Marcial Rodríguez Saldaña
Septiembre 21, 2017
Los sismos son fenómenos naturales impredecibles y en muchas ocasiones devastadores en pérdidas de vidas de personas y de sus bienes materiales, pero el ser humano puede tomar medidas preventivas y acciones de solidaridad para amortiguar sus efectos.
1.- El sismo más destructor que se recuerda en la época reciente en México es del 19 de septiembre de 1985. En aquel momento tomó por sorpresa al gobierno federal encabezado por el presidente Miguel de la Madrid Hurtado, quien reaccionó muy tardíamente ante tal infortunio, sin embargo los ciudadanos de la capital de la República –sin derechos políticos reconocidos en ese tiempo– actuaron rápidamente para auxiliar al mayor número de personas para extraer sus cuerpos de las ruinas, para rescatar a personas vivas, para auxiliarlas en sus primeras atenciones médicas, para trasladarlas a hospitales, para proporcionarles víveres, para darles cobijo en sus viviendas, para ayudarlos a buscar a sus familiares perdidos, en fin se expresó el más profundo sentido de la solidaridad.
2.- La ausencia del Estado en aquel sismo fue colmada por la sociedad civil, por ciudadanas y ciudadanos quienes sin tener obligación legal –como sí la tenían los servidores públicos– se desbordaron en las calles, plazas, junto a los edificios caídos para apoyar a los damnificados; de ahí emergieron muchas organizaciones sociales y civiles ya más organizadas para exigir los derechos a la vivienda, al trabajo y a los servicios esenciales a todos aquellos que lograron sobrevivir a esa tragedia, de ahí renació gran parte de la lucha por los derechos civiles y políticos de los habitantes de la capital del país, que se habían mantenido cercenados por un régimen autoritario, que mantenía a los ciudadanos como si fuesen súbditos, gobernados por un regente designado por el monarca presidencial.
3.- Hoy una nueva tragedia agobia a México, un sismo que se repite en la misma fecha –19 de septiembre– pero treinta y dos años después como parte de la misma historia, en donde de nueva cuenta han sido l@s ciudadan@s quienes antes que las instituciones del Estado se congregaron en los edificios derrumbados para quitar los escombros, para afrontar con solidaridad esta catástrofe, claro ahora en ciertas dependencias púbicas –como en el Ejército, Marina, Protección Civil, bomberos, hay personal más especializado en este tipo problemas, como el caso de Los Topos– y tecnología sofisticada para el rescate de personas, que ha sido de mucha utilidad para salvar vidas, y por otra parte se ha recibido el apoyo de empresas y de pueblos hermanos como respaldo internacional.
4.- El sismo de este 19 de septiembre está dejando otra vez la gran lección de que el pueblo organizado es capaz de realizar grandes hazañas, como ha quedado plenamente probado a lo largo de la historia de nuestro país. En la parte del respaldo social, sí es conveniente que todos los sectores expresemos nuestro apoyo incluyendo a los partidos políticos –sin politizar en absoluto este asunto– para que se desprendan de parte de sus prerrogativas y destinarlas al apoyo de las víctimas y damnificados, que los funcionarios públicos de todos los niveles de gobierno realicen lo propio, y que cada quien en su ámbito laboral y en su entorno, haga lo que esté a su alcance para que se concretice la más amplia solidaridad en este momento de luto nacional.
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