EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Una triste idea de justicia

Humberto Musacchio

Febrero 22, 2018

En plena campaña mundial de #Metoo contra acoso y abuso sexual, la Suprema Corte “de Justicia” de la Nación acaba de estamparle un soplamocos a las feministas y a todos los ciudadanos que no están de acuerdo con la prepotencia delictiva de quienes emplean su poder, grande o pequeño, para aplastar la dignidad y los derechos de los demás.
El pasado lunes, la tremenda Corte exoneró, por nueve votos contra dos, a Enrique Rodríguez Martínez, ex director del canal judicial de televisión, pese a la denuncia de más de 20 trabajadores que estuvieron a las órdenes de ese individuo, a quien acusan de acoso sexual y laboral.
La ponencia salvadora la presentó el ministro Arturo Saldívar Lelo de Larrea, pese a que las acusaciones estaban respaldadas por numerosos testimonios contra Rodríguez Martínez y sus compinches. El ministro Luis María Aguilar Morales, uno de los dos que votaron contra la monstruosa exoneración del acusado, fue quien en marzo de 2015 solicitó a éste la renuncia y ordenó que se investigara también a otros funcionarios de la televisora, como Marco Antonio Silva, subdirector de Producción, Francisco Barradas Ricárdez, subdirector de Información y Alberto Villa Dávalos, director de área.
De acuerdo con la nota de Gustavo Castillo García, de La Jornada, los ministros que votaron contra la exoneración reclamaron que no se desplegara alguna acción jurídica para sancionar “a quienes también incurrían en conductas irregulares, como consumir drogas o ingerir bebidas embriagantes dentro de las instalaciones de la transmisora”.
Fallo tan escandaloso, que empaña aún más el decaído prestigio de la Corte, quizá se explique porque Enrique Rodríguez Martínez, cuando todavía estaba sujeto a juicio y era presunto delincuente, consiguió chamba en el equipo del candidato del PRI José Antonio Meade, quien por lo visto no se preocupa mucho por la calidad moral de sus acompañantes, pues todavía tiene a Rodríguez Martínez a su lado, acompañándolo en su campaña, en la que repetidamente ha anunciado que combatirá la corrupción (je, je).
Por supuesto, el caso citado dista de ser el único. La “justicia” mexicana no se caracteriza por su limpieza. Hace unas semanas, el magistrado Miguel Aguilar López, del primer Tribunal Unitario Penal, emitió su resolución en el caso de Néstor Moreno Díaz, ex funcionario de la Comisión Federal de Electricidad que a cambio de otorgar contratos recibió un yate, un Ferrari, un terreno, un Jeep, un Audi, dinero contante y sonante y otras cosas por un total de 36 millones de pesos. Por hacerse de esa fortuna ilícita, el señor magistrado le impuso una multa de ¡31 mil pesos! Entre más grandes los sobornos mayor es la impunidad, ¿O no, señor magistrado?
Con los comicios federales en puerta, el ciudadano de a pie esperaría la mayor atención de las autoridades electorales sobre el manejo de dinero en la esfera gubernamental. En noviembre, apenas aupado a la gubernatura del Estado de México, el señor Alfredo del Mazo III obtuvo un crédito por 2 mil 800 millones de pesos dizque para la reconstrucción de inmuebles dañados por los sismos de septiembre. Curiosamente, cuando están a punto de iniciarse las campañas electorales, el gobernador mexiquense anuncia la entrega de una “tarjeta rosa” que le regala dinero en efectivo a la gente.
El INE no se entera de detallitos multimillonarios como el mencionado, y cuando se entera de algo, ahí está el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para echar abajo toda medida que tienda a impedir las trapacerías del PRI. Así ocurrió en noviembre, cuando el TEPJF acusó al INE de hacer “un trabajo de fiscalización deficiente” en el caso de Coahuila porque había rebasado el tope de campaña. El Tribilín le rebajó 1.8 millones y se acabó el problema (para el PRI).
Y así, mientras se afinan los tradicionales mecanismos priistas para ablandar a la oposición, se fabrican campañas difamadoras, se hace correr dinero ilícito, se prepara la compra de voto y otros procederes fraudulentos, el PRI, de por sí con mayoría en los órganos electorales, se refuerza colocando a Lizandro Núñez, cercanísimo colaborador de Meade en la Secretaría de Hacienda, como fiscalizador de comicios del INE… La iglesia en manos de Lutero.
Por eso Andrés Manuel López Obrador invocó a Jesucristo y las once mil vírgenes en la asamblea del PES, pues ante las complicidades, los preparativos y dinerales del PRI, sólo Dios sabe quién ganará.