EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Transparencia y no simulación

Juan Angulo Osorio

Febrero 25, 2005

LA TRANSICION

Como se han dado las cosas, parece que quien ganó las elecciones del 6 de febrero fue el gobernador René Juárez Cisneros.

Es él quien lleva la iniciativa en todo el proceso de entrega-recepción, como se le llama en lenguaje burocrático a la transmisión del gobierno.

No se sabe si es él incluso quien fija las fechas y el lugar de las reuniones, pero sí es claro que ha decidido el formato de los dos encuentros que ha tenido con el gobernador electo Zeferino Torreblanca.

De éste no hemos escuchado ni una sola palabra sobre la reunión en Casa Guerrero del pasado lunes 14, o la que tuvieron este miércoles en la oficina del gobierno del estado en la ciudad de México.

Simplemente desapareció, incluso al parecer para algunos de sus colaboradores más cercanos. Aquí publicamos una versión de que Torreblanca se reuniría en México con el presidente de la República Vicente Fox Quesada, el secretario de Gobernación, Santiago Creel, el procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, y el jefe de Gobierno de la ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador.

Si esta información fue cierta, no sabemos, porque hasta ahora no ha sido desmentida. Si esas reuniones tuvieron lugar, tampoco se sabe, pues ni el gobernador electo ni su equipo de comuniación informan nada de nada.

El gobernador René Juárez ha venido diciendo desde antes de las elecciones que él gobernaría hasta el último minuto de su gestión, que temina a la medianoche del jueves 31 de marzo.

¿Quiere decir que él también definirá el formato de la ceremonia de toma de posesión?

Que el gobernador lleve la iniciativa política en estos primeros días de la transición no se reduce al formato cerrado y poco transparente de sus encuentros con Torreblanca.

También se nota en el discurso que lo presenta como el gobernador que propició la alternancia, y en ese sentido como el responsable de la paz poselectoral.

Como si hubiese sido posible burlar la voluntad popular ante la grandísima diferencia entre los candidatos que contendieron. Como si en esta tranquilidad no tuviese que ver la madurez de los electores, satisfechos por su hazaña de quitar el poder al grupo que lo detentó por tantísimos años.

Tal vez el espacio político que se le ha dejado a Juárez Cisneros para que se mueva a sus anchas, más allá de la cortesía política para el gobernador,                             tiene también que ver con esa contundente victoria electoral.

Como si el gobernador electo quisiese que se apagasen un poco los fuegos que encendieron los ciudadanos y el pueblo de Guerrero, que fueron los principales protagonistas del histórico triunfo, y que esperan un gobierno no sólo de alternancia sino de cambio verdadero.

Se acerca la ceremonia de toma de posesión, y los ciudadanos esperan que sea una auténtica fiesta de la democracia. Por eso sería muy conveniente que, a diferencia de lo que se ha visto hasta hoy, haya transparencia y claridad.

Que se informara de todas las negociaciones al respecto, sobre todo luego de que supimos ayer aquí por Hugo Pacheco León que la bancada del PRI intenta imponer un formato rígido para el acto del 1 de abril en Chilpancingo, y que amenaza incluso con no asistir si del lado del nuevo gobierno no se garantiza que no habrá abucheos y rechiflas para el gobernador. ¿Por qué no mejor pensar en que aplaudan los que tengan que aplaudir y chiflen los que quieran hacerlo? Esta es la realidad. Lo otro es sólo simulación. Lo mismo de siempre.