EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Test, test, test ¿realmente es la diferencia entre el éxito y el fracaso sanitario?

Víctor Hugo Garzón Barrientos

Agosto 06, 2020

“Si nos limitamos a presentar los descubrimientos y productos de la ciencia –sin importar lo útiles y hasta inspiradores que puedan ser– sin comunicar su método crítico, ¿cómo poder distinguir entre ciencia y pseudociencia?”, dice Carl Sagan en The demon-haunted world.
Con esta claridad de pensamiento presente, trataré de abordar en este espacio un tema que, en todo el mundo, y en México, causa controversia y se ha politizado, pues la frase enfáticamente triplicada “pruebas, pruebas, pruebas”, que constituía el “mensaje clave” que el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzó al mundo en la conferencia del 16 de marzo de este año, ha sido descontextualizado del resto de las recomendaciones dadas en esa misma conferencia.
La politización de este key message de la OMS ha generado en distintos sectores opiniones encontradas, más basadas en la obstinación y la cosmovisión naturalista, idealista, religiosa y política de cada individuo y de sectores del colectivo humano. En México incluso puede equipararse al “hoy, hoy, hoy” del expresidente Fox, y que según Rob Allyn, un consultor político texano que colaboraba en su campaña, fue una “terquedad… (que convirtió en) … un acierto”.
Muchas críticas le han llovido al gobierno mexicano por “no hacer suficientes pruebas” (sic), sin hablar qué número da esa deseada “suficiencia”, ni el objetivo real ponderado de las mismas, siendo de las primeras críticas, los artículos de Donald G. Mcneil Jr y Azam Ahmed, en el New York Times, fundamentalmente este último en su artículo del 08 de Mayo, quien abordó “fuentes de salud de la Cdmx”, citando a los doctores Fernando Alarid-Escudero, y Laurie Ann Ximenez-Fyvie. Resalto la opinión de Nilanjan Chatterjee, profesor del Departamento de Bioestadística de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Johns Hopkins University: “el gráfico (del gobierno de México) es inconsistente con las formas de la curva en otros países” y esta aguda observación, ha sido la base de diversas protestas y quejas que se alejan del espíritu del discurso de T. Ghebreyesus en la OMS, aún sin considerar que el concepto de “comparación” no es posible entre países y poblaciones con circunstancias diferentes así como de los llamados, modificadores y distractores de efecto epidemiológico.
El NYT, en su actualización del 26 de Julio del mapa del Covid-19 en México, reporta 1:3 el registro/subregistro de muertes en la última semana, cifra muy similar a la mencionada por el subsecretario López-Gatell. Por cierto, el Times originó un método, que por demás es un método de estimación bastante valido y eficaz. Continúo en el tema que nos atañe: el Times menciona en esta actualización que en México solo se realizan 0.4 pruebas por cada mil habitantes (1k hab.), mientras que el promedio de la OCDE es de 23.0 por cada 1k hab. Como si esta diferencia, impactara realmente sin considerar el contexto.
McNeil Jr. en su artículo (24.03) menciona: “necesitas identificar y detener brotes y un riguroso rastreo de contactos”, idea que, sin mayor análisis bio-estratégico, ha permeado como el objetivo de las pruebas que se exigen. Y por tanto ha generado en diversos sectores la idea de que el “test, test, test.” de Ghebreyesus, tiene un gradiente (lo cual no es así) y que, mientras más pruebas se hagan, mayor control de los brotes, y menor IFR (Índice de Fatalidad por la Infección) podrá ser obtenido; este IFR lamentable e independientemente de las pruebas es en el mundo de casi 0.6 por ciento, como ya lo ha declarado la doctora Soumya Swaminathan, directora científica de la OMS y que para entenderlo, en números crudos representa 47 millones de personas.
Este último lo compararé con el CFR (Indice de Mortalidad por Caso) de la pandemia de “Gripe Española” de 1918, que significó más de 30 millones de muertos, el cual es de 2.5 por ciento y este a su vez con los CFR de China del 5 por ciento, USA del 4.6 por ciento, Islandia, Nueva Zelanda e Israel de menos del 2 por ciento, de Italia y el Reino Unido del 14 por ciento y de Bélgica del 16 por ciento y el de México de 11.1 por ciento, he aquí resaltaremos un hallazgo inesperado: si el objetivo de las “pruebas” es disminuir el numero de muertes, y México con 68.8 (en ese momento) pruebas por millón de habitantes tiene CFR de 11 por ciento, entonces ¿Por qué el Reino Unido, que al menos hasta el 1º de Julio ocupaba el primer lugar en “test” con 138 mil 860 pruebas por millón de habitantes, muestra un CFR del 14 por ciento?
La respuesta correcta a esto quizás esté fuera del alcance metodológico, pero parece tenerla la Washington University, a través de la propuesta del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) en voz de su
director de Sistemas de Salud, el mexicano Rafael Lozano, que es: “mas que contar muertos, intentar cuantificar vidas que se salvan”.
Lo importante para definir las políticas de salud adecuadas, no son las opiniones apasionadas de los profesionales en campos diferentes a la medicina, la biología molecular y las matemáticas en epidemiología, lo digo con mucho respeto. Tampoco son las visiones particulares de los políticos del país, citando al almirante Tim Ziemer, quien fuese el director comandante de la Unidad de Respuesta a Pandemias del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos: “A estas alturas de la emergencia, tiene poco mérito perder tiempo en lo que deberíamos haber hecho o de quién es la culpa” mensaje estrechamente ligado con el discurso del director de la OMS. Lo importante, son los modelos matemáticos epidemiológicos para el análisis de lo que está ocurriendo, y para ello, en el mundo se utilizan fundamentalmente los modelos matemáticos SIR, SEIR y SIRS; pero el Modelo IHME, me parece, el más adecuado para las políticas de contención y mitigación en nuestro país, y precisamente el modelo IHME proyecta para el 15 de octubre de este año, tres escenarios hipotéticos posibles dependiendo de las políticas públicas, y las conductas poblacionales conscientes o negligentes: en las curvas de mortalidad, con la flexibilización de las medidas de mitigación: 95 mil 861 casos; con la proyección actual (permanencia de la jornada nacional de sana distancia): 87 mil 192 muertes; y con el uso universal de mascarillas o cubrebocas 79 mil 155 decesos, con lo cual es evidente, que independientemente de las pruebas realizadas, la negligencia o la conciencia de la población con respecto a las recomendaciones sanitarias, significa una diferencia de 16 mil 706 muertes.
He de hacer notar que la cifra estimada matemáticamente por el Modelo IHME al día de hoy (03 de Agosto) en México es de 48 mil 811 decesos, mientras la cifra real contabilizada por el CSSE de la Universidad Johns Hopkins es de 48 mil 012, es decir la variabilidad es apenas mayor al 1 por ciento, para darnos una idea de la exactitud del modelaje matemático y sus proyecciones para escenarios futuros. Un punto más: si cambiamos el objetivo de las pruebas y del modelado epidemiológico que privilegian el número de muertos, y lo cambiamos al número de vidas salvadas, contabilizadas por el total de recuperados; contabilizados en el tablero de instrumentos del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Johns Hopkins University, México ocupa el lugar número 6 en el mundo con 353 mil 037 recuperados, solo superado por Brasil, USA, India, Rusia y Sudáfrica, donde cabe resaltar dos cuestiones:
1.- No figuran Reino Unido, España, Italia, Canadá y Alemania, quienes superan por mucho en el número de pruebas por millón de habitantes a México.
2.- Figuran India, y Sudafrica, que no están siquiera entre los 10 primeros con más pruebas por millón, e incluso india al primero de julio, supera a México con solo mil 885 pruebas por millón más.
Por último, la propuesta: “el llamado a los gobiernos federal y estatales, para permitir el acceso transparente a las bases de datos del registro civil y del Sector Salud a los individuos y grupos de investigación que se generen en esta contingencia sanitaria. En el caso del GEIIC en Guerrero, es necesario se permita (aplicando el modelo NYT) el acceso al big data del registro de defunciones en el Registro Civil, para la evaluación del “exceso” porcentual, entre otros”. Y que está en consonancia con todas las recomendaciones del doctor Tedros A. Ghebreyesus, dadas en ese memorable discurso del 16 de marzo, y que concluye de una forma loable, y hasta poética: “Estamos en esto juntos. Y solo juntos podemos salir adelante. ?Así que la regla del juego es: juntos”.

* El autor fue director general del Instituto Estatal de Cancerología de Guerrero