EL-SUR

Viernes 10 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Temas de fondo para el proceso electoral

Jesús Mendoza Zaragoza

Marzo 15, 2021

Muchos son los temas que se pondrán en las agendas durante el proceso electoral que ya ha comenzado con las campañas para elegir al gobernador del estado. Sucesivamente se aparejarán las campañas a los demás puestos de elección popular. Hay temas urgentes y hay temas estratégicos, temas locales y temas regionales, temas emergentes y temas estructurales que deberán tocarse para que los ciudadanos participemos en la discusión con los candidatos y sus partidos. Por ello, las campañas deberían ser una verdadera herramienta para el diálogo. Tenemos que escuchar a los candidatos y candidatas y ellos, a su vez, tienen que escuchar a los ciudadanos.
Hay dos temas que, a mi juicio, merecen un trato preferente y de fondo. La construcción de la paz y las secuelas que nos deja la pandemia del coronavirus. Más que temas, son enfoques que articulan una serie de temas, algunos muy visibles y patentes, mientras que otros más invisibles porque están en las estructuras de la trama social. Esperamos que los candidatos aborden esos dos temas que, por ser complejos, no pueden ser tratados con simpleza, sino con la responsabilidad necesaria. Y también esperamos que escuchen a los ciudadanos para enriquecer el análisis y la visión necesaria para entender y abordar esos problemas con una perspectiva de futuro.
Hay que tomar en cuenta que todas las autoridades (federales, estatales, municipales y los congresos estatal y de la Unión) tienen responsabilidades y facultades específicas en torno a dichos temas que no pueden eludir, y que cada quien tiene que poner su parte en el conjunto de las decisiones políticas que convengan para abordarlos de manera integral. Vayamos por partes.
En cuanto a la construcción de la paz, su primacía es indiscutible. La violencia y la inseguridad han causado heridas profundas en todo el estado de Guerrero, más en unas regiones que en otras. Ha mermado el desarrollo y la democracia y ha deteriorado las instituciones todas. En este tema caben todas las violencias, desde las generadas por la delincuencia organizada a las violencias de género, desde las violencias institucionales y estructurales hasta las domésticas. El clima de inseguridad nos ha diezmado en términos de muertos, desaparecidos, desplazados y extorsionados, sobre todo.
La construcción de la paz tiene que plasmarse en políticas públicas de todos los gobiernos, incluso los municipales, y tiene que plasmarse también en las legislaciones que sean necesarias, en los ámbitos federal y estatal. Las legislaciones y las políticas públicas con enfoque de construcción de paz, con el liderazgo de los gobiernos y con la participación de los ciudadanos tienen que responder a problemas inmediatos y urgentes como el apoyo a familias de desaparecidos y la procuración de justicia. Y tienen que prever la reconstrucción del tejido social con el fortalecimiento indispensable de los lazos comunitarios y sociales. Y tienen que ver, después de todo, con una transformación de la sociedad con una lógica de justicia y de paz.
En cuanto a cómo enfrentar las secuelas de la pandemia, veo dos vertientes. Una, la que toca a los estragos económicos, sociales y de salud pública de gran parte de la población. ¿De qué manera se va a apoyar al amplio segmento de la población que ha quedado en la indefensión económica y social? Los problemas del desempleo, de las pequeñas y medianas empresas que tuvieron que cerrar, de la fragilidad del campo, entre otros.
La segunda vertiente está relacionada con la reconstrucción de la economía con un modelo más social y solidario y con la reconstrucción de un sistema de salud de alcance universal y eficiente. Hay que hablar de políticas públicas de prevención que incluyan educación y alimentación; y hay que hablar también de la capacidad hospitalaria. Hay que añadir que un sistema de salud que se precie de ser integral, necesariamente tiene que considerar la salud mental que, hasta este momento, no ha sido tomada en serio por el Estado y sus instituciones, ni para la prevención ni para la curación.
Paz y salud son temas cotidianos y, a la vez, estratégicos. Son decisivos para el desarrollo integral de los pueblos y de las personas, y ponen condiciones necesarias para la democracia y para mejorar todas las condiciones de vida que generen bienestar.
En este sentido, los votos tendrían que ser razonados a partir de las capacidades de los candidatos y de sus partidos para responder a los temas que trascienden los trienios o los sexenios, temas que ponen las bases y construyen respuestas a la medida de las necesidades más hondas de la sociedad.