Dos horas de terror” vivieron ella y su nieta en la Generación 2000, dice una damnificada

Argenis Salmerón

Natividad Vázquez Ríos y su nieta de 8 años vivieron “dos horas de terror”, en un rincón de su casa de madera y lámina en la colonia Generación 2000, que se destruyó por completo por los vientos y agua del huracán Otis.
La señora, de unos 50 años, vive en la colonia Generación 2000, en la zona poniente de la ciudad, entre las calles Circuito Universitario y César Flores Maldonado, desde hace más de 20 años.
“Perdí lo poco que tenía, que era mi casita de madera. Yo vivo sola con mi nieta desde hace varios años. Ahora no tengo nada”, manifestó en entrevista.
“Los primeros minutos del miércoles pasado (25 de octubre) comenzaron los vientos fuertes y toda mi casa se movía como gelatina”, contó.
Añadió que después de unos minutos, los fuertes vientos desprendieron su techo de lámina galvanizada poco a poco, y luego los troncos de madera se colapsaron.
“Tuve mucho miedo de que le pasara algo a mi nieta, que se la llevara el viento o le cayera una madera en su cabeza”, expuso.
Relató que fueron dos horas de terror, “nos quedamos, yo y mi nieta en un rincón de la casa destruida para protegernos, no se podía salir. Estaba muy feo el clima”.
Declaró que ella y su nieta se mojaron totalmente durante la madrugada del miércoles, pero “sobrevivimos al huracán, que se llevó todo lo poco que tenía en mi casa”.
Indicó que “sus vecinos me gritaron para que me saliera del escombro de mi casa, pero me aferré a una esquina y no salí de ahí hasta el amanecer”.
“En la mañana (miércoles) todo a mi alrededor estuvo destruido, incluyendo mi casa. Todas las viviendas de madera colapsaron por los fuertes vientos, que parece que fue un tornado por la destrucción que ocasinó”, sostuvo.
Aseguró que no tiene donde vivir, porque todo se colapsó, “me voy a pasar a la casa de un lado, abandonada y que le voló solamente el techo, ya que vengan los dueños la desocupo”.
Porque, aseveró que no hay trabajo para volver a construir su casa, “ojalá me llegue alguna ayuda del gobierno o de alguna asociación, para poder levantar mi vivienda”.
Natividad, quien trabaja de mesera en un restaurante de mariscos, pidió al gobierno federal despensas y agua para todos los damnificados de Acapulco, “todos tuvimos un daño, así que todos debemos ser atendidos de igual manera”.
Después que el gobierno abra caminos para poder buscar alimentos, luego el resblecimiento de la energía eléctrica y la señal de teléfono celulares, además de recoger la basura y escombro para evitar enfermedades.
Exigió a las autoridades de los tres órdenes de gobierno aplicarse para ayudar a las personas damnificadas, porque “llevan varios días y no se ve la mano de la autoridad, que se acuerde que vienen de nuevo las votaciones”.