EL-SUR

Jueves 17 de Abril de 2025

Guerrero, México

Opinión

Un presidente estancado

Rubén Aguilar Valenzuela

Septiembre 01, 2022

Mañana el presidente López Obrador da su informe de gestión de los cuatro años que ya han transcurrido. Llega con un nivel de aprobación de 62 por ciento y 32 por ciento de desaprobación, según la encuesta de Buendía & Márquez (El Universal, 29.08.22)
En febrero de 2019, su aprobación era de 85 por ciento y la desaprobación de 9.0 por ciento. El presidente en lo que lleva de su gobierno ha perdido en 23 puntos la aprobación y crecido en 23 puntos la desaprobación.
A lo largo de los últimos 31 meses, de febrero de 2020 a agosto de 2022, el presidente mantiene los mismos niveles de aprobación y desaprobación. Se ha estancado.
En febrero de 2020, el 52 por ciento decía que estaba satisfecho con el trabajo del presidente y el 25 por ciento insatisfecho. En agosto de 2022 son los mismos números. En este indicador también se ha estancado.
El 48 por ciento pensaba que el país iba por buen camino en agosto de 2022 y por mal camino el 41 por ciento. En febrero de 2019 pensaba eso el 73 por ciento y el 17 por ciento respectivamente.
En los casi cuatro años de gobierno, se ha reducido en 25 puntos los que piensan el país va por buen camino y crecido en 24 puntos los que consideran va por mal camino.
A lo largo de los últimos dos años y medio se mantiene los mismos niveles de quienes dicen que el país va por buen y mal camino. Las variaciones son muy menores. Este indicador también se ha estancado.
En 2019, la opinión favorable hacia el presidente era la misma en todos los sectores sociales. Eso ha cambiado en estos casi cuatro años.
Ahora el 51 por ciento de los sectores de mayores ingresos aprueban al presidente contra el 69 por ciento de los sectores de menores ingresos. Una diferencia de 13 puntos.
El 43 por ciento de los sectores de mayores ingresos reprueba lo que está haciendo el presidente frente al 25 por ciento de menores ingresos. Una diferencia de 18 puntos.
Las distintas valoraciones de la aprobación y desaprobación, por niveles de ingreso tiende a abrirse en la medida que pasan los meses.
Hay dos lecturas básicas sobre los indicadores de gestión del presidente. Una es que ante los escasos resultados en estos años, la valoración, aunque se ha estancado, resulta alta.
La otra es que el discurso sistemático, en la comparecencia mañanera, de que México ya cambió y es mejor que antes, no cala más allá de sus simpatizantes. No convoca a nuevos adeptos.
En los dos años que le quedan al presidente, con relación a los indicadores de gestión, hay tres posibles escenarios: que hasta el final obtenga los mismos números; que ceda el estancamiento y crezca; que empiece un proceso de caída.
La posición de los sectores de ingreso medio puede ser el punto que decida cuál es el escenario. Ahora el 61 por ciento de ese grupo aprueba lo que hace el presidente y 34 por ciento lo reprueba.
En la Ciudad de México, el resultado de la pasada elección, cuando Morena perdió nueve de las 16 alcaldías, se explica por el cambio en las preferencias electorales de los sectores medios. En 2018 votaron Morena, pero en 2021 no refrendaron esa opción.
Twitter: @RubenAguilar