EL-SUR

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Guerrero, México

Opinión

Walter Mosley: escribir por el mero placer de hacerlo

Adán Ramírez Serret

Junio 07, 2019

Hay ciertos libros que no se leen, se devoran. Se trata de obras que se leen sin apenas darse cuenta. Es como dar un salto a un pozo y no percatarse que se cae, hasta que se llega al fondo. Así sucede con ciertas novelas policiacas, se comienza echando un ojo a las primeras páginas, y de buenas a primeras, llegamos al final. Recorremos cientos de páginas como si se tratara de echar una mera ojeada.
Es precisamente lo que me sucedió con Traición de Walter Mosley (Los Ángeles, 1952). Se trata de una novela policiaca que no busca otra cosa, más que ser profundamente adictiva, y en mi caso, lo logró al 100 por ciento.
Ya es sabido que escribir algo muy sencillo es lo más complicado del mundo. Algunas de las grandes novelas de misterio de todos los tiempos, son así, un puñado de personajes con una trama simple que en algún momento se anuda para desenredarse en el final. Son novelas que responden a un esquema que está trazado como un plan perfecto, en donde nada puede salir mal. Tramadas y anudadas con perspicacia y desarrolladas con una precisión casi matemática.
Es precisamente lo que sucede en Traición. Tenemos el principio usual del policía honesto a quien le tienden una trampa. Es honesto pero no un santo. Le piden que haga una detención sumamente sencilla, debe detener a una mujer que se robó un auto. Todo suena muy sencillo, hasta que encuentra a la mujer, que es atractiva, está drogada y semidesnuda; lo único que desea es al policía, tener sexo con él durante el resto del día. A éste le parece algo raro, pero lo vence la tentación, así que se lanza sin más a los brazos de esta mujer.
Sin duda esta es la trampa que destruirá su vida, lo graban teniendo relaciones, y al otro día, la mujer con quien pasó la tarde, se presenta en la jefatura, y hace una denuncia en contra del policía. Dice que la obligó a hacerle una felación con la amenaza de llevarla a la cárcel si se negaba. Así que ahí está el video en donde lo único que se ve es a la mujer arrodillada y tomada con violencia del cabello. Es inútil decir que lo hizo por voluntad propia.
Así, en un par de días, este policía pierde a su esposa, a su hija, el trabajo, y va a dar a la cárcel por violación.
Con la bonita combinación de violador y ex policía pasa poco más de 10 años en prisión, en donde es golpeado y violado, hasta que un buen día, alguien misterioso retira los cargos, y ahora puede gozar de libertad.
Todos le recomiendan que no busque a aquella persona, que redescubra la vida y que aproveche los años perdidos en los cuales no vio a su hija. Sin embargo, como es natural, sólo tiene un pensamiento: descubrir a quienes le tendieron la trampa y la causa de que lo hayan hecho.
Entonces, urde un plan que los lectores desconocemos, y lo pone en práctica. La búsqueda sutil y brillante de los delincuentes. Aquí aparece el fantástico desarrollo en donde se lanza a buscar a los personajes del pasado y las pesquisas brillantes que lo llevaran hacia los culpables.
Es una novela que no busca otra cosa que ser profundamente divertida, escrita por el mero placer de escribir, y que deja con una media sonrisa al lector, un maravilloso sabor de boca y muchas ganas de tener otra novela de Walter Mosley para devorarla con la urgencia del desesperado por saciar su vicio.
(Walter Mosley, Traición, Barcelona, RBA, 2018. 315 páginas).