EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¡Tierra a la vista!

Abelardo Martín M.

Mayo 05, 2020

 

 

La pandemia del Covid-19 tiene mucho de las experiencias de un naufragio que amenaza a todos quienes van en el barco: capitanes y tripulantes (gobierno) y pasajeros (el pueblo todo). Nadie está a salvo de evitar el contagio como tampoco alguien que vaya en la nave está excepto de morir. Existe quizá la diferencia de que en el coronavirus ha habido muchos intereses políticos que han pretendido obtener ganancias. Allá ellos.
En medio de la desesperación, la zozobra, la incertidumbre y el miedo principalmente, el espíritu de solidaridad y ayuda campea por el ambiente. La respuesta del pueblo es absolutamente positiva, salvo las excepciones que siempre existen de quienes son incrédulos o se creen inmunes a la pandemia, que alcanzará su máximo de contagio en los próximos días, según las previsiones del gobierno federal.
Como en los naufragios o las tormentas en el mar, cuando se ve la proximidad de la tierra se siente la esperanza de la salvación, aunque en realidad lo que se inicia es la larga lucha y el mucho trabajo por, después de haber salvado la vida, arribar a una isla desierta en la que habrá que construir refugio y buscar lo necesario para comer, para sobrevivir.
Esto es lo que el país vivirá en los próximos meses: una suerte de hallazgo de una isla en medio del mar, para recuperar los empleos perdidos, restablecer la producción y las cadenas de distribución de alimentos especialmente.
Poco se reconoce que para México siguen tiempos difíciles a los que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador les está dando frente, después de recibir un país ya en ruinas, con los sistemas de salud y educación deshechos, desmantelados con deficiencias estructurales que hoy, injustamente, se le exige atender. Los ingresos de petróleo, turismo y remesas de los emigrados a Estados Unidos especialmente se cayeron, de ahí que la única esperanza sea el restablecimiento de la economía a partir del apoyo a la pequeña y la mediana empresa y a la realización de obras de infraestructura inaplazables.
Es grosero que grupos de oposición hablen ahora de suspender las obras de infraestructura para atender la pandemia, cuando que ambas cosas son urgentes e inaplazables.
Esta pandemia ha envalentonado también a todos aquellos quienes, desde siempre, fueron críticos de AMLO e hicieron hasta lo imposible por impedir su llegada a la Presidencia. Hoy su apuesta es a que se vaya antes y hasta plantean su renuncia, cuando que, como en el naufragio, valdría más nadar o remar hacia el mismo lado y deponer los intereses personales o de grupo que se les concedieron durante décadas. Tiempos difíciles, pues, como los de un naufragio.
En Guerrero, la expansión de la infección ha sido desigual, en las principales poblaciones los casos han aumentado, en contraste más de cincuenta de los ochenta y un municipios no han reportado un solo caso; en Acapulco un turista argentino, en Chilpancingo una profesionista recién regresada de España.
Desde entonces estas dos ciudades, seguidas de Iguala, Taxco, Xochihuehuetlán y Tlapa, concentran la mayoría de los más de 300 casos, con más de medio centenar de muertes.
En municipios y comunidades alejadas los pobladores han optado por aislarse, instalar retenes o de plano cerrar los caminos. En cambio, los lugares de mayor hacinamiento han ocurrido mayor resistencia a la recomendación de quedarse en casa.
El turismo se detuvo y las playas se mantienen cerradas y vigiladas por las fuerzas armadas, medida que se mantendrá, por lo menos, todo mayo, al igual que bares, restaurantes y demás espacios de entretenimiento. Las zonas Dorada y Diamante de Acapulco han tenido ocupación hotelera de cero, en la zona Náutica y en otros lugares turísticos como Ixtapa, Zihuatanejo y Taxco, la cifra es de uno por ciento y un poco más.
El ayuntamiento de Acapulco dispuso el Programa Hoy no Circula, similar al que impera en la capital del país, para disminuir más aún la movilidad y se incluyó el servicio público, lo que provocó manifestaciones de protesta como bloqueos en avenidas de vecinos de La Sabana, Ciudad Renacimiento, y otras colonias, para denunciar que no tienen agua, exigir entrega de despensas o que se instalen comedores comunitarios, ante la falta de ingresos.
Pero si las tensiones y reivindicaciones sociales y políticas hacen a la gente dejar de lado las recomendaciones de no salir, de guardar distancia y respetar otras medidas de higiene, las tradiciones y costumbres también hacen lo suyo.
La gente acude masivamente a velorios y sepelios como el de Alejandro Marino, líder de los comerciantes del mercado Baltazar R. Leyva, ejecutado por el crimen organizado el martes anterior.
También, en los medios de comunicación fue muy difundido el velorio de la esposa del comisario de la comunidad de Yerbasanta, en Xalpatláhuac, fallecida presuntamente por Covid-19, a la cual asistieron más de setenta personas de la región, a quienes ahora se les pide estar en aislamiento.
Y el domingo pasado, 3 de mayo, también tuvo lugar el tradicional festejo anual en el barrio de Santa Cruz, en la capital guerrerense, con música, tlacololeros y tecuanes, mucho baile y mucho mezcal. Del Covid-19 ni quien se acordara.
Quienes en todo el mundo tienen un reconocimiento especial, son los trabajadores del sector salud, los médicos y enfermeras; personal de laboratorios, de intendencia, de ambulancias, que han dado lo mejor de sí y han afrontado su responsabilidad con todos los riesgos que ahora son evidentes, incluido tristemente el de la agresión de gente que hace gala de su estulticia y su ignorancia. Ello ha hecho necesario que el gobierno haya puesto en servicio un programa de transporte gratuito para el personal de Salud de los hospitales de Acapulco, con taxis y un ómnibus. Una reacción plausible ante hechos deleznables.
Pero no hay mal que por bien no venga, como dice el refrán, y la buena noticia son las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que ubican a Guerrero como el décimo lugar nacional en incidencia de homicidios dolosos, luego que en 2015 ocupó el primer lugar. En particular, Acapulco redujo la cifra de homicidios dolosos, en el primer trimestre del año, comparado con el anterior y a pesar de que marzo ha sido el mes más violento del año, la entidad logró disminuir en más de 11 por ciento el número de homicidios dolosos en el trimestre y se informó que la incidencia delictiva en municipios como Acapulco, Chilpancingo, Chilapa, Zihuatanejo y Taxco bajó hasta 27 por ciento durante la actual pandemia. La violencia parece venir a menos. Si esto fuera duradero ya es ganancia.
Lo relevante es que como en la tormenta o en los naufragios, ya hay tierra a la vista, la playa está próxima, solo que como en una isla en medio del océano hay que llegar y construir casa, ver cómo se va a comer y a empezar casi de cero. Ojalá que oportunistas, abusivos y gandallas no quieran hacer su negocio también allí. Todo tiene que cambiar, todos tenemos que poner de nuestra parte.
¡Ojalá!