EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Un breve orden entre el caos

Adán Ramírez Serret

Agosto 10, 2018

 

México es un país con muchos defectos, y me parece que tenemos la gran virtud de señalarlos. Una sociedad sin crítica es una sociedad perdida. Recordando que la crítica es, siempre, un examen, un cuestionamiento de lo que sucede. Por lo tanto, si somos ecuánimes, descubrimos que entre los muchos defectos hay innumerables virtudes. Una de ellas, de las cosas positivas en nuestro país, es siempre la cultura, el arte. Desde siempre hemos sido un país plagado de obras de arte; y lo mejor es que la expresión no es pasiva. No exaltamos lo maravilloso que ya existió sino lo quesigue sucediendo. Entre muchísimos ejemplos que nos pueden venir a la mente, a propósito pienso ahora, lo que concierne a esta columna, en la literatura, en específico en los increíbles escritores y en las maravillosas editoriales que han surgido en los últimos años.
Para no ir muy atrás, pienso ahora a vista de pájaro en la labor de Emilio Carballido en la Universidad Veracruzana; en Joaquín Diez-Canedo en Joaquín Mortiz; y en ERA con Vicente Rojo, José Azorín y Neus Espresate. Sin duda son proyectos que cambiaron la corriente de la literatura mexicana, con nombres como García Márquez, José Emilio Pacheco, Jorge Ibargüengoitia y Elizondo, por tan sólo citar algunos que renovaron e hicieron independiente una corriente. Precisamente este adjetivo, independiente, es el que han retomado en los últimos años editoriales como Almadía, Sexto Piso, Tumbona, Elefanta, y una más reciente que quiero celebrar hoy, Antílope.
Una editorial independiente es importante porque es precisamente eso; un grupo de editores y escritores autónomo que publican los libros que les gusten. Parece poco, pero esto es precisamente lo que da fuerza y capacidad de transformarse a una literatura.
He reseñado antes en esta misma columna libros de las editoriales citadas; pero hasta ahora, ninguno de Antílope, que precisamente hoy cumple tres años de remar contra viento y marea, editando libros fantásticos. Con apuestas extraordinarias como Las mutaciones de Jorge Comensal (con apenas 30 años), que es un escritor original y maduro. Con traducciones de la poesía de la brillante Robin Myers y el escritor Daniel Alarcón y con algunos autores consolidados pero igual de refrescantes como el chileno Alejandro Zambra.
Me gustaría recomendar hoy en específico el libro de Guillermo Espinosa Estrada (Puebla, 1978) Entre un caos de ruinas apenas visibles. Se trata de un ensayo de 147 páginas, en donde toma como las piedras para construir su iglesia –en este caso, su libro, por supuesto–; una escultura en Esparta, desaparecida hace milenios, a Gelos, el dios de la Risa. Toma este momento bastante olvidado en nuestro mundo, para arrancar un relato en donde se mezclan la historia de la Risa, “Según una antigua tradición gnóstica, el cosmos fue creado como una carcajada divina”; para luego contarnos la biografía de intelectuales que fueron piedra angular para la filología del siglo XX, Werner Wilhelm Jaeger, Eric Auerbach, Erns Robert Curtius y Walter Benjamin. Relata su terrible vida en los inicios de la Segunda Guerra Mundial y sus fascinantes pesquisas literarias. Mezclado todo esto con un relato autobiográfico de sus propios inicios literarios y una entrañable amiga de la infancia que lo hizo escritor.
Pese a lo que se pudiera pensar, es un libro ligero, ágil y entretenido, en el cual el lector se sumerge en un viaje por la Grecia antigua, erudito y generoso; la Europa de entre guerras a punto de caerse a pedazos; y la cotidianeidad de un joven poblano que busca su vocación. Todo, por supuesto, inundado por la búsqueda de la Risa. De la carcajada divina que nos ayude a sobrellevar la vida.
Enhorabuena a la maravillosa editorial Antílope que con la apuesta, que cuesta riñones y cordura, que es llevar una editorial, una revista o un periódico; saca a la luz obras que crean un breve orden entre del caos.
(Guillermo Espinosa Estrada, Entre un caos de ruinas apenas visibles, Ciudad de México, Antílope, 2017. 147 páginas).