EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Tres años de López Obrador, presidente de México

Arturo Martínez Núñez

Diciembre 07, 2021

Tres años del pueblo hecho gobierno; tres años de austeridad republicana; tres años de una oposición extraviada y errática; tres años de critica a un presidente que sólo está cumpliendo con lo que prometió; tres años de la mayoría de los medios de comunicación mordiendo la mano que les quitó el bozal; tres años de subsidios directos a los más necesitados; tres años de un presidente cercano a la gente; tres años de un presidente que vive cercano a la gente, que no requiere de escoltas y que viaja como cualquier ciudadano; tres años de factureros sin chamba, tres años de “empresarios” prestanombres evadidos y de comisionistas en la chilla; tres años sin moches y sin sobornos; tres años de servidores públicos que han tenido que dejar el puesto por no entender que la 4T va a fondo y que no se vale la simulación ni la mentira; tres años de infundios y de odio clasista y racista; tres años de acusar de divisor al que quiere unir lo que los acusadores convirtieron en un país de ricos y pobres: pocos muy ricos y muchos muy pobres; tres años de un pueblo con esperanza y movilizado; tres años de un presidente que no descansa y que está decidido a hacer en seis lo que normalmente tomaría 12 años; tres años de someterse diario al escrutinio público, de dar la cara diario, de no rehuir ningún cuestionamiento; tres años del inicio de una nueva era donde el poder sólo sirva si es para servir y no para servirse; tres años de vivir sin excesos y sin opulencias; tres años del gobierno de la gente por la gente y para la gente; tres años de poner a la cultura en el centro de la vida pública; de que valga tanto una artesana de Xochistlahuaca que un promotor cultural de Polanco; tres años de obras y obras; tres años de democracia sin privilegios ni adjetivos; tres años sin gastar un solo peso más de lo que se recauda; tres años de absoluta disciplina macroeconómica; tres años de no meter las manos por nadie; tres años de absoluta transparencia y rendición de cuentas; tres años de valientes del Twitter que no saben qué no saben y qué no entienden que no entienden; tres años de un Círculo Rojo descolocado y errático, que no se explica cómo es que en sus estudios de opinión el presidente sigue gozando de una aprobación descomunal; tres años donde la única disputa real pareciera ser al interior de Morena; tres años de un partido en el poder que no ha sabido acompañar al Presidente en su esfuerzo; tres años de mucho pueblo y poco partido; tres años de proletariado sin cabeza y de cabeza sin proletariado; tres años de una intelectualidad que sufre el síndrome de Estocolmo y que deambula lloriqueando por las esquinas de sus redes clamando por el retorno del Ogro Filantrópico; tres años de pragmatismo donde el fin justifica los medios; tres años de un presidente que tiene colaboradores buenos, malos y regulares; tres años de alianzas a veces incomprensibles pero eficaces; tres años, los primera mitad de un gobierno diferente, un gobierno histórico, un gobierno que no es perfecto, más se acerca, a lo que la mayoría simplemente soñó.