EL-SUR

Jueves 19 de Junio de 2025

Guerrero, México

Opinión

Sheinbaum vs. los corridos bélicos: una batalla perdida

Silber Meza

Abril 12, 2025

DE NORTE A SUR

La presidenta Claudia Sheinbaum tiene una buena intención: promover los corridos tumbados sin contenido bélico que hacen apología de la violencia, la misoginia y la discriminación. El propósito, sin duda, es positivo, pero está destinado a la intrascendencia y, por lo tanto, al fracaso. Lo intenta a través de un concurso de interpretación y composición que se llama México canta por la paz y contra las adicciones, una especie de Operación triunfo versión 4T que se transmitirá por la televisión pública.
El concurso está dirigido a jóvenes intérpretes y compositores de entre 18 y 34 años, de origen mexicano y mexicoestadunidense. Se permiten géneros como mariachi, norteño, banda, corrido, tropical, duranguense, campirano, bolero y con fusiones de rap, rock, pop y hip hop.
El concurso busca que se promuevan historias de amor, pero este elemento ya existe en los corridos tumbados o narcocorridos, que son el verdadero objetivo del concurso. Es casi una regla de estos músicos del llamado “regional mexicano” interpretar canciones de amor-desamor –con ritmos pegajosos con letras banales que nos lleven a la danza y la bulla– y los narcocorridos, claro, que ahora les han llamado “tumbados”, pero que hace poco se llamaban “alterados” o “enfermos”. Mañana tendrán otro nombre.
El mismo gobierno lo reconoció y lo puso como ejemplo el 7 de abril pasado en la conferencia mañanera presidencial, cuando presentaron la competencia. Los cantantes y compositores jóvenes Eibi Ramos y Jesse Martínez interpretaron la canción Mi bello ángel, compuesta por América Sierra y popularizada por Natanael Cano, a quien se le atribuye el término de “corridos tumbados”.
La estrategia de la presidenta no es negativa, reitero, simplemente no tiene posibilidades de influir estructuralmente en el gusto musical de la población, en particular en las juventudes. Aunque surjan cantantes populares y canciones virales, el gusto por la música vinculada con el crimen continuará, como sucede hoy en día. Los jóvenes y los adultos que escuchan corridos bélicos lo hacen porque es parte de la realidad de su entorno y porque quieren, por tres minutos, cerrar los ojos y vivir el sueño de tener poder en un país de aspiraciones, en circular dinero en un país con más de 46 millones de pobres, en ser justiciero y disparar armas poderosas en un México con 98 por ciento de impunidad.
Mientras Claudia Sheinbaum anunciaba su iniciativa, YouTube nos mostraba un elemento de realidad. Entre los videos más vistos en español, con millones de reproducciones, se encuentra El mayor de los ranas, un corrido de Víctor Valverde, joven que aparece con armas en el video. La canción escrita en primera y tercera persona habla de un grupo de sicarios que usan extrema violencia y se sienten orgullosos de ello.
Reproduzco sólo un fragmento de la letra: Nos miran placosones encortados, el aparato a un lado. Con un toque bueno y un perico de lavado, sabandijas y ratas en corto los alineamos. Yo los amarro. Y se siente el ambiente caliente, yo voy al frente con mi gente. Nunca me gusta mandar gente. Y se siente el ambiente caliente, el blindado siempre va al frente sembrando el terror como siempre.
En otro video de la misma canción, en vivo, se ve a mujeres y hombres veinteañeros cantando la letra a gritos, emocionados, grabándose con el celular. Da la impresión de que se sienten protagonistas de la historia.
Las personas que fueron al concierto pueden regresar a casa en vehículo propio, bicicleta, uber o transporte público; se pueden ir a un bar de lujo, a uno de la colonia, tomarse unos tragos en sus casas porque no les alcanza para más o simplemente un vaso de agua, de leche e irse a dormir; al día siguiente pueden reportarse con un jefe del mundo delictivo, trabajar de meseros en un restaurante, abrir su despacho de arquitectos o acudir a una oficina de gobierno. El gusto por estos corridos es general y oírlos causa un efecto distinto en cada persona.
La gente los escucha porque le gustan. En los comentarios de los videos de YouTube se ve cómo se identifican con ellos personas de diferentes países de América Latina que no tienen la gravedad de los problemas que padece México.
Sin duda, los narcocorridos o corridos tumbados o alterados no es una música positiva y tal vez sí ayuda al reclutamiento de algunos jóvenes en el crimen porque les vende una realidad soñada, pero como dicen los especialistas en este tema, lo importante no es cambiar los corridos, sino cambiar la realidad que hace que los corridos se incrusten en el gusto de las personas jóvenes: falta de oportunidades, escasa movilidad social, más impunidad que justicia, precarización.
Por más que funcione el concurso México canta, la realidad mexicana estará ahí presente cuando acabe. La realidad es el verdadero factor de reclutamiento de jóvenes.