EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Ya chole

Ana Cecilia Terrazas

Mayo 14, 2022

AMERIZAJE

El Día de la Madre en este 2022, en México y en el mundo, pudiera ser anticlimático, antagónico e ir a contrapelo de los deseos de grupos progresistas; de las mujeres en democracia que quisiéramos ver caer las superestructuras patriarcales que oprimen, que controlan y juzgan el cuerpo de una, que aplican a la mujer valores absurdos y no vigentes, civilizatoriamente hablando.
El Día de la Madre es una afrenta, de muchas maneras, a las personas en constante lucha por los derechos humanos, que creen profundamente en la igualdad, no importa género, potencial fértil o preferencia sexual. Habrá quien perciba esta introducción como un preámbulo amargado al intocable y famosísimo 10 de mayo mexicano, pero aquí el detalle que pretende sustentarla:
1.- Ser madre, cuando significa biológica y culturalmente procrear, educar y mantener hijas, hijos e hijes, independientemente de lo gratificante y magnífico que pueda experimentarse, es un fenómeno que es circunstancial, no obstante ocurra frecuentemente. Es decir, depende de cuestiones fisiológicas, emocionales, de pareja, mentales, de determinación individual, de elección (idóneamente) libre, etcétera. Aunque parezca mentira, para ciertas organizaciones sociales, ideologías y algunos individuos, ser madre en estos términos no es vocación natural, no es obligación, ni debe significar cumplir con un papel determinado realizarse socialmente como persona, como mujer. Así que, celebrar ese sentido de la maternidad, resultaría cuando menos prescindible.
2.- Ahora bien, la tarea del cuidado de la raza humana, de alimentar, vestir, educar, corregir, llevar, traer, procurar, vigilar, supervisar, ayudar, remediar; esa concepción abstracta pero exhaustiva e inagotable de la maternidad, tristemente ha sido delegada durante siglos, en la gran mayoría de los casos, a las mujeres. En este otro sentido, ¿qué celebrar si lo que se busca es repartir la carga de cuidados entre padre y madre o entre por lo menos toda la sociedad en beneficio de la misma sociedad completa? Se antoja que el mundo cambiara radicalmente hacia un maternar (abrazar, proteger, cuidar) de manera universal y oponernos a que la mujer-madre sea la comisionada única para llevar esta carga y responsabilidad.
3.- Si se tratase de número de hijos o logro biológico, como una suerte de competencia, en un planeta tan sobrepoblado, ¿qué festinar cuando no todas las personas que nacen pueden tener las mismas condiciones ni derechos a una vida digna, justa con un mínimo de satisfactores?
4.- Las mujeres exigimos igualdad y todas las jóvenes o todas quienes prefieren o no quieren tener hijos o hijas han sido históricamente discriminadas rompiéndose así, aún más, el frágil piso de la igualdad para las mujeres. Las mujeres que no son madres realmente parece que están en falta, en deuda o en estado de falla y fracaso ante la opinión de muchas personas que actúan, piensan y hablan de acuerdo con los estereotipos de género que van sellando a la sociedad.
5.- Hasta el monolítico Monumento a la Madre de Ciudad de México, inaugurado en 1949 durante el alemanismo, referencia urbana, ha cambiado su ficha en aras de no mantener una idea retrógrada de la maternidad. Antes decía: “A la que nos amó antes de conocernos”, hoy en día reza: “porque su maternidad fue voluntaria”.
6.- Finalmente, la historia del Día de la Madre en México, que cumple este año un siglo, fue maquinada desde el periódico Excélsior y es sabido que está vinculada como cortina de humo y resistencia al Primer Congreso Feminista de Yucatán de 1916, que amenazaba los valores de la familia tradicional y que tuvo éxito entre sufragistas y mujeres liberales de la época. Las resistencias del no cambio deseaban ver en cada mujer una madre ocupada, preocupada y no en batalla política.
Toda esta retahíla argumental, no obstante, en nada degrada o disminuye el amor, admiración y respeto que se le pueda tener a una madre.
La pregunta de fondo es cuál es el concepto de madre que estamos conmemorando, anhelando como humanidad, para poderlo transformar, llamarlo a la evolución y adaptarlo a la actualidad porque, del 10 de mayo para comer en restaurantes, ya han pasado 100 años.

@anterrazas