EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Todo por la razón, nada por la fuerza

Silvestre Pacheco León

Julio 08, 2018

Con las cifras finales de la elección presidencial dadas a conocer por el INE, Andrés Manuel López Obrador alcanzó los 30 millones de votos que se propuso para ganar frente a su más cercano contrincante que resultó Ricardo Anaya por la Coalición PAN-PRD que obtuvo 12 millones, y muy alejado José Antonio Meade, candidato del PRI que apenas rebasó los 9 millones de votos.
Con una participación de los electores que superó el 63 por ciento de la lista nominal, la mayoría de los mexicanos hicimos historia al decidir el cambio de rumbo del país por la vía pacífica.
Fueron 36 años de modelo neoliberal, desde el gobierno de Miguel de la Madrid, los que el pueblo mexicano soportó con estoicismo, hasta que se reveló cívicamente como mayoría, no sin pocos intentos reprimidos por el gobierno mediante la compra de votos y de conciencias en tres elecciones, desde Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y luego las dos consecutivas de Andrés Manuel en el 2006 y 2012.
Fueron 36 años de lucha contra la idea neoliberal de que los mexicanos somos números y estadísticas en vez de personas.
Con esta ideología, por ejemplo, se decidió que era más barato comprar el maíz en el mercado mundial que subsidiar a los campesinos mexicanos para sembrarlo, aunque la respuesta haya sido el abandono del campo, el desempleo y el aumento en el cultivo de estupefacientes.
Los mexicanos pudimos sobreponernos a las peores condiciones generadas por el modelo neoliberal injusto que nos empobreció hasta lo indecible, concentrando la riqueza del país en pocas manos mediante la corrupción más descarada disfrazada como adelgazamiento del Estado que en tiempos de Salinas acabó con el patrimonio nacional entregándolo a manos privadas, hasta que un día nos levantamos convertidos en millones, parafraseando al escritor comunista norteamericano Howard Fast en su novela Espartaco.
La elección del pasado domingo fue un hecho histórico y una hazaña de López Obrador porque en 18 años sumó la voluntad de 30 millones de mexicanos a quienes convenció de que el cambio podía darse por la vía pacífica ofreciendo realizar una serie de propuestas que de concretarse resolverían la grave desigualdad mediante el combate a la corrupción para garantizar la igualdad de oportunidades para todos.

Un triunfo con alegría

El ambiente de alegría que permeó la jornada del domingo fue el primer aporte al cambio de lo que quiere esa mayoría que volcó su apoyo a López Obrador, seguridad y paz social. Por un día la gente dejó de lado el temor a la violencia e inseguridad que son cotidianos, y con su credencial en mano volvió a dar la pelea en el ánimo de recuperar las calles y las plazas que alguna vez fueron lugares de esparcimiento.
Fue enternecedor ver llegar a la señora de la tercera edad, sola, hasta una casilla en el pueblo de El Ocotito, y bajo la cancha techada preguntar tímidamente a la muchacha en la esquina de la tribuna, en cual casilla le correspondía votar, mientras delicadamente desenvolvía una servilleta donde guardaba su credencial para votar.
Mirando el apellido en la credencial la muchacha le indicó la fila que le correspondía extendiéndole junto con su credencial el bolígrafo de tinta azul que ella había desocupado.
–Gracias niña –le respondió la señora, –ya traigo el mío, –sacando su bolígrafo del monedero.
Cuando la pregunté a la muchacha si no había marcadores en la mampara me dijo que sí, pero que ella seguía la recomendación de las redes sociales para prevenir cualquier trampa.
Ahora, después de las elecciones y de ver la respuesta de los empresarios y políticos acercarse al candidato electo, me parece que no debemos olvidar que la polarización que se generó en la campaña dejó al descubierto a quienes se sienten afectados en sus intereses y privilegios, que no se resignarán a perderlos y tendrán deseos de actuar para obstaculizar el proyecto de sociedad amorosa para que descarrile.
Por eso conviene recordar la estrategia del general Cárdenas que organizó a las masas para que lo acompañaran en la expropiación petrolera y el reparto de tierras.
Ahora se requiere que la fuerza electoral que la elección dejó de manifiesto se mantenga alerta y vigilante, que no se diluya, no importa que sea alejada de los partidos porque éstos velan por sus propios intereses que no suelen equipararse con los de la Patria.

En Chilpancingo

Esta realidad de los intereses de partido la expuso Andrés Manuel en la plaza de Chilpancingo el 7 de junio en su histórico recorrido de nueve horas visitando las ciudades de Tlapa, Chilapa y la capital, cuando en la disputa entre Morena y el PT por el espacio del mitin, molesto el candidato, hizo cuentas a los presentes de que los partidos coaligados en Juntos Haremos Historia apenas sumaban 4 millones de votos, cuando para ganar se necesitaban 30 millones, como proféticamente se cumplió.
Llamo la atención en este hecho porque la mayoría que lo votó (un millón 18 mil guerrerenses) no tienen partido y quizá tampoco quieran tenerlo mirando cómo suelen ser encarnizados los pleitos entre ellos que de tan apasionados hasta se olvidan del enemigo principal.
Eso está pasando hoy en Chilpancingo entre los dos partidos de izquierda que pelean por los votos para ver quién se queda con la alcaldía, olvidándose ambos de festejar el enorme triunfo que significa haber conquistado la capital priísta por excelencia que deja sin base social al gobernador.
Quienes votamos aquí por el cambio tenemos que pedir cuentas por ello, tanto al PRD como a Morena que se califican de izquierda. Queremos ver lo que se proponen para aliviar la situación de angustia por la que pasan los capitalinos a causa de la inseguridad y la violencia.
Queremos saber lo que harán con la movilidad vehicular que se atrofia la mitad de la semana desquiciando la vida de la gente y con la basura que se acumula en las calles.
Los dirigentes de los partidos en disputa tienen un compromiso tan grande con sus electores que pierden tiempo y energías en su lucha, sin verse en el espejo del actual alcalde Leyva Mena quien sin base de apoyo, ahora también pone sus esperanzas en el nuevo gobierno de la república.