EL-SUR

Sábado 14 de Diciembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Zihuatanejo, misión y destino XX

Silvestre Pacheco León

Junio 03, 2018

El nacimiento del MAP

En enero de 1981 estaba ya constituido el Movimiento de Acción Popular, y se anunció públicamente con un manifiesto en el que expresaba sus coincidencias con las demás fuerzas de izquierda que caracterizaban a nuestro país como una sociedad capitalista, dominada desde entonces por formaciones monopólicas del capital financiero y de las empresas trasnacionales, proponiéndose participar en la llamada fusión de los seis partidos de izquierda en uno nuevo, concebido como la colectividad política de masas organizada en torno a principios básicos. Así lo definían nuestros dirigentes, Rolando Cordera y Eliezer Morales.
El gran acontecimiento de la unidad que comenzó a concretarse entre el MAP y el PCM desde principios del año, incluía también al PMT, partido en el que nuestro núcleo de izquierda en la costa había tenido su origen. Por desgracia el PMT declinó al proceso de fusión en ese primer gran intento que dio origen al PSUM, sumándose después para dar vida a la constitución del PMS, que fue la antesala del PRD.

Mi cercanía con el mar

En ese año dejamos con mi familia la tranquilidad del pueblo de Agua de Correa y el ambiente pueblerino que nos arropó por casi dos años, para regresar a Zihuatanejo cuyo ruido de ciudad se compensaba con la cercanía de sus playas.
Viviendo en el puerto se me hizo costumbre caminar por las mañanas hasta la playa de la Madera, bordeando el canal de Agua de Correa.
Mi arribo era por la sombreada calle Adelitas, hasta bajar por el hotel Palacios donde comienza la subida a la carretera escénica de La Ropa.
Desde la bocacalle oía el chocar de las olas, ora violento, ora con suavidad. Así era también el olor del mar, dependiendo de la época del año. A veces era fresco su humor salino, y otras tenía el regusto del olor a sangre, “choquioso” como le dicen los costeños, pero la vista de la bahía siempre me pareció espectacular.
De cada visita al mar hacía mis anotaciones, una costumbre que con el paso del tiempo se extendió y arraigó sobre todo lo que juzgaba importante.
En mi diario escribí: “En el camino de la casa a la playa encuentro muchos turistas, dicen que son canadienses, que llegan al puerto en busca de calor cuando para nosotros el clima del mes resulta el más fresco del año”.
“Ya se han ido los turistas nacionales que abarrotaron las playas durante las fiestas de fin de año. Ahora hay poca gente caminando en la playa”.
“Cuento 17 veleros estacionados en la bahía, junto a una veintena de lanchas y yates que parecen adormecidos por el movimiento del mar”.
“Un pescador vestido de camisa y pantalón sale del mar con su atarraya en la mano. Atrás de él hay una persona nadando que casi llega a los terrenos del buzo que trabaja suspendido de su cámara que le sirve de flotador”.
“Mientras leo bajo la sombra del Flor de mayo escucho el golpe esporádico de las olas que van a estrellarse en las rocas, lo hace sin compromiso, con desgano, por pura costumbre, y en seguida el murmullo de la arena arrastrada en suave vaivén”.
“Hoy extrañé el saludo del pez volador que siempre emerge del fondo con su piel plateada que refleja el sol, pero me llevaré el azul del mar con sus voces y cantos para el resto del día”.
La Preparatoria 13

En aquel año convertimos a la escuela Preparatoria 13, dirigida por el profesor Félix Echeverría, en el centro de nuestro activismo intelectual y trinchera del pensamiento libre. Fue el lugar de encuentro y discusión de los activistas que buscaban información, y centro de resonancia de los movimientos locales y regionales que buscaban el cambio social.
El periódico nacional que nos informaba sobre la marcha de la izquierda era el Unomásuno, fundado en 1977 por Manuel Becerra Acosta, que vino a ocupar el lugar del Excélsior de Julio Scherer, que había sido liquidado en un golpe brutal de autoritarismo por el gobierno de Luis Echeverría.
El Unomásuno reunía a los intelectuales que después se hicieron influyentes como Fernando Benítez, Miguel Ángel Granados Chapa, Elena Poniatowska, Cristina Pacheco y el dirigente de la sección cultural, Huberto Bátiz.
Llegaba a Zihuatanejo por vía aérea, igual que la revista Proceso que dirigía Julio Scherer, y la revista Vuelta que nació después del suplemento Plural del Excélsior, dirigida por Octavio Paz. Creo que de ésta última yo era su único lector en el puerto, porque Octavio tenía ya mala fama política en la izquierda.
Las familias Guillén y Maganda eran los distribuidores de estas publicaciones en Zihuatanejo que entonces tenían escasa demanda.
La prensa local de aquellos años era activa y testimonial, sin influencia y acomodaticia, atenida a los boletines oficiales. Zihuatanejo Presente de Amador Sánchez que era corresponsal del Excélsior tenía una edición esporádica, y los más frecuentes eran el Diario y la Voz de Zihuatanejo.
La única estación de radio local de don Mario Morales, que cerraba sus trasmisiones a las 7 de la noche, trasmitía los noticiarios a modo que la Dirección de Comunicación Social aprobaba, y no había opción para escuchar otras voces.
La apertura de los medios a las voces independientes, por no decir disidentes, inició en Zihuatanejo algunos años después con la aparición de nuevas estaciones de radio.
La señal de televisión en aquellos años era de pésima calidad y escasa su cobertura debido al monopolio de Televisa, por eso el mejor medio de conocer noticias era el de boca en boca, con todas las distorsiones e interpretaciones que eso implica.