EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Serenidad

Arturo Martínez Núñez

Enero 15, 2019

El martes pasado, hace apenas una semana, los cuarenta y seis diputados que integramos la sexagésima segunda Legislatura del Congreso de Guerrero, aprobamos por unanimidad el Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2019. A pesar de las distintas visiones que sostenemos los grupos parlamentarios, logramos ponernos de acuerdo anteponiendo el interés superior de los guerrerenses.
Después de un fin de semana de tensión política, los diversos actores debemos apaciguar los ánimos.
Guerrero necesita armonía, no discordia; Guerrero necesita unidad, no división; Guerrero necesita concurrencia y no mayor segmentación. Guerrero necesita de todos y de todas. Guerrero necesita que los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), y los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal), trabajemos unidos, que hagamos a un lado nuestras diferencias ideológicas y que demos resultados a la población que está cansada de ver y sentir a sus autoridades alejadas.
El presidente de la República fue muy claro al pedir que se dejen atrás los tiempos electorales. Ha llamado a la unidad y a trabajar juntos.
Aunque algunos duden de que esto sea posible, en momentos cumbre de nuestra historia, grandes mexicanos lograron hacer a un lado sus diferencias en aras del bien superior de la patria. Recordemos a Agustín de Iturbide, comandante realista y a don Vicente Guerrero, único jefe insurgente en pie de lucha, que con un abrazo en Acatempan sellaron el pacto que posibilitó la independencia nacional. Más adelante, Nicolás Bravo y Juan Álvarez hicieron a un lado sus hasta entonces irreconciliables posturas políticas, para lograr el nacimiento del estado de Guerrero.
En política, las desavenencias son parte del día a día. Es natural que en la lucha por espacios públicos ocurra la confrontación pero la diferencia entre los actores grandes y los pequeños, es la manera en que logran procesar sus diferencias. Dice la sabiduría popular que hay tiempos para tronar cohetes y tiempos para juntar varas. El momento actual tiene que ser de consolidación y de avance en la unidad. En su momento llegará el tiempo de volver a confrontar y contrastar propuestas, hasta ese entonces, mas vale esconder los tambores de guerra y fumar la pipa de la paz. Esto implica bajar la intensidad y la virulencia política pues el clima enrarecido es terreno feraz para que prosperen la violencia, el encono y el conflicto. Es por tanto, responsabilidad de los lideres propiciar la paz. La concordia y la armonía solo serán posibles si todos los agentes actuamos con humildad, con generosidad y con altura de miras. Gandhi decía que no hay camino para la paz sino que la paz es el camino. El primer paso sin duda es la serenidad.