En Guerrero, Montiel tuvo 13 recomendaciones de la Codehum por detenciones arbitrarias, extorsión y tortura

 En el gobierno de Ruiz Massieu participó en la represión contra el movimiento que dio lugar al PRD

 En Guerrero, durante la década en que trabajó y particularmente durante el gobierno de José Francisco Ruiz Massieu (1987-1993), José Agustín Montiel López se caracterizó por sus constantes violaciones a la ley desde los cargos en los cuales fungió: comandante de la Policía Motorizada, director de los penales en el estado y subsecretario de Seguridad Pública.

Quedan sospechas de que él haya participado en la guerra sucia contra los dirigentes y militantes del movimiento cardenista, en 1988, que después devino en la formación del PRD. Cerca de un centenar de personas ligadas a este partido fueron asesinados durante ese sexenio, en crímenes relacionados con su actividad política.

No obstante, están los testimonios de ciudadanos guerrerenses de que participó o permitió la tortura, extorsión y violencia en contra de presos recluidos en los diversos penales del estado, los que controló y que utilizó como un negocio particular, pues se dice que controlaba desde las tiendas hasta la venta de drogas y alcohol.

Uno de los testimonios es el del actual presidente del Consejo Estatal del PRD, Adolfo Plancarte Jiménez, quien denunció que durante su detención en marzo de 1990, luego de que el gobierno de Ruiz Massieu disolvió una manifestación perredista –en protesta por el fraude electoral en las elecciones de alcaldes de diciembre de 1989-, fue golpeado personalmente por Montiel López. Cuenta que con sadismo, el hasta ayer director de la Policía Ministerial de Morelos, y hoy preso por su relación con el narcotráfico, le vapuleó con una tabla en la espalda.

Otro de los golpeados por la Policía Motorizada al mando de Montiel, fue el ex diputado federal por el PRD, Eloy Cisneros Guillén, quien también fue torturado durante su traslado de Ometepec al Cereso de Acapulco. Esto, tras el desalojo al plantón perredista en el Palacio de Gobierno de ese municipio costachiquense, instalado en demanda del reconocimiento del triunfo de Cisneros Guillén, quien había sido candidato a la alcaldía.

Durante su permanencia en el penal de Acapulco, Plancarte Jiménez y Cisneros Guillén atestiguaron cómo el propio Montiel permitía y practicaba la tortura a los reos comunes.

En los dos últimos años que Montiel López fue responsable de la Policía Motorizada, como subsecretario de Seguridad, acumuló 13 recomendaciones de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Guerrero (Codehum) por violaciones –incluido asesinatos– que el personal a sumando cometió en la entidad.

En 1991 trascendió además en diarios locales el robo de cabezas de ganado que el funcionario trasladaba a Veracruz, caso nunca investigado y desestimado por los jefes de Montiel, entre ellos el gobernador Ruiz Massieu.

Entre las recomendaciones enviadas por la Codehum, en lo que respecta a la actuación del entonces funcionario estatal, están la           21/992, que señala que el 4 de enero de 1991 un grupo de la policía montada asesinó por la espalda a Oscar Mora Nava y a Rogaciano Mora Navarrete, mientras los trasladaban detenidos a Tierra Colorada. La explicación que dieron es que los detenidos desarmaron a dos policías y pretendieron huir.

La Codehum rechazó la explicación y aseguró que los dictámenes periciales y la necropsia de las balas que recibieron los presuntos delincuentes eran de atrás para adelante, lo que descartaba el supuesto enfrentamiento.

En agosto de ese año, la Codehum recomendó que por ese caso se cesara a Artemio Mejía Chávez, el comandante Cobra, bajo las órdenes de Montiel, y actual responsable de la seguridad en el Palacio del Gobierno en Chilpancingo.

En las recomendaciones que recibió Montiel, la constante son las detenciones arbitrarias, la extorsión, la violencia y la tortura. El funcionario en sus contestaciones negó todos los cargos.

En la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) hay quejas, como la 124/91, en la que se le acusó de recluir, torturar y vejar a Francisco Yánez Molina, durante su estancia en los penales de Iguala y Acapulco.

En agosto de 1991 familiares de los internos del Cereso de Chilpancingo se quejaron ante la CNDH por el maltrato que Montiel López daba a los prisioneros. La comisión investigó y concluyó que en el penal se golpeaba y vejaba a los internos, surgiendo la recomendación 115/91 en la que se pidió a Ruiz Massieu el cese de Montiel, aunque éste formalmente nunca lo dio de baja., pues siguió trabajando para el gobierno estatal.

Se integró en esa ocasión la averiguación previa BRA/SC/701/92 para determinar su responsabilidad en las torturas, a la cual el gobierno del estado no dio seguimiento.

Agustín Montiel reaparece en septiembre de 1996 en la gestión de Oscar Espinoza Villarreal, regente del Distrito Federal, cuando se le nombra director de la penitenciaría capitalina, cargo en el que duró unos días, pues la CNDH le envió un extrañamiento al gobierno, y el 14 de octubre presentó su renuncia.

No obstante, el 13 de marzo de 1997 el gobernador panista de Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez, lo designó director de Readaptación Social de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del estado.

Luego, en mayo del 2001 aparece nuevamente en un gobierno panista, esta vez en el de Morelos, en donde el gobernador Sergio Estrada Cajigal lo nombra director de la Policía Ministerial.

Cuando a Estrada Cajigal se le mencionó el pasado de Montiel, dijo: “Conocemos diversas acusaciones, de una campaña contra el comandante Montiel. Vamos a dejarlo trabajar y déjenme demostrar que estamos en una lucha frontal contra la delincuencia organizada, donde se maneja mucho dinero y se pueden comprar muchas conciencias”.

En Morelos, los reporteros preguntaron al nuevo funcionario acerca de su pasado represor en Guerrero: “En ningún momento de mi vida he violado los derechos de nadie. Es muy fácil acusar, pero cuando se tengan pruebas. Estoy limpio, durante 12 años realicé mi trabajo en Guerrero siempre apegado a la ley, ni más ni menos”, dijo.