Arturo Martínez Núñez
Abril 09, 2019
El domingo dio inicio una nueva edición, la cuarenta y cuatro, del Tianguis Turístico de Acapulco. Durante la ceremonia de inauguración, Luis Barrios Sánchez Presidente de la Cadena Nacional de Cadenas Hoteleras, pidió al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que regresara la inversión de mas de 125 millones de dólares anuales que se gastaban antes de la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México. También pidieron acciones ante lo que ellos llamaron competencia desleal por parte de Airbnb.
El Presidente de la República habló acerca del combate a la inseguridad a través de la Guardia Nacional y mencionó que no había mejor promoción que la seguridad en los destinos turísticos y el desarrollo con equilibrio que incluya mejorar las condiciones de vida de los prestadores de servicios turísticos. A nadie le conviene ni es justo que existan paraísos para los turistas mientras los trabajadores viven en el infierno.
El turismo se desarrolló en México como la mayoría de los sectores económicos secundarios: sin orden, sin planeación y sin estrategia. Se trataba de explotar al máximo las bellezas naturales de nuestra patria sin pensar en el futuro, en la sostenibilidad ni en el medio ambiente. El caso mas emblemático de este crecimiento sin control es el de Acapulco que hoy padece de los problemas generados por su propio éxito.
El Estado mexicano ideó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur, como el organismo que se encargaría de explorar, desarrollar, promover y mantener, destinos que se habrían de conocer como Centros Integralmente Planeados entre los más destacados: Cancún, Ixtapa, Huatulco y Los Cabos.
Los CIP, efectivamente consiguieron tener destinos desarrollados con sentido urbanístico y turístico, pero no lograron detener el desarrollo desordenado alrededor de estas fuentes de ingreso que en dos generaciones transforma las economías locales.
Seguir promoviendo sin ordenar el desarrollo es atizarle al fuego de la inequidad, presionar la tensa situación social y continuar con el deterioro medioambiental. Acapulco de Juárez, por ejemplo, es de acuerdo con la última medición (2015) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el municipio con mayor numero de personas en situación de pobreza extrema con 93 mil 513 personas en esta condición.
El turismo es sin duda la industria del futuro. Pero el cuento de la llamada industria sin chimeneas, que hacía referencia a las bondades de una industria que no contaminaba, no lastimaba y solo traía bondades, ha quedado exhibido a lo largo de los años.
Sí al turismo con desarrollo equitativo, que promueva el desarrollo social y urbano y que respete el medio ambiente. No a las promociones millonarias y poco claras que se decidían en los comederos de Polanco a espaldas de los ciudadanos que viven, que disfrutan y que sufren del turismo.
@ArturoMN