EL-SUR

Viernes 10 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Un túnel demasiado largo

Florencio Salazar

Junio 23, 2020

Las frustraciones, la hostilidad y la ira que genera la pobreza más absoluta no pueden ser sostén de la paz en ninguna sociedad. Muhamad Yunus. Premio Nobel de Paz 2006.

A la Organización Mundial de la Salud le preocupa el aumento acelerado de contagios, registrando un incremento de un millón de casos solamente en América. Hoy el coronavirus ha contagiado a más de 9 millones de personas alrededor del mundo y ha cobrado la vida de 469 mil más (Universidad Johns Hopkins, 22/06/2020).
América Latina es el epicentro de la pandemia y la curva de contagios de muchos países aún no ha alcanzado su punto de descenso. Algunos de los factores que podrían explicar la situación actual son: i) demora de algunos países como Brasil y Ecuador en tomar medidas de manera temprana, lo que ocasionó una segregación del virus de manera acelerada; ii) muchos latinos retornaron a sus países de origen y trajeron el virus con ellos; iii) la infraestructura sanitaria y la aplicación de pruebas de diagnóstico han sido limitadas y esto ha generado una saturación en los sistemas de salud de varios países; iv) información distorsionada sobre la pandemia: en el caso de Brasil, el Presidente Jair Bolsonaro calificó al Covid-19 como una “gripecita” (Agencia EFE, 24/03/2020); y en Perú, una gran parte de la población desconocía el uso adecuado del cubrebocas y lo hacían de manera descuidada; v) los retos que enfrentan algunos países como la pobreza y la economía informal, son limitantes para aplicar rigurosamente las medidas de distanciamiento social, pues el quedarse en casa por largo tiempo no es una posibilidad real para las personas que viven de ingresos diarios. (BBC Mundo, 17/06/2020).
En el caso de México, el gobierno asegura que la curva se está aplanando, pero las propias cifras de la Secretaría de Salud muestran que los contagios van en aumento. El 19 de junio pasado se alcanzó un nuevo pico diario de casos confirmados, con 5 mil 662 contagios. Igualmente, la tasa de letalidad es del 11.9 por ciento (SSA, 11/06/2020), la más alta de los países de América Latina y la cifra de defunciones ocupa el séptimo lugar a nivel mundial con 21 mil 825 (Universidad Johns Hopkins, 22/06/2020).
En México, actualmente 15 de los 32 estados, se encuentran en el semáforo epidemiológico de color rojo, es decir en el punto máximo de alerta de contagios; las otras 17 entidades federativas se encuentran en color naranja, que revela un funcionamiento del 30% de actividades económicas no esenciales y un aforo reducido en espacios públicos abiertos.
Es evidente que para conseguir una reapertura gradual, ordenada y escalonada a la nueva normalidad, los estados deben contar con recursos económicos suficientes. Algunos estados han hecho reconversiones hospitalarias o invertido cantidades considerables del presupuesto estatal, para enfrentar de la mejor manera posible la pandemia.
El gobierno federal ha dispuesto una serie de apoyos económicos para poblaciones vulnerables, comerciantes y microempresarios, pero estos no son suficientes para la totalidad de personas afectadas en cada estado. Es urgente replantear las políticas públicas, pues como lo recomienda la Comisión Económica para América Latina (Cepal): “de prolongarse la crisis, será necesario establecer una nueva ronda de medidas, orientadas tanto a proteger empleo e ingresos de trabajadores y limitar impacto en las empresas”.
Héctor Aguilar Camín refiere que “la crisis económica no está adelante de nosotros, sino desplegándose ya, día con día, con enorme dureza, sobre millones de mexicanos (…) la pérdida de empleos, la reducción de ingresos y la inseguridad alimentaria registradas, podrían elevar la línea de la pobreza al 76.2 por ciento de la población, es decir, a 95 millones de mexicanos” (Milenio, 22/06/2020).
Este túnel está demasiado largo y cruzamos con la incertidumbre sobre qué nos puede esperar al final.

* Con la colaboración de Paula Andrea Aguilar Sirtori.