EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Un mundo justo en un planeta seguro

Octavio Klimek Alcaraz

Junio 03, 2023

Los humanos están asumiendo inmensos riesgos por el futuro de la civilización y los seres vivos del planeta, muestra un nuevo estudio en la prestigiada revista Nature. El artículo científico se titula “Límites del sistema de la Tierra seguros y justos” y fue realizado por un equipo científico internacional de la Comisión de la Tierra, integrado por más de 40 investigadores. Su autor principal es el Profesor Johan Rockström, copresidente de la Comisión de la Tierra, autor principal y director del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam. La Comisión de la Tierra es parte del programa internacional de investigación Tierra Futura (Future Earth) y una piedra angular de la Alianza Global para los Bienes Comunes (Global Commons Alliance). El artículo puede encontrarse en la página electrónica: https://www.nature.com/articles/s41586-023-06083-8.
Aunque la Tierra ha pasado por muchos períodos de cambios ambientales significativos, el medio ambiente del planeta ha sido inusualmente estable durante los últimos 10 mil años. Este período de estabilidad, denominado Holoceno por los geólogos, es donde se ha desarrollado la humanidad. Sin embargo, tal estabilidad ahora puede estar bajo amenaza. Así, a partir de la Revolución Industrial ha surgido una nueva época, el Antropoceno, en donde el principal impulsor del cambio ambiental global son las actividades humanas. Las actividades humanas están causando que el sistema terrestre salga del estado ambiental estable del Holoceno. Sus consecuencias serían perjudiciales o incluso catastróficas para gran parte de la humanidad.
En respuesta a esta problemática, el estudio se basa en el concepto de límites planetarios propuesto por Rockström y sus colegas en 2009 (https://www.nature.com/articles/461472a), cruce que amenaza la estabilidad de los ecosistemas de la Tierra. Ahora se ha agregado un límite que considera no solo un espacio seguro, sino también justo para que la humanidad actúe.
El nuevo estudio se basa en evidencia científica que define las condiciones biofísicas para mantener un planeta estable (“seguro”) como base para la vida en la Tierra y evalúa cómo evitar daños significativos a los humanos y otras especies. Los intentos científicos anteriores para definir los límites del sistema terrestre, como el anterior de Rockstrom de 2009 y colaboradores para establecer un marco de límites planetarios, han abordado las condiciones globales necesarias para mantener un planeta estable y proteger la vida en la Tierra.
Así, el estudio es el primero en cuantificar los límites seguros y justos del sistema de la Tierra a escala global y local para múltiples procesos y sistemas biofísicos que gobiernan el estado del sistema de la Tierra. Por primera vez, la seguridad y la justicia para la humanidad en la tierra se cuantifican y evalúan según los mismos parámetros que también se utilizan para medir la preservación de la base de la vida y la estabilidad de la tierra. Considerar la justicia y evitar un daño significativo a las personas de todo el mundo conduce necesariamente a límites más estrictos del sistema terrestre.
Se han calculado 8 límites seguros y equitativos para el clima (1), la biodiversidad (naturaleza global intacta (2); integralidad funcional de la naturaleza (3)), el aprovechamiento del agua (agua superficial (4); agua subterránea (5)), y varios tipos de contaminación del aire, el suelo y el agua (expresado en cargas de: aerosoles (6); fósforo (7); nitrógeno (8)). El estudio concluye, que 7 de 8 de estos límites ya se han superado, como se expone de manera sintética a continuación:

Clima

1. Seguro: mantener aumento de la temperatura media mundial por debajo de 1,5oC para evitar una alta probabilidad de múltiples efectos adversos por el cambio climático. Aun no violado.
Justo: mantener aumento de la temperatura media mundial por debajo de 1oC para evitar una alta exposición a daños significativos por el cambio climático. Rebasado, dado que el aumento actual es de 1,2°C. Límite Seguro y Justo: 1oC

Biodiversidad

2. Naturaleza global intacta: Límite seguro y justo, al menos 50-60% del área del ecosistema natural.
Rebasado, ya solo existe 45-50 por ciento del área de ecosistema natural.

3. Integralidad funcional de la naturaleza: límite seguro y justo, al menos un 20-25 por ciento de vegetación (semi-) natural en cada kilómetro cuadrado.
Rebasado dado que dos tercios de la superficie terrestre están dominados por los seres humanos.

Agua

4. Agua superficial: límite seguro y justo, menos de 20 por ciento de alteración de caudal mensual.
Rebasado en 34 por ciento del área global.

5. Agua subterránea: límite seguro y justo, disminución anual inferior a la recarga del acuífero.
Rebasado en 47 por ciento de la superficie global.

Ciclos de Nutrientes (fertilizantes)

6. Nitrógeno: límite seguro y justo, menos de 57 TgN/año (global).
Rebasado con excedente de 119 TgN/año.

7. Fósforo: límite seguro y justo, 50-100 mgP/m3 (concentración local de agua dulce); excedente de 4,5-9 TgP/año (superávit global).
Rebasado por excedente de 10 TgP/año.

8. Atmósfera: Carga de aerosol

Global: diferencia de la profundidad óptica del aerosol (AOD, aerosol optical depth) interhemisférica media anual menor de 0,15 (segura). No incumplido en 0.05 diferencia de la profundidad óptica del aerosol.
Local: 0,25 de profundidad óptica de aerosol (AOD) para evitar cambios en los monzones (seguro). 15 ?g/m3 PM2.5 para evitar una alta probabilidad de daño a la salud humana.
Seguro y justo (local): 15 ?g/m3 PM2.5.
En el estudio se discute que el concepto de justicia entra en juego cuando se trata del cambio climático, por ejemplo: mientras que los científicos todavía clasifican un calentamiento de 1,5 grados centígrados como “seguro” en comparación con la era preindustrial, ven un calentamiento máximo de un grado como “justo”. Porque incluso tal como están las cosas hoy, decenas de millones de personas se ven enormemente afectadas por el cambio climático, escriben los autores del estudio. Este número aumentará dramáticamente con cada décima de grado de calentamiento.
Rockström y colaboradores señalan que ya se han superado los dos límites seguros y justos en términos de biodiversidad: entre el 50 y el 60 por ciento de la superficie terrestre del planeta habría que dejarla en su estado natural o gestionarla de forma sostenible para que los ecosistemas puedan funcionar. Actualmente, esto solo se aplica al 45 o 50 por ciento de la superficie terrestre. En realidad, del 20 al 25 por ciento de cada kilómetro cuadrado debería estar cubierto en gran parte por vegetación natural, pero este requisito solo se cumple en un tercio de las áreas que están bajo la influencia humana.
Asimismo, para preservar los ecosistemas en y alrededor de los ríos y las aguas continentales, sus niveles de agua solo deberían fluctuar alrededor del 20 por ciento del volumen de agua. En aproximadamente un tercio de la superficie terrestre del mundo, este no es el caso. Además, solo debe eliminarse la cantidad de agua subterránea que pueda reponerse. Este límite se está rompiendo actualmente en el 47 por ciento de las áreas terrestres del mundo
Los valores de nitrógeno y fósforo, que se introducen en los cuerpos de agua a través de fertilizantes artificiales en el suelo y los sistemas de agua, también son claramente demasiado altos. Esto conduce a la proliferación de algas, que pueden ser tóxicas para los humanos y los animales y agotar el oxígeno en las capas de agua más profundas, creando “zonas muertas” bajo el agua.
Los aerosoles hechos por el hombre en el aire son el único criterio por el cual aún no se ha excedido el límite seguro y justo del sistema de la Tierra, según el equipo de investigación. Según los cálculos de los investigadores, este límite aún no se ha alcanzado; sin embargo, la incertidumbre sobre esta cuestión es particularmente alta. A nivel local, el valor razonable ya se ha excedido. Sin embargo, los datos no son suficientes para una evaluación global de la contaminación por aerosoles. Según Rockström y sus colegas, alrededor del 85 por ciento de todas las personas están expuestas a la contaminación por partículas que supera un valor de 15 microgramos por metro cúbico de aire en el caso del tamaño de partículas PM2.5 y se estima que la exposición ambiental a partículas PM2.5 causa 4,2 millones de muertes al año 89, y los grupos vulnerables se ven más afectados desproporcionadamente ya que contaminan menos.
El artículo finaliza señalando que, “se requiere una transformación global justa en todos los límites del sistema terrestre para garantizar el bienestar humano. Dichas transformaciones deben ser sistémicas en los sectores energético, alimentario, urbano y de otro tipo, abordar los impulsores económicos, tecnológicos, políticos y de otro tipo del cambio del sistema terrestre, y garantizar el acceso de los pobres a través de reducciones y reasignaciones del uso de recursos. Toda la evidencia sugiere que este no será un viaje lineal; requiere un salto en nuestra comprensión de cómo la justicia, la economía, la tecnología y la cooperación global pueden promoverse al servicio de un futuro seguro y justo.”