Silvestre Pacheco León
Mayo 20, 2018
La primera disidencia electoral en Zihuatanejo
La joven sociedad zihuatanejense, cuyo municipio se fundó en 1953, inauguró la primera disidencia del Partido Revolucionario Institucional en la Costa Grande en 1978. Lo hizo a partir del antecedente de contar en su haber con dos presidentes municipales “fuereños” cuyo encumbramiento muchos ciudadanos miraron como una afrenta al poder político local de parte del gobierno estatal.
Los ex presidentes municipales que sin ser nativos del puerto habían alcanzado esa representación en el pasado fueron el capitán Jorge Bustos Aldana originario de Veracruz, (1969 a 1971) y Gumersindo García Martínez de Oaxaca, (1975 a 1977), los cuales, aunque no hicieron mal papel en su gestión, de alguna manera lastimaban el ego de los líderes locales.
La oposición contra la intención del gobierno de repetir por tercera vez esa misma práctica en 1978 tomó cuerpo en la candidatura disidente del profesor Salvador Castro Bracamontes, hombre nativo de Zihuatanejo, quien desde la presidencia del comisariado ejidal y luego de la administración del hotel Calpulli, se había hecho de cierta presencia política y de prestigio que aprovechó el paraestatal Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) para hacerlo candidato a la presidencia municipal buscando beneficiarse del descontento social generado por la candidatura del tercer “fuereño”, Armando Federico González, abanderado del PRI y protegido de la familia Figueroa.
El PARM, un partido paraestatal que desde su fundación fue concebido para aparentar cierta oposición al gobierno y que durante su vida de casi medio siglo (1954-2000) nunca presentó candidato propio, siempre apoyó al oficial, excepción hecha en la elección de 2000, cuando abanderó las aspiraciones contra Cuauhtémoc Cárdenas de parte de Porfirio Muñoz Ledo.
Nada se supo sobre los resultados finales de aquella elección municipal de 1978, salvo el triunfo del candidato fuereño, que exhibió en la oposición la falta de estructura electoral para promover y cuidar el voto, y la nula experiencia en ese tipo de lucha, resultando en una derrota electoral en la que no funcionó la denuncia de fraude por falta de pruebas y de apoyo popular.
Cuando en 1980 buscamos a los dirigentes de aquella lucha disidente para sumarlos a la causa de la izquierda sus dirigentes estaban convencidos no sólo de haber ganado aquella elección, sino de que podían repetir su triunfo con nuestro apoyo.
Aunque por nuestra parte estábamos lejos de creer en esas afirmaciones, el deseo de sumar al contingente de la izquierda nuevos liderazgos locales nos llevó al año siguiente a levantar la misma candidatura, sólo para constatar que la sociedad no permanece estática y que coyunturalmente los cambios en ella pueden ser drásticos.
El ayuntamiento comunista en la montaña roja
En aquel año de 1980 la izquierda organizada tenía experiencias variadas en Guerrero. El Partido Comunista que dos años antes había obtenido su registro legal ganó la elección municipal en Alcozauca y a punto estuvo de hacerlo con la diputación local en la que compitió como candidato por el distrito local el ya legendario profesor Othón Salazar.
En diciembre de 1980 tomó posesión como el primer candidato triunfante de la izquierda partidista, el profesor Abel Salazar Bazán, sentando el precedente de que con trabajo y organización el PRI podía ser derrotado a pesar de ser el partido del gobierno.
En la Costa Grande el otro grupo de izquierda activo, aparte de nosotros, era la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, con amplia presencia en las escuelas de la universidad y su consigna generalizada de rechazo a las elecciones con su lema de No a la farsa electoral.
Del Movimiento Revolucionario de los Trabajadores al Movimiento de Acción Popular
Por nuestra parte, los grupos escindidos del PMT y constituidos como Movimiento Revolucionario de los Trabajadores en varias regiones del país, nos sumamos al esfuerzo de dar organicidad al gran partido de la izquierda que se fraguaba y también impulsaban otras organizaciones con las que éramos afines, como los sindicalistas universitarios y los trabajadores de la Tendencia Democrática de los electricistas aglutinados en el Sindicato de la Industria Nuclear que lideraba el también guerrerense Arturo Walhey.
La cara campesina la dábamos nosotros que éramos representados en aquellas reuniones preparatorias de lo que sería el Movimiento de Acción Popular, por Gustavo Gordillo de Anda y Federico Novelo, ambos activistas durante el movimiento estudiantil del 68.
Todo el año de 1980 fue de trabajo comprometido para la elaboración de los documentos básicos que en el primer mes de 1981 dieron vida al Movimiento de Acción Popular con una versión novedosa no solo por el método de exposición a partir de tesis o afirmaciones de nuestra concepción sobre la realidad del país, sino por la propuesta de cambio social con la participación popular a partir de profundas reformas sociales.
La aportación del MAP a la lucha de la izquierda quedó plasmada en aquel documento que circuló como libro cuyo contenido condensaba el aprendizaje en la práctica del movimiento popular y la interpretación más lúcida de la historia para el cambio que vendría.
En Zihuatanejo, después del triunfo de los colonos desalojados del anfiteatro de Zihuatanejo, la escuela preparatoria 13 comenzó a convertirse en un lugar de confluencia de la izquierda y de referencia para las luchas sociales.
Comenzamos con la organización de conferencias y mítines aprovechando las fechas conmemorativas del calendario cívico y de ahí con audaces proyectos para penetrar en el ambiente porteño a través de nuestros propios panfletos y luego en los medios de comunicación como colaboradores de la prensa local y de algunos programas de radio.