Acapulqueños se bañan y lavan la ropa en los ríos Camarón y Aguas Blancas

En imagen del domingo, vecinos de la avenida Ruiz Cortines se bañan y acarrean agua a sus casas de un manantial que se hizo con la lluvia del huracán Foto: Aurora Harrison

Ramón Gracida Gómez

Familias de las populares y tradicionales colonias Palma Sola y Zapotillo se bañan y lavan su ropa en el río del Camarón, al igual que los vecinos de Hogar Moderno en el canal de Aguas Blancas, ante la falta de agua potable en sus casas después del desastre que ocasionó el huracán Otis.
Palma Sola y Zapotillo se ubican arriba del Fovissste, en la avenida Ruiz Cortines y por la entrada de la tienda Soriana, donde afuera hay kilos de basura acumulada y aún este domingo algunas parejas de jóvenes entraban a buscar algún producto dentro del supermercado.
Al igual que en cualquier otra colonia popular, en esta zona de Palma Sola y Zapotillo, que son contiguas, las viviendas tienen techos de lámina. Tras el paso del huracán, ahora no tienen con qué cubrirse y desde lo alto de alguna azotea se puede ver el interior de los hogares dañados.
Las casas de madera también fueron severamente dañadas y algunas totalmente barridas. Aún se aprecia que había hogares ahí por la ropa que cuelgan los vecinos para secar.
Y es que, a diferencia de otras partes de Acapulco donde se busca desesperadamente agua, en esta parte alta del anfiteatro los vecinos no padecen esta situación porque tienen mangueras conectadas directamente de los manantiales, por lo que tienen agua en sus casas.
Además, los diferentes arroyos del río del Camarón tienen una corriente de agua fluida, donde vecinos de Palma Sola y Zapotillo se bañaban y lavaban su ropa este domingo.
Es la misma imagen de las familias de la colonia Hogar Moderno, que se bañaban y lavaban su ropa en el canal de Aguas Blancas, ante la falta de agua potable en sus casas después del desastre que provocó el huracán entre la noche del martes y las primeras horas del miércoles.
Hombres, mujeres y sus hijos llegan con jabón y shampoo para refrescarse con el agua que fluye en el canal y de la que aseguran, que no está sucia.
Este sábado, Iván Salazar agarraba su jícara y se tiraba agua en la cabeza y le escurría sobre su cuerpo enjabonado, tenía espuma en el cabello y sus brazos y piernas. En sus pies fluía el agua.
“Es para quitar la preocupación”, dijo mientras continuaba en su baño. Antes de llegar ahí fue por comida para su hermana. Ese día hizo mucho calor.
Cerca del joven, unos niños jugaban con el agua mientras se bañaban con la ropa puesta. Fue un breve momento de relajación en medio de la catástrofe que inició el martes pasado.
Unas 25 personas se concentraron a mediodía dentro del canal, cerca de la glorieta de Aguas Blancas, por la calle Malpaso, y donde hay un contenedor roto y toneladas de basura.
Ante la falta de un lavadero, los vecinos restregaban sus pantalones, playeras y ropa interior sobre las piedras para quitarles el lodo que se metió a sus casas, que están a la orilla del canal.
Comentaron que fue tanta el agua durante el paso del huracán Otis, que traspasó los más de 2 metros del largo muro de contención del canal. Y el agua empezó a entrar a las viviendas de esta parte de Hogar Moderno, cerca de La Zona, de los tugurios abandonados de décadas pasadas.
Más personas llegaron con sus botes de plástico vacíos para rellenarlos y llevarlos a sus casas para almacenar agua para los siguientes días en los que no habrá servicio.
Una señora le preguntó a su vecino por su salud y él le contestó que estaba bien, ya había tomado medicina. Ella, adulta mayor, apenas llegaba acarreando sus botes sobre un diablito de los que se usan en los mercados para transportar la mercancía.