EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Sir Kingsley Amis también apuñaló al continente literario

Federico Vite

Mayo 30, 2017

La poética narrativa de Kingsley Amis podría explicarse con claridad cuando uno termina de leer Cuentos completos (Traducción Raquel Viceda. Impedimenta, España, 2015, 576 páginas). El cuento muere cuando se revela el enigma; la novela, esa estructura opípara, nace al momento en el que ese enigma se aclara y el mundo, por inercia de las acciones que llevaron a la resolución del problema que planteaba el enigma, adquiere nuevas proporciones que necesitan ser detallas desde la ironía.
Cuentos completos (Collected short stories, 1978) reúne 24 relatos, por primera vez, en castellano. El trabajo de Viceda es muy bueno; la traducción de los textos de un tipo tan juguetón es muy afortunada. Pero hay dos detalles realmente jocosos en cuanto al ensamble del libro se refiere; pues no aparecen todos los cuentos de ese autor, y, lo más curioso, ¿por qué antologaron un par de guiones radiofónicos, espléndidos guiones, pero no son cuentos? Detalles, les decía. Minucias.
Destaco los textos, bien resueltos y ensamblados como reloj suizo, Querida ilusión, Fatigas y problemas, y El secreto del señor Barrett, donde Amis hinca los dientes en el fatuo y absurdo mundo literario; el primero de éstos habla de un poeta que ha engañado a críticos, lectores y académicos, pues él mismo considera que su trabajo es malo, pero nadie ha tenido el valor de criticarlo. Durante la ceremonia de un premio que le otorgan por su ambiciosa y célebre obra, el poeta acepta en público su patraña literaria mandando a todos (colegas, reporteros, público y críticos) a la mierda; no quiere seguir engañando a los lectores. Renuncia a la literatura y al premio. El segundo, más recatado, aborda los sinsabores de un agente literario que sólo tiene autores basura y se jacta de ello. Recibe un escarmiento por rechazar el libro de un tipo resentido, quien aparte de escribir mal detenta cierto poder. El tercero de estos cuentos, el más memorable de todos, relata los motivos por los que el padre de Elizabeth Barrett Browning intenta evitar el matrimonio de su hija con un poeta.
De menor punch, pero de excelente manufactura, son El misterio de Darkwater Hall, una hermosa parodia de Sherlock Holmes; Un tirón del hilo en el que ironiza el encuentro de dos gemelos idénticos que no crecieron juntos, pero tienen una vida muy parecida; son párrocos, profesan un fuerte amor por la bebida e incluso sus esposas se llaman igual. En suma, creen que si el presente es idéntico, también lo será el futuro. Uno de ellos ya perdió a su esposa, tuvo una crisis existencial que involucraba la fe, todo por una creciente obsesión alcohólica. El otro contempla a su esposa y sabe que lo peor está por venir.
También recomiendo con creces Ver el sol, La casa del promontorio, Asuntos de muerte, Boris y el coronel, pero aparte del rigor artesanal, me sumo a la cuota de divertimento de toda la saga de historias relacionadas con Simpson, un viajero en el tiempo que investiga cómo son los tragos, las cervezas y el vino del futuro, cómo es el ambiente en los bares, en los pubs, en las cantinas: El clarete de 2003, Los amigos del morapio, Demasiadas molestias, Inversión en futuros y Hemingway en el espacio.
¿Quién o qué era? es un vaso comunicante de la novela de Amis, El hombre verde (1963), de hecho, retoma a los personajes de ese libro. El relato mezcla la historia de la novela referida con un juego metaficcional: Amis descubre un bar, como el de su novela, de hecho se llama igual. El dueño del local y el barman se llaman igual que los personajes de la novela. Amis creyó haber visto al monstruo verde merodear por el bar, sí, como en la novela, pero la resolución es digna de un caso de La dimensión desconocida.
La primera parte de Cuentos completos reúne textos en los que el autor se burla de la disciplina y de las preocupaciones domésticas de la vida castrense: El enemigo de mi enemigo, Comisión de investigación y Espío a desconocidos. Relatos que muestran su encono contra la autoridad.
El libro muestra la evolución temática y estilística del autor; en suma, exhibe la honda preocupación estética de Amis. Se le considera uno de los Angry Young Men, movimiento de escritores que surgió en los años 50 del siglo pasado, todos eran de clase obrera y nacidos en el Reino Unido. Amis, hijo de un empleado, fue con una beca a Oxford. Trabajó como profesor visitante en Princeton. En 1961 consiguió una plaza en Cambridge, pero a los dos años la abandonó para dedicarse exclusivamente a la literatura. Publicó 24 novelas, algunas de ciencia ficción, otras de espionaje, una secuela de James Bond; también, cuentos sueltos, una docena de poemarios, varios volúmenes de crítica literaria, otros tantos de crítica a restaurantes; además, panfletos políticos, memorias y tres libros sobre la bebida. Que tengan un buen martes.