EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Yaa Gyasi: donde late el corazón del mundo

Adán Ramírez Serret

Junio 05, 2020

Hay obras que sólo por existir provocan al mundo. Artistas que sin proponérselo de manera particular se vuelven activistas que denuncian los crímenes que causan la misoginia y el racismo. Novelas de autoras que tan sólo por contar sus historias, son feministas, antirracistas y evidencian la trata de personas.
Es el caso de la autora Yaa Gyasi (Mampong, 1989), quien casi con tan sólo ser, de la manera que lo es, propone un cambio drástico en el mundo. Pues es ghanesa-estadunidense; académica, escritora, negra y se dedica a contar las historias sobre sus dos lugares de procedencia, África y América.
Volver a casa (2016) es su primera y hasta ahora única novela, que le ha sido suficiente para hacerse de un nombre en una generación potente de escritoras afroamericanas, africanas y afroeuropeas, que están marcando una pauta en la literatura contemporánea. Generación comandada por Chimamanda Ngozi Adichie, en donde también están Imbolo Mbue, Jesmyn Ward, Taiye Selasi, por tan sólo mencionar algunas.
Yaa Gyasi con esta novela que debuta se ha ganado los premios PEN / Hemingway, Audie Award y el American Book Award.
La autora cuenta que Volver a casa se le ocurrió luego de hacer un viaje a Ghana, pues aunque nació allí, ha vivido desde los dos años en Estados Unidos. Pensó en una novela sobre dos hermanas que sin conocerse, vivieran una historia en espejo, una en África y la otra en América. Algo así como una cita que viene en la novela: “No eres su primera hija. Antes de tenerte a ti, tu madre tuvo otra. Y en mi aldea hay un dicho sobre las hermanas separadas: son como una mujer y su reflejo, condenadas a vivir en lados opuestos de un mismo estanque”.
En las primeras páginas del libro aparece un árbol genealógico que servirá de guía para que el lector vaya siguiendo las dos ramas principales que devienen de cada una de las hermanas. Es, como muchas de las más grandes novelas –en las cuales por medio de una gran belleza, se cuenta la vida de una familia y hacen política pura– una historia íntima, privada, de amor, celos, violencia e intrigas familiares, con la cual se cuenta una parte, de las más duras, de los más recientes siglos de la humanidad. Se trata de esos libros potentes en donde cabe tanto la alegría y la felicidad como la desgracia y el dolor.
A partir de las vidas de estos personajes, somos testigos de guerras tribales, el negocio del cacao, la llegada de los misioneros, la Ley de Esclavos Furtivos de 1850, la lucha por los derechos civiles y el renacimiento de Harlem en los años veinte, hasta llegar a la epidemia de heroína en los setenta.
Volver a casa es en muchos sentidos una parte de la historia de África, una que sigue dolorosamente cerca, como dice un personaje en la novela una vez que se prohibió la esclavitud: “No puedes clavarle un cuchillo a una cabra y después decir, ‘Ahora voy a sacarlo poco a poco para que todo salga bien y no nos ensuciemos. Que la cosa no se ponga fea’. Porque la sangre siempre va a correr”.
Se trata de una novela híbrida igual que la escritora, con un pie puesto en África y las terribles guerras tribales y las hermosas personas que las sufren; y el otro pie, en América, con el pasado esclavista y las persecuciones raciales.
Novelas como esta nos ayudan a entender, mediante la intuición, el lugar en donde está latiendo el corazón del mundo. Obras indispensables que reflexionan mostrando y apelando a la inteligencia, problemas para los que no hay ninguna vacuna, como el racismo y la misoginia.

Yaa Gyasi, Volver a casa, Barcelona, Salamandra, 2017. 379 páginas.