EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Tres desafíos del Plan Guerrero

Florencio Salazar

Noviembre 04, 2021

 

La pobreza debe concebirse como la privaciónde capacidades básicas y no meramente como la falta de ingresos.
Amartya Sen.

La gobernadora Evelyn Salgado ha recibido el respaldo absoluto del gobierno federal. La gira que realizó el presidente López Obrador en nuestra entidad los días 22, 23 y 24 de octubre pasado, tuvo dos vertientes: visitar las zonas de mayor marginación social y celebrar una reunión plenaria del gabinete federal en Chilpancingo. La prensa ha anunciado con amplitud programas y recursos comprometidos. Siendo nuestro estado asunto de seguridad nacional, qué bueno que la voluntad presidencial priorice la atención a los pobres del sur.
Como es obvio, al cambio de gobierno se generan expectativas de mejora en la población y en automático se crea un espacio de distensión para que la nueva administración se asiente y empiece a actuar. Es el llamado bono democrático, que podrá ser tan amplio como lo permita la irritación social. Hay que sumar a la expectativa local la creada ahora por el gobierno federal.
Se anunció en esa visita la puesta en marcha del Plan de Apoyo para Guerrero, que incluye los compromisos presidenciales para la construcción de infraestructura carretera en la Montaña y Costa Chica. Se trata de nuevas inversiones y el mantenimiento y ampliación de los programas sociales, como Jóvenes Constru-yendo el Futuro. El enfoque es que los recursos lleguen directos a la población, tanto para la ejecución de obras como a los propios beneficiarios de apoyos económicos.
Lo que sigue ahora no es tarea menor: la ejecución del Plan Guerrero. De la voluntad presidencial al terreno de los hechos hay una buena distancia considerando que la administración pública –aquí y en cualquier otra parte– es un elefante reumático, como lo ha dicho el Ejecutivo federal. Es decir, es una mole a la que hay que mover. Y quien debe hacerlo es el gobierno local.
Se desconoce la estructura organizacional del Plan Guerrero, pero asumo que debe haber –o habrá– un grupo intersecretarial que, identificados los problemas de atención prioritaria (en Guerrero casi todos lo son), tenga un ejecutivo de cuenta que coordine, promueva y ejecute los programas del Plan con la gobernadora Salgado; informe y acuerde con el presidente de la República. Son indispensables los análisis de los problemas, de las soluciones, de factibilidad y las recomendaciones para la acción de las políticas públicas para darle viabilidad al Plan (Julio Franco Corzo). Lo anterior es necesario, pues si bien la gente conoce sus necesidades, aún cuando ella haga las obras se requiere los dictámenes técnicos que aseguren caminos sin riesgo de deslaves o que se hundan por la mala calidad de los suelos. Los buenos resultados son la entrega de lo propuesto.
La planeación es indispensable a fin de evitar que la tramitología pause las acciones a realizar. De ahí la necesidad de que la gobernadora Salgado haga lo suyo a través de un pequeño equipo (de sus colaboradores), que coordine y apoye lo correspondiente al Plan Guerrero con la Federación. Cuando el presidente de la República dispone inversiones de esta envergadura, sus subordinados tienden a hacer las cosas con prisa para mostrar resultados, los que sean, pero visibles. Se debe evitar el desenfoque. La realización de muchas acciones simultáneas exige una comunicación eficaz.
Traslado la recomendación del pluridimensional Peter Drucker: “El análisis de las relaciones ofrecerá un mapa de los contactos que un determinado directivo habrá de desplegar hacia arriba, hacia abajo y lateralmente (…) Además de ser una herramienta eficaz para construir la estructura, lo es para seleccionar inteligentemente el personal”. Se trata, según el reconocido humanista, de tener un buen esquema de decisiones para distribuir la autoridad y la responsabilidad, evitando también que las políticas públicas se conviertan en problemas políticos.
El Presidente Echeverría dispuso que se construyera una cancha de basquetbol en cada comunidad del país. Se hicieron miles: en la mitad de un campo de futbol, a borde de carretera pero lejos de la comunidad, en medio de un camino. Mucho dinero desperdiciado. No basta ejecutar obras, hay que hacerlas bien para evitar frustraciones. Y es al gobierno local al que toca asegurar que no sea de otro modo. Es su primer desafío.
El tequio oaxaqueño es una cultura ancestral entre los pueblos indígenas. En San Juan Copala, de la comunidad triqui, miré en el techo de algunas casas varios nombres. Pregunté el motivo. “Cada uno de ellos ayudó a hacer la casa, cuando ellos hagan la suya los demás lo ayudaremos”. Igual es con las obras y hasta con las bodas en las que se apoyan con animales y bebidas; le devuelven a cada uno cuando tienen el mismo evento o en fechas pactadas. Caso emblemático es cuando eligen por usos y costumbres a su alcalde, generalmente es migrante, y éste vuelve de Estados Unidos para servir al pueblo. Ojalá prenda esa cultura en nuestras comunidades.
La gobernadora ya visitó Oaxaca para conocer la experiencia de aquella entidad en la construcción de camino con mano de obra indígena y campesina. Este tipo de obra, además de comunicar pueblos, como es su objetivo, genera una importante derrama reactivando la economía de la región. Seguramente querrá conocer de manera directa programas similares a los que contenga el Plan. Pero tiene que hacerlo con precisión y velocidad porque al presidente López Obrador le faltan tres años y un mes para que concluya su periodo. A ese tiempo hay que descontarle los electorales. Es su segundo desafío.
Organizar socialmente a los beneficiarios para que sientan el compromiso de hacer para servir y que las autoridades cumplan con pulcritud la encomienda. De la protesta social y la organización política ahora se debe pasar a la organización productiva. Que los beneficiarios hagan suyo el Plan, evitando su uso partidista y excluyente para que la lucha social no degenere “en un torbellino de pasiones fuera del control del Gobierno”, como lo afirmó el gobernador Rafael Catalán Calvo el 1º de junio de 1941 al asumir el cargo. Es su tercer desafío.
La gobernadora Salgado tiene aptitudes para hacer su trabajo, y no podría ser de otro modo porque los problemas no esperan y tienden a incrementarse cuando se descuidan. Guerrero necesita que el Plan funcione y ofrezca buenos resultados. Como guerrerense deseo que le vaya bien a la nueva administración pública. El gobierno debe aprovechar lo existente que funciona. El estado no empieza cada seis años. El presidente López Obrador dijo que había que dar mantenimiento a las obras. Así debe ser, porque no son de una administración determinada, son de la sociedad.
Es pesado gobernar, es más pesado no gobernar.
Apostilla. He decidido separarme de la política activa. Desde hace siete años carezco de militancia partidista. Ahora me dedico a la promoción y gestión cultural, como lo hice hace ya muchos años. Trato de concretar un proyecto y ponerlo al servicio de Chilpancingo.