EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Un homenaje a los de abajo

Tlachinollan

Julio 30, 2021

 

En memoria de Felipe Flores Hernández, líder histórico del Cecop.

Fue en una reunión con Ángel Pérez Aguirre, el responsable del proyecto hidroeléctrico La Parota, donde Felipe Flores, se conoció con Marco Antonio Suástegui y Gumersindo Joaquín Prudencio. Los tres encararon al funcionario federal y pronto se identificaron como opositores a la presa. En esta reunión ríspida, Felipe, con su machete enfundado, miró con dureza a Ángel Pérez y le dijo: “los comuneros de Cacahuatepec no vamos a permitir que se inunden nuestras comunidades”. Le recalcó “solo muertos podrán construir La Parota”. Marco Antonio, quien iba a acompañado de su papá Pedro Suástegui, quedó impactado por ese temperamento que proyectaba compromiso y decisión, de un campesino originario de Garrapatas.
En estas reuniones que continúo haciendo Ángel Pérez Aguirre se fue incubando un movimiento opositor dentro de los Bienes Comunales de Cacahuatepec. A pesar de que convencía con dinero a los comisarios municipales y contrataba a decenas de trabajadores, no pudo corromper a Marco Antonio y Felipe. Desde 2003, el trabajo turbio de Pérez Aguirre empezó a trastabillar, y con el tiempo, a cavar su tumba. Fue memorable la reunión que se hizo en La Parota donde tenían planeado hacer la cortina, porque ahí también Ángel Pérez, encontró oposición por parte de los comuneros liderados por Marco Antonio y su papá.
En el mes de marzo Crescencio Jerónimo Aparicio de Cacahuatepec, convocó a los comuneros para hacer un plantón contra los ingenieros de la CFE, con el fin de impedir que entraran a su territorio. Fue en el lugar conocido como El Fraile, a la orilla del río, donde se instaló el primer plantón. Lamentablemente el poder corruptor de Ángel Pérez pudo más que la convicción de Crescencio, quien esa misma mañana negoció con el ingeniero Ángel para quitar el plantón. Esto sucedió también en abril con Israel Lorenzo Navidad, ex comisariado de Bienes Comunales de Cacahuatepec, quien amenazó con instalar otro plantón con la intención aviesa de sacar dinero.
Ante estas flaquezas de los líderes que vendían el movimiento, Felipe Flores contactó a Marco Antonio para visitar los ejidos de la Ruta del Sol, fueron a Sabanillas, Dos Arroyos, La Palma, Venta Vieja, entre otros ejidos. Tuvieron el gran mérito de incorporar a comisarios municipales y comisariados ejidales a este movimiento opositor, firmando un documento conjunto para exigir la salida de la CFE. La fecha histórica de este acuerdo fue el 28 de julio de 2003 donde se reunieron en El Fraile algunas comunidades del núcleo agrario de Cacahuatepec con los ejidos de la Ruta del Sol. Por su parte Ángel Pérez se dio a la tarea de visitar a los núcleos ejidales para desactivar el movimiento y hacer el vacío en la reunión del 28. En la madrugada, como a las 5 de la mañana se presentaron alcoholizados los ingenieros Víctor Manuel y Arturo Mancera para reclamarles a Felipe y a Marco las acciones que estaban realizando contra la presa La Parota. Ante esta provocación, la gente que acudió los detuvo por unas horas para posteriormente liberarlos, a cambio de que sacaran la maquinaria y respetaran la decisión de los comuneros y comuneras. Fue en ese día memorable cuando en plena asamblea decidieron nombrar a tres representantes del movimiento que recién nacía para impedir la construcción de la presa. Quedó en primer lugar Gumersindo Joaquín Prudente de San José Cacahuatepec; en segundo lugar Felipe Flores Hernández de Garrapatas y en tercer lugar Marco Antonio Suástegui, por haber terminado sus estudios de Arquitectura. Desde esa fecha las comunidades fueron empoderándose al tomar el control de su territorio, sin embargo, la acción nefasta de Ángel Pérez continuó alentando la agresión por parte de los trabajadores que tenían contratados la CFE. Para evitar confrontaciones, el plantón se movió junto a La Tolva de los Valle en la comunidad de Agua Caliente.
A mediados de junio, Gumercindo fue convocado por el gobernador René Juárez Cisneros, quien lo citó en Casa Guerrero en la capital del estado. Inmediatamente se enteraron Felipe Flores y Marco Antonio, quienes se movilizaron con la gente y se trasladaron en cinco camiones urbanos, combis y taxis de Acapulco para protestar en Casa Guerrero. Ahí emplazaron al gobernador a que dijera el motivo de esta reunión con Gumersindo. Ante la presión de más de 300 personas, Juárez Cisneros aceptó hablar con Marco Antonio y Felipe Flores donde les expresó que la reunión con Gumersindo era para disuadir la protesta, y que, por lo mismo, los invitaba a establecer una negociación. En ese instante expidió un cheque y se lo entregó a Felipe Flores. Fue tal su indignación que, enfrente del mismo gobernador, Felipe rompió el cheque y lo tiró. Quedó claro el rompimiento entre el movimiento opositor y el gobierno de René Juárez Cisneros.
Ante las provocaciones de los simpatizantes de la presa, llamados “vendidos” por Felipe y Marco Antonio, tuvieron que mover los plantones a lugares más seguros como, Agua Caliente, Parotillas, Gallinero, El Cantón, Las Joyitas, ejido de Agua Zarca, Guamuchitos y Dos Arroyos. Fueron claves estas acciones de fuerza, que le dieron identidad a lo que sería el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop).
Con la salida de Gumersindo se incorporó el activista Rodolfo Chávez Galindo, quien dejó todo para abrazar la causa del Cecop. Su presencia fue importante para establecer relaciones con organizaciones sociales del país. Fue en esas fechas cuando Rodolfo logra que Felipe y Marco Antonio participen en el tercer Foro Mesoamericano Contra Las Presas que se llevó a cabo en la República de El Salvador en el 2004. A su regreso de esta primera experiencia internacional, el gobernador René Juárez ya les tenía preparada sus órdenes de aprehensión. Marco Antonio tuvo la triste noticia de que su madre Nohelia Muñoz falleciera cuando viajaba a Centro América. Al regreso, cuando se dirigía al camposanto para rezarle y llevarle unas flores, la Policía Ministerial lo detuvo en la vereda de Amatillo. Al llegar a la cárcel de Tres Cruces, un comandante le espetó “caíste por oponerte a la presa La Parota”. También le dijo que había órdenes para detener a Felipe y Rodolfo Chávez. En dos ocasiones, Felipe estuvo a punto de ir a la cárcel. Se salvó porque la orden de aprehensión girada estaba a nombre de Felipe Flores Solano. Con la astucia y la habilidad que tenía Felipe se identificó con sus apellidos Flores Hernández. De los tres líderes representantes del Cecop sólo Felipe pudo evitar la cárcel.
Tuvieron la oportunidad de asistir al foro realizado en Sao Paulo, Brasil, para compartir la experiencia sobre su lucha contra la construcción de la hidroeléctrica. Después de proyectar su movimiento, asumieron la tarea de organizar al Cecop para contener las asambleas espurias que convocó el comisariado de Bienes Comunales, respaldados por la CFE y el gobierno del estado. Fueron emblemáticas las acciones que emprendió Felipe Flores para impedir la realización de las asambleas. La talla de un hombre valiente, dispuesto a defender su tierra con el machete en la mano, lo demostró Felipe, en la asamblea convocada en El Campanario donde el secretario de Seguridad Pública, Heriberto Salinas Altés, mandó a más de 500 policías para contener a los opositores. Fue Felipe Flores quien encaró a los policías y sacó su machete para cortar el cable que habían instalado los policías, con el fin de obstruir la entrada de los comuneros y comuneras aglutinados en el Cecop. Felipe se la jugó, sabía que al encañonarlo los policías darían en el blanco para matarlo. No le importó, y así junto con Marco Antonio Suástegui conformaron la dupla para abanderar la lucha e impedir que se consumaran las asambleas que se realizaron fuera del núcleo comunal de Cacahuatepec.
En la mayoría de las asambleas se enfrentaron con la Policía del Estado y la Policía Municipal de Acapulco, en los gobiernos de Zeferino Torreblanca y Alberto López Rosas. Fueron memorables las luchas que libraron cuerpo a cuerpo en Dos Arroyo y La Concepción. También dieron la pelea en los tribunales agrarios. Además de hablar con los magistrados, realizaban marchas y plantones para exigir que resolvieran, tomando en cuenta los derechos inalienables de los dueños de la tierra de Cacahuatepec. Ganaron todos los juicios agrarios y lograron consolidar un movimiento opositor que se transformó en un referente nacional e internacional. Fue tan representativa su lucha que a su territorio acudieron los relatores de la ONU, como Rodolfo Stavenhagen, Milon Kotari y la secretaria general de Amnistía Internacional Irene Khan. Felipe y Marco Antonio también recibieron al Subcomandante Marcos y a doña Rosario Ibarra de Piedra, senadora de la república.
Justo a los 18 años de creado el Cecop, murió uno de sus fundadores emblemáticos: Felipe Flores Hernández, quien fue junto con Marco Antonio Suástegui los constructores de un movimiento opositor que le dieron identidad propia basada en la defensa del territorio. Su lema de “la tierra no se vende se ama y de defiende”, ha trascendido fronteras. Honramos la memoria de Felipe Flores Hernández, un hombre del campo, que con su machete en la mano y su palabra sencilla hechó abajo el proyecto hidroeléctrico La Parota, que pretendía desplazar a más de 25 mil personas para crear un emporio turístico y continuar con el negocio privatizador del agua. Felipe murió en medio de la pobreza y las enfermedades que diezmaron su fuerza, sin embargo, nunca claudicó en su lucha y ese es el legado que hereda a los pueblos campesinos, indígenas y afromexicano de Guerrero.