EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Sistema Estatal de Áreas Naturales Protegidas

Octavio Klimek Alcaraz

Enero 22, 2005

 

 

La conservación de la naturaleza a través de áreas naturales protegidas es un tema que se debe impulsar en forma prioritaria en el nuevo Gobierno de la Coalición Guerrero Será Mejor, y su candidato Zeferino Torreblanca.

La información disponible indica que en el estado de Guerrero existe una de las mayores diversidades biológicas de México. Los autores Flores y Gerez en su libro Conservación en México (1988), indican que “Guerrero es el 4º estado más diverso en especies de vertebrados terrestres mesoaméricanos y en número de endémicos estatales. Ocurren en él 153 especies de vertebrados endémicas a México.” Las especies endémicas, son aquellas que son únicas del lugar donde se encuentran.

La flora del estado –aún no estudiada en su totalidad– es una de las más importantes del país, aumentando su importancia por la presencia de un gran número de especies endémicas. El Centro Mundial de Monitoreo de la Conservación señala en 1992 a la Cañada del Zopilote, incluyendo a la zona del Parque Estatal Omiltemi –como uno de los siete “Centros Mundiales de Diversidad y Endemismo de Flora” existentes en México.

Al mismo tiempo en un análisis realizado por el que esto escribe en 1994, se señalaba que la pérdida y deterioro de la cubierta vegetal y los suelos, y en general la pérdida de espacios de vida ha provocado que en el estado de Guerrero por lo menos 21 especies de plantas vasculares (11 de ellas endémicas a México) se encontraban “actualmente en peligro”, y otras 31 especies de plantas vasculares (13 de ellas endémicas a México) estaban “potencialmente en peligro”; y que 78 especies de vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces de agua dulce) (17 de ellos endémicos a México) se encontraban “actualmente en peligro”, y otros 59 especies de vertebrados estaban “potencialmente en peligro” (15 de ellos endémicos a México).

Los datos anteriores evidencian los graves problemas ecológicos, en especial de los riesgos de pérdida de diversidad biológica, a los que se enfrenta el estado de Guerrero.

A pesar de ello según el Inventario Nacional Forestal (SARH 1994) sólo 46 mil 231 hectáreas de la entidad gozan de alguna protección legal para conservación, es decir no más del 0.7 por ciento de la superficie total del estado.

Esta superficie de conservación ubica a Guerrero en el lugar número 23 de los estados del país en cuanto a superficie bajo régimen de conservación. Agrava aún más esta información el conocimiento de que en la realidad sólo el Parque Nacional El Veladero, de 3 mil 617 hectáreas y el Parque Estatal Omiltemi de 3 mil 968 se encuentran sujetos a algún tipo de atención por instituciones gubernamentales, y con todo esto, dichas áreas se encuentran sujetas a graves presiones que cuestionan su propia existencia como áreas protegidas a pesar de la enorme necesidad de tener muestras representativas de los ecosistemas presentes en el estado de Guerrero.

La actual concepción de las áreas naturales protegidas indica claramente que la creación de éstas no debe suceder con el propósito aislado de cumplir sólo objetivos como el mantenimiento de la biodiversidad, sino que debe integrar a ellos el lograr satisfacer las diversas necesidades socioeconómicas de la población local en tránsito hacia el desarrollo sustentable, especialmente en sus zonas de amortiguamiento y transición, adicional a ello se incluiría la investigación científica que suministraría las bases técnicas y científicas para alcanzar un modelo de desarrollo sustentable.

La población del área natural protegida y/o de su zona de influencia debe participar desde su creación en su planeación y en caso de prescindir de determinados usos productivos, ser compensadas con nuevos proyectos productivos o de servicios. La protección y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales no deben ser objetivos que se enfrenten, ya que debe comprenderse que a mediano o largo plazo se complementan.

Las áreas naturales protegidas deben tener por lo consiguiente siempre un efecto útil, que puede ser social, científico, cultural, pero también de naturaleza económica-material.

En México y Guerrero, la creación de áreas naturales protegidas, en especial reservas de la biósfera y parques nacionales, representa una oportunidad favorable para la superación de problemas sociales en las comunidades rurales. Las áreas naturales protegidas pueden funcionar como catalizadores de programas de desarrollo socioeconómico bajo la premisa de un aprovechamiento racional y sostenible de los recursos naturales y la protección de la biodiversidad y el endemismo.

Pero esa concepción requiere enormes esfuerzos y voluntad política en todos los órdenes de gobierno, para que la creación de un área natural protegida no sea una acción aislada, que justifique inversiones en un programa de conservación de la naturaleza el cual no propicie, por ejemplo, prácticas negativas de control socioeconómico y político.

Las áreas naturales protegidas han dejado de ser conceptualizadas como islas de preservación en un territorio bajo ordenamiento ecológico, y se conciben como un soporte fundamental de éste, su estructura. Las áreas naturales protegidas no se encuentran aisladas de los procesos productivos del territorio ordenado ecológicamente, sino que al contrario juegan un papel fundamental para aplicar y demostrar el desarrollo de procesos productivos en armonía con la naturaleza.

A través del ordenamiento ecológico territorial se posibilita la creación en lo individual de áreas naturales protegidas, como unidades ecológicas independientes. Sin embargo, el papel fundamental de las áreas naturales protegidas en un territorio ya ordenado ecológicamente es el de lograr asegurar la continuidad de los procesos ecológicos y conservar la diversidad biológica de éste.

Con éste propósito, en un ordenamiento ecológico territorial se busca que las áreas naturales protegidas se organicen y agrupen en un sistema, que se vincula a través de una red de corredores ecológicos y zonas con diferentes grados de manejo. En este sistema se deben encontrar muestras representativas y balanceadas de los ecosistemas y la flora y fauna silvestre del territorio ordenado ecológicamente. Adicionalmente, el sistema de áreas naturales protegidas buscará que las relaciones de espacio en/entre dichas áreas, ésto es, su tamaño y distancia entre ellas, permitan el mantenimiento de tamaños mínimos de poblaciones, logrando que sea posible un intercambio genético entre ellas.

En conclusión, las áreas naturales protegidas son espacios territoriales que no solo ofrecen la oportunidad de conservar ecosistemas con mínima intervención humana, sino que también ofrecen la posibilidad de la búsqueda de un aprovechamiento verdaderamente sostenible de los recursos naturales por las comunidades humanas que se ubican o son vecinas a ellas.

Esto incluiría sistemas de áreas naturales protegidas con diferentes categorías, zonas con agroecosistemas diversos, en especial zonas con una producción agropecuaria y forestal sostenida. Las áreas naturales protegidas deben ser zonas modelos para la protección, el manejo y desarrollo de ecosistemas, pero igualmente representar el desarrollo de un uso sostenido de la tierra para beneficio de las comunidades locales.

 

P.D. Esperamos a nuestros paisanos en el cierre municipal en Chilpancingo. Todos a apoyar                                 la campaña a Gobernador de Zeferino Torreblanca este día Sábado 22 a las 4 de la tarde, partiendo del parque Margarita Maza al Zócalo.