EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Y de dónde saldrán los recursos?

Silvestre Pacheco León

Marzo 29, 2021

Una prueba para quienes aún no creen en los cambios que estamos viviendo es el discurso que el presidente pronunció en el festejo del aniversario de don Benito Juárez en su natal Oaxaca el 21 de marzo.
Andrés Manuel López Obrador anunció al pie del monumento al Patricio de América que a partir del próximo mes de julio todos los mexicanos, hombre y mujeres mayores de 65 años, comenzarán a recibir el beneficio de la pensión universal como ya lo hacen los adultos mayores de los pueblos originarios.
Quien cumpla esa edad antes del mes de julio del presente año recibirá el pago de su pensión como reconocimiento a lo que han hecho por el país a lo largo de su vida, trabajando y mandando a sus hijos a la escuela, dijo el presidente.
Con esa decisión serán más de 10 millones los mexicanos pensionados a quienes se destinarán 135 mil millones del presupuesto en el presente año y 140 mil millones el próximo. Recursos que saldrán de los ahorros generados por la austeridad republicana, sin endeudar al país ni aumentar los impuestos y menos repetir la mala experiencia de los gasolinazos.
¿Recuerdan que en la campaña presidencial de López Obrador sus detractores lo acusaban de que sus propuestas económicas eran inviables porque no había presupuesto ni decía de dónde saldría? Resulta que sí sabía.
Por eso el combate a la pobreza sigue avanzando junto con el combate a la corrupción y ahora buscando recuperar lo que se ha entregado como subsidio a la energía que gastan las grandes empresas que alegan estar por la libre competencia mientras acaparan todos los beneficios de la reforma energética de Peña Nieto.
Quién iba a pensar que con la política de Primero los pobres, llegaríamos al tiempo en que muchos mexicanos aspirarían a recibir el mismo trato que el gobierno está dando a los indígenas. Cosas veredes Sancho, dijo el Quijote.
Por eso no debemos olvidar que todo el proceso de cambio que estamos viviendo se debe a la toma de conciencia de la mayoría que en el 2018 votó por el combate a la corrupción y la atención a los pobres primero.
El caso emblemático de este proceso de cambio en el que los indígenas han aparecido a la vanguardia, nació en Bolivia con Evo Morales a la cabeza en el triunfo electoral del 2006.
Evo Morales gobernó Bolivia hasta el año 2019 y en esos 14 años aplicó un modelo económico con el propósito de reivindicar los derechos de los pueblos originarios sobre sus recursos naturales, principalmente de la minería, sector en el que se dieron las luchas sindicales más renombradas de la década de los años setenta.
Allá el gobierno comparte las ganancias que las empresas nacionales y extranjeras obtienen de la explotación de los recursos naturales y con esos recursos financia los programas sociales que en pocos años han sacado de la pobreza a la mitad de la población con un efecto tan dinámico para la economía que Bolivia es ejemplo de un crecimiento sostenido superior al 5 por ciento anual para envidia del resto de los países.
Por eso la mayoría de los bolivianos han defendido como ha sido necesario su proyecto de gobierno, ahora encabezado por Luis Arce quien ganó como Evo la mayoría de votos el año pasado para darle continuidad a su modelo.
Bolivia es un país que ha estado muy cerca de nosotros porque es también pluriétnico y uno de los más biodiversos del mundo. En la década de los setenta estuvo en la boca del sector estudiantil porque allá murió Ernesto Che Guevara en 1967 cuando llevaba adelante su intento de crear un foco guerrillero en las montañas de Ñancahuazú como parte de la estrategia revolucionaria para salir de la dependencia y enfrentar la estrategia norteamericana que se había adueñado de la política interna de los países.
El Che Guevara recuerda en su diario de combate lo difícil que le resultaba relacionarse con aquellos indígenas que escuchaban impasibles su discurso sin convencerlos de la importancia que tenía la revolución continental para liberar a nuestros pueblos.
Fueron los descendientes de esos indios que poco hablaban la lengua del grupo guerrillero quienes cuatro décadas después encontraron en el voto el camino seguro y pacífico para tomar el poder llevando al máximo cargo a uno de sus representantes más genuinos.
A Evo Morales lo recibimos en México a finales del año pasado como exiliado y perseguido por las salvajes y golpistas fuerzas de la derecha boliviana después de que lo expulsaron del poder (ahora sabemos que todo fue orquestado por la ambición de apropiarse de las minas de litio que se han empezado a explotar).
Para que no se olvide, ese golpe de Estado se perpetró entre la derecho boliviana con la complicidad de los norteamericanos y sus organismos –como la OEA– favoreciendo a las empresas mineras trasnacionales que tienen en la mira al “petróleo del futuro”.
Por fortuna en pocos meses la fuerza popular de Bolivia se reorganizó y manifestó pacíficamente sobreponiéndose a la represión, para rescatar y proteger a su dirigente y darle continuidad al proyecto volviendo a ganar la mayoría en las elecciones del año pasado.
El gobierno de aquel país ahora lo encabeza Luis Arce Catacora, de visita en México, invitado por el gobierno de la República para la celebración del aniversario de la primera gran batalla con la que el pueblo maya enfrentó y derrotó a los conquistadores españoles en 1517 en Champotón, actual estado de Campeche.
En su visita a México el presidente Luis Arce no solo agradeció el apoyo que recibió como exiliado el año pasado junto con Evo Morales, sino que vino a compartirnos su experiencia de cómo han logrado en Bolivia participar de las utilidades que deja a las empresas la explotación de los recursos naturales.
Por desgracia no hubo tiempo para que el ilustre visitante participara de la exposición que el viernes pasado los técnicos de la CFE hicieron sobre el mecanismo ideado por los neoliberales para entregar el sector energético de México a las empresas españolas bajo el argumento mendaz de estar contra la contaminación y a favor de las energías limpias.
Quizá Luis Arce se haya enterado que el gobierno de México ha entregado subsidios por 471 mil 200 millones de pesos a los empresarios privados que favoreció la reforma energética de Enrique Peña Nieto, pero no aún de la noticia que estamos por cancelarla.
Para facilitar la comprensión sobre el monto de recursos que se ha entregado a empresas como Walmart, Bimbo y Oxxo, como subsidio, el director general de CFEnergía Miguel Reyes, dijo que esa cantidad que nos han robado alcanzaría para pagar 10 rondas de vacunas para todos los mexicanos.
Ahora todos sabemos que recursos hay de sobra para, para financiar los programas de bienestar.