El siglo XX fue una época terrible para el mundo. Un siglo plagado de genocidios y quizá nunca haya sido asesinada tanta gente. En especial la primera Gran Guerra, de 1914 a 1918, que luego se conoció como la Primera Guerra Mundial. Y la Segunda, del 39 al 45. Entre estas dos, se conoció un periodo histórico de “entre guerras” en el cual hubo una generación de escritores deslumbrantes, que en muchos sentidos predijeron lo que vendría. Para cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, el peor miedo, completamente justificado, que tenía el Occidente, y me atrevo a decir el mundo, fue que se desencadenara una tercera guerra que acabara con todo. Uno de los momentos más críticos fue justamente el inicio de los años 60, cuando las dos potencias, la estadunidense y la soviética, estaban enredadas en un problema que auguraba un conflicto bélico catastrófico. Fue en estos años que el Premio Nobel de Literatura del 2016, Bob Dylan, escribió una canción que parecía predecir el futuro, A hard rain’s a gonna fall. En donde hay algunas líneas que dicen, I saw ten thousand talkers whose tongues were al broken / I saw guns and sharp swords in the hands of young children / I heard one person starve, I heard many people laughi’.
En 18 años del siglo que llevamos, las cosas no pintan demasiado bien. Pensé en esto mientras leía el entrañable y terrible libro del cronista Leonardo Tarifeño (Argentina, 1967) No vuelvas: un periodista entre los deportados mexicanos a Tijuana. Me viene a la mente la canción de Bob Dylan no sólo por los versos, sino también porque el primer capítulo se llama Parece que va a llover. Tarifeño le da a un giro a la canción para anunciar de manera irónica la terrible lluvia que ya está cayendo y también por una circunstancia política que está estrechamente ligada a Tijuana. Escribe Tarifeño: “Vaya por donde uno vaya, lo primero que se ve a la salida del aeropuerto de Tijuana es la barda de chapa que separa México de la nación más poderosa del mundo. Esas mismas chapas fueron parte de Tormenta del desierto (1990-1991), la operación militar contra Irak que lideró George H. W. Bush. Antes prote-gían a los invasores, hoy defienden al país de los que, según el presidente Donald Trump, podrían invadirlo”.
La tormenta que narra Leonardo Tarifeño no es otra más que la realidad de los mexicanos y centroamericanos que han sido deportados de Estados Unidos y que se encuentran perdidos, olvidados y sufriendo todos los abusos del mundo en Tijuana. Seres humanos que al no ser agenda de ninguna ideología ni de ningún grupo político, son víctimas de todo tipo de abusos y no cuentan con ninguna clase de derechos. Mexicanos que ya no pertenecen a su lugar de origen como Oaxaca, Puebla o Guerrero, pues apenas han vivido allí, y que no pueden volver con sus familias en Estados Unidos.
Pensaba en Bob Dylan, también, por la premonición de un futuro en donde no estalló la Tercera Guerra Mundial, pero sí hay 10 mil hablando con las lenguas rotas: mexicanos inocentes que han sido arrestados en la puerta de su casa o mientras ayudaban a rescatar a sobrevivientes del 11 de septiembre del 2001. Niños de 13 años que son sicarios. Gente que se muere de hambre mientras los demás (la policía) abusa de ellos.
Estos son algunos de los casos con los que se encontró Tarifeño cuando fue a Tijuana con el equipo de Migración y memoria para recoger en el Desayunador Salesiano del Padre Chava los testimonios de los migrantes. Tarifeño se sintió tan interpelado por estas personas en situación marginal, que descubrió una parte de sí mismo en ellas. Así, No vuelvas es un desarrollo de las voces de todos estos migrantes, de todos ellos a quienes de un momento a otro les fue arrebatada la vida entera. Tarifeño nos cuenta su propia vida errando de Argentina a México, luego a España y a Brasil. Consigue un libro profundo en donde a través de las experiencias de esta gente, descubrimos el presente de un grupo tan olvidado que preferimos esconder sus vidas bajo la alfombra y que será, no me cabe duda, el futuro de todos. Un lugar en donde predomina la ley del más fuerte. Una gran lluvia va a caer.
(Leonardo Tarifeño, No vuelvas, Ciudad de México, Almadía, 2018. 261 páginas).