peligro de la llegada del comunismo” si Pedro Castillo llega a la presidencia, en vez de aumentar el rechazo hacia su rival, los datos estadísticos apuntan a una baja de su propia aceptación. Por el contrario, si bien existen muchas dudas sobre el programa político de Castillo –en particular, en los asuntos económicos–, su imagen humilde y sincera, fruto de su trayectoria como profesor de una escuela primaria pública de provincia, está generando un sentimiento de empatía hacia su candidatura en un momento terrible para el país, con 162 mil muertes por el Covid, 2,2 millones de empleos destruidos, y sin perspectivas de recuperación económica y sanitaria a corto plazo.
En el plano de la distribución geográfica de los votos, la delantera de Pedro Castillo sobre Keiko Fujimori luce sólida –hasta ahora– en la mayor parte del país, con la excepción de Lima, donde los dos contendientes están actualmente en empate técnico. El voto conservador –y en algunos casos, ultra conservador– existente en Lima, tiende a volcarse a favor de Keiko Fujimori. Pero en este caso, parece más difícil que este voto baste para impedir que una fórmula de izquierda llegue al poder, como fue el caso en 2016, cuando los limeños votaron masivamente en favor de Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Se trataba de evitar la llegada a la segunda vuelta de la candidata de centro-izquierda Verónika Mendoza, que terminó respaldando la candidatura de PPK para hacerle frente a la amenaza encarnada por Keiko Fujimori. En 2021, Verónika Mendoza está repitiendo su apuesta: a pesar de las múltiples declaraciones machistas, en contra de la igualdad de género o abiertamente en contra de la libertad de expresión de parte de Pedro Castillo, ella piensa –con razón– que el mal mayor es el fujimorismo. Así, decidió apoyar la propuesta de Castillo en esta segunda vuelta. No ha sido la opción del premio Nobel de literatura –y figura eminente del establishment conservador peruano– Mario Vargas Llosa, quién desde su columna mensual del periódico El País ha declarado su respaldo a su enemigo histórico, la familia Fujimori (en 1990, Vargas Llosa fue candidato a la presidencia y perdió frente al Alberto Fujimori). Según las encuestas de opinión, es poco probable que esta declaración tenga un impacto electoral. Pero da una idea de la polarización que vivirá la política peruana –en particular, entre las élites conservadoras de Lima y el gobierno– en el caso de que gane la fórmula de Pedro Castillo. En Perú, la polarización política va para largo.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada