EL-SUR

Martes 30 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Víctor Manuel Contreras

Florencio Salazar

Julio 31, 2023

La muerte es el comienzo de la inmortalidad. Robespierre.

El 25 de mayo falleció, en Cuernavaca, a los 82 años de edad, el escultor y pintor Víctor Manuel Contreras. Nacido en Atoyac, Jalisco, pasó su vida en Cuernavaca. Tuvimos la fortuna de que radicara en Chilpancingo algunos años de su vida. El rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Lic. Ramiro González Casales, lo designó jefe de Extensión Universitaria. En ese cargo realizó la actividad cultural más intensa e importante de que se tenga memoria.
González Casales sucedió al Dr. Virgilio Gómez Moharro. Su rectorado fue a finales de los 60 y principios de los 70. Durante ese periodo Víctor Manuel Contreras fue un activo promotor de la cultura y legó a Chilpancingo una obra escultórica monumental. En la Plaza Cívica se encuentra El canto al trabajo y Hombre al futuro; en la Alameda Granados Maldonado su laureada por la UNESCO, La madre y su hijo y el monumento a Los Niños Héroes.
“Recordó que fueron dos años y medio que trabajó durante el gobierno de Nogueda Otero para que las piezas quedaran concluidas: por ello no cobré ni un peso, sólo compraron el material y ni siquiera hubo dinero para comprar bronce por eso se hicieron de hierro”. La obra ha pasado por el sismo del 85 y por el descuido de los gobernantes. Posteriormente recuperada, forma parte de nuestro patrimonio cultural.
Declaró a El Sol de Acapulco que la única escultura realizada en bronce fue un escudo del estado de Guerrero, que se colocó en el vestíbulo del entonces Palacio de Gobierno, ahora sede del ayuntamiento. “Durante el gobierno de Alejandro Cervantes Delgado la obra se retiró del lugar por una remodelación del inmueble y nunca más se volvió a saber de ella”. Agrega el maestro Contreras: “Se la robaron, es puro bronce y no está, además de que era una obra bellísima toda elaborada a mano”.
“Al recordar el escudo, que él hizo exactamente como decía el decreto con 12 plumas en la parte superior porque aseguró que Diego Rivera también hizo una obra pero solo con seis plumas. Yo la hice con las 12 que debe tener”. Señaló que el escudo del estado “nunca apareció y coincidió en que ese escudo seguramente no fue destruido, su belleza era tal que seguramente se encuentra en alguna residencia de algún ex funcionario”.
En la entonces Rectoría universitaria creó la primera pinacoteca con obras que solicitó a sus amigos creadores y a algunos potentados. Cuando fui a ver la exposición él me mostró obras de Rojo, Macotela, Cuevas, Leopoldo Estrada, Arnold Belkin, Vlady y del propio Contreras, entre otros. Se detuvo frente a un cuadro: “Le pedí una obra al ex presidente Miguel Alemán; mandó esto”, dijo con desencanto.
Alberto Gironella pintó el mural La marcha de la humanidad a solicitud del maestro Contreras; sólo se le proporcionaron los materiales pues no cobró por su trabajo. Al arribo del Dr. Rosalío Wences Reza a la Rectoría, la pinacoteca desapareció, pero algunas obras han sido recuperadas, pero La marcha de la humanidad fue destruida. Al parecer era arte burgués, nada que ver con “la universidad-Pueblo” del wencismo.
En la época de Víctor Manuel Contreras, a lo largo de dos meses, cada año, se realizaban jornadas culturales. Él gestionó con la Secretaría de Relaciones Exteriores que expresiones culturales de diferentes países vinieran a Guerrero. Llegaban a Chilpancingo, con extensiones en Taxco y Acapulco, ballets, orquestas de cámara, concertistas, grupos de teatro clásico, cine soviético con obras de Shakespeare, procedentes de Chile, Uruguay, Argentina, Estados Unidos, Perú y otras naciones.
En una de esas jornadas pudimos escuchar a Carlos Pellicer. Fue toda una experiencia oír de su potente voz la célebre poesía Discurso por las flores, por ejemplo. El Auditorio de la Cámara de Diputados, el Cine Colonial y el Lienzo del Charro fueron los foros de aquellas magnificas presentaciones. Oportunamente -entonces en la secundaria– comprábamos nuestro abono para los dos meses del festival de cultura. Por supuesto, aquellas actividades influyeron en muchos de nosotros y nos acercaron a las diversas manifestaciones de la cultura.
Guerrero debe hacer un homenaje al desaparecido maestro Víctor Manuel Contreras, que bien podría concretarse en la recuperación de La madre y su hijo, ahora casi hundida en la Alameda de Chilpancingo. También que los responsables de la cultura siguieran sus huellas. Hay que entender al pasado como raíz que florece y sostiene; no arraigo que impide el crecimiento y ata. Conservar tradiciones, pero también abrir los espacios a las manifestaciones contemporáneas del arte y la cultura.
“Mi amor por Guerrero no va a terminar nunca, son una gran gente, y tiene una comida deliciosa, son un pueblo de grandeza, de mucha fortaleza, un pueblo al que siempre amaré”, declaró el maestro Contreras en una de sus última entrevistas al reportero Abel Miranda. Él recibió innumerables reconocimientos nacionales e internacionales; hay obra suya en 25 países.
Ojalá los guerrerenses sepamos responder a su generosidad.