EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Una purga en Acción Nacional?

Humberto Musacchio

Diciembre 24, 2015

Napolitano de nacimiento y muerto en Alemania (1834-1902), John Emerich Edward Dalberg-Acton fue un notable intelectual británico. Se le atribuye sobre todo una frase mal citada pero vigente: el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Sin embargo, cauto como buen científico social, matizó diciendo que el poder “tiende a corromper” (Power tends to corrupt), lo que es muy diferente.
Sí, no todos los seres humanos que se mueven en la esfera pública son necesariamente sinvergüenzas, aunque para ser eficaz, el ejercicio del mando obliga a la comisión de injusticias, a realizar concesiones indeseadas e incluso a hacer el mal a unos para beneficiar a otros en nombre de todos. Ni modo, así es la política y lo que importa a fin de cuentas es que el gobierno funcione.
Precisamente porque un gobierno ha de mantener los necesarios equilibrios es que incurre en excesos y hasta en corrupción. Por supuesto no sólo el poder político es corruptor. El mismo Lord Acton dejó dicho que “dinero es poder” y hasta sentenció que tarde o temprano tendría que manifestarse algo que durante mucho tiempo ha sido soterrado, “la lucha del pueblo contra los bancos”.
En torno al ejercicio del poder, bien pudo extender sus consideraciones al ámbito de un club social o del núcleo familiar, esferas donde se reproduce a escala lo que ocurre en el plano social. De ahí que Acton dijera que la autoridad requiere de límites y que un gobierno sólo tiene legitimidad si se halla entre mecanismos que lo acoten de manera efectiva.
Lo anterior puede sugerir que el célebre historiador proponía la atomización del poder, pero de ninguna manera es así. La decisión última siempre está en manos de una persona, la que será responsable de los aciertos y los yerros, porque la política requiere de héroes y de villanos, pues el ciudadano ha de saber, hasta donde eso es posible, a quién elige.
Tan largo rollo viene a cuento porque Luis Felipe Bravo Mena, presidente de la Comisión Anticorrupción del PAN, declaró que él y sus compañeros están decididos a hacer una limpia en su partido, “sabiendo –dijo– que vamos a pasar por un periodo de gran vergüenza, de reconocer los errores y las faltas de nuestros militantes, pero hemos decidido pagar ese costo para iniciar una ruta diferente”.
Cualquiera diría que los panistas ya se tardaron, pues en Sonora un gobernador azul y blanco, Guillermo Padrés Elías, se distinguió por sus dispendios, por la protección de sus amigos (¿y cómplices?) y, sin metáfora, por llevar agua a su molino, pues construyó en sus propiedades y para su exclusivo beneficio una represa que llenó con aguas nacionales, obra que dinamitó cuando el caso se hizo público.
Por esas y otras tropelías, la flamante Fiscalía Anticorrupción de Sonora acumula 85 denuncias penales contra Padrés Elías (Excélsior, 23/XII/2015), además de que el personaje está sometido a investigación por las autoridades federales. Las acusaciones más frecuentes son hasta ahora “peculado, tráfico de influencias, incumplimiento de un deber legal, ejercicio abusivo de atribuciones, abuso de autoridad y uso indebido de facultades.”
Padrés, como candidato, prometió a los sonorenses construir dos plantas desalinizadoras para llevar agua potable al área de Hermosillo, pero ya como gobernador optó por lo fácil y le quitó agua al caudal del río Yaqui, lo que privó de suficiente líquido al distrito de riego del valle del Yaquí, con lo que puso en riesgo la productividad de esa zona, tal vez la más rica del país en términos agrícolas.
La corrupta y desastrosa gestión de Padrés es un caso extremo, pero no el único. Bravo Mena mencionó también a Luis Vizcaíno Carmona, un funcionario menor de la delegación Benito Juárez del DF. En realidad, habría que investigar a no pocos funcionarios panistas de Guanajuato y de diversos estados y municipios. Para eso se instituyó la Comisión Anticorrupción del PAN, pero antes de integrarla se requiere que el INE apruebe las reformas estatutarias acordadas por este partido, lo que probablemente ocurra en enero. Cuando eso suceda, habrá que observar con atención las medidas que adopte Acción Nacional contra sus corruptos. Si son ejemplares, lo siguiente será esperar que el archicorrupto PRI siga el mismo camino y que por ahí caminen el maloliente PRD, los tucanes y otras fichas negras de nuestra política. Pero conociendo la política mexicana, se vale dudar…