EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

“Ya supérenlo”… y asuntos rurales

Héctor Manuel Popoca Boone

Agosto 27, 2022

¿Alguien ha visto a Vicente Suástegui Muñoz?

A la memoria de Fredid Román. Por la verdad, la justicia y la libertad, bien vale tomar riesgos en esta vida. Seguiremos adelante, sin mengua alguna.

I.- El 29 de octubre de 2014, en un salón de recepción de la residencia presidencial de Los Pinos, en la Cdmx, otorga por fin una reunión en privado el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto (EPN), a los angustiados y desesperados padres de familia y otros familiares de los 43 jóvenes de la escuela normal de Ayotzinapa, Guerrero. que fueron víctimas de desaparición forzada, la noche del 26-27 de septiembre de ese año.
Los padres de familia acudieron a la cita, para expresarle al mandatario federal su demanda y exigencia de que aparecieran y se los entregaran con vida a sus hijos. Una primera respuesta de EPN fue informarles que su gobierno estaba haciendo todos los esfuerzos posibles para saber el paradero de ellos. Una segunda respuesta, infame y atroz, se las dijo poco más de dos meses después, en una gira que hizo a Guerrero en diciembre de 2014. En forma lacónica les expresó: “Ya supérenlo”.
Hoy sabemos que los jóvenes fueron objeto de un crimen colectivo premeditado en la ciudad de Iguala y otros municipios circunvecinos; contando con “el encubrimiento de las autoridades federales y estatales de más alto nivel” de la nación, de acuerdo a lo que se infiere de información pública vertida la Presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa publicado el 23 de agosto de 2022.
O sea, el presidente de la República se inculpó como encubridor de esa atrocidad humana, con la frase “Ya supérenlo”, dirigida a los padres de familia de los 43 jóvenes, dicha hace ocho años; ya que él era la más alta autoridad gubernamental en el país que tenía la mayor información detallada sobre el terrible suceso y, además, había alentado que se montara la gran farsa institucional denominada “la verdad histórica”. Con la cual, su gobierno trató de dar por cerrado el caso. No pudo, dada la presión popular para que se esclarecieran totalmente los nefastos hechos, por inverosímiles y ante nuevos indicios encontrados.
En 2016, EPN decidió dar por terminado el contrato de investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), por la mucha información (incómoda para el Estado mexicano) que estaban arrojando los resultados parciales del GIEI. En especial, sobre el grado de involucramiento de malos elementos del ejército mexicano acantonados en Iguala.
Por lo tanto, como gobernador moral de Guerrero, opino que el actual presidente de la República no puede eximir a EPN de tan grande encubrimiento, ni a los titulares del Ejército y la Marina de aquel entonces; ya que, a todas luces, cometieron un ilícito de índole penal.
En Guerrero, tenemos experiencias recientes donde variados y protervos “jerarcas tata-mandones” se han doblegado ante el goce que da el dinero emanado de donde sea, o del disfrute de la impunidad que otorga el fuero político y militar. Visto está que la sed humana de poder, por su propia naturaleza, es voraz e insaciable; tanto en lo político, económico, social, como en lo territorial. La “Guerra Sucia”, “La masacre de Aguas Blancas”, “El Charco”, “La desaparición forzada de los 43 jóvenes normalistas”, “los gobiernos fallidos y desastrosos locales”, “el saqueo de nuestros recursos naturales y energéticos” así como la expansión de la delincuencia y la violencia en general en todas las regiones, son sucesos incorporados a nuestra sufrida normalidad y cruda realidad cotidiana.
PD1. La más grande mentira dicha hasta ahora por el presidente AMLO en materia del campo guerrerense aconteció a mitad de este año, cuando en su noticiero nacional presidencial, lo indujeron a afirmar que el año pasado, 2021, gracias al programa federal de fertilizante gratuito se duplicó la producción de maíz en el estado, (Un millón 400 mil toneladas); cuando en realidad solo aumentó un 3 por ciento respecto a 2020, (de acuerdo a lo informado oportunamente por el asesor de la Coordinadora de Autoridades Agrarias de Guerrero, Arturo García Jiménez). Ante tamaño dislate, la Sader ordenó modificar a la baja, 780 mil toneladas, ya registradas y publicadas oficialmente de la cosecha obtenida en 2020. ¡Uf!
PD2. A principio de año, el gobierno estatal y el Congreso local, festinaron la aprobación de un presupuesto “histórico” de 800 millones de pesos” para la mecanización del campo guerrerense. Aplicando 200 millones de pesos de recursos estatales, como garantías líquidas para créditos en la adquisición de tractores agrícolas Ha pasado casi un año y buena parte del ciclo agrícola primavera-verano y no se ha otorgado el dinero para la compra de un tractor. Mayor eficiencia gubernamental requiere el campo. O menor demagogia de los jefes políticos. Doble ¿Uf!

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