Piden familiares a autoridades esclarecer el asesinato de un estadunidense en el puerto

El pasaporte de Víctor Anselmo Hernández, ciudadano estadunidense hijo de migrantes acapulqueños asesinado el 21 de diciembre en Pie de la Cuesta Foto: El Sur

Jacob Morales Antonio

Un día después de haber llegado a Acapulco, el ciudadano estadounidense Víctor Anselmo Hernández de 32 años, fue asesinado a balazos en un restaurante en Pie de la Cuesta; el joven vino a pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo con su familia.
El homicidio de Víctor ocurrió unas horas después de la ejecución del empresario y político Javier Taja Ramírez en una pozolería en la zona Diamante. Pero del hecho violento nada se supo, aunque su familia informó a la embajada estadunidense en México.
Víctor nació el 22 de octubre de 1991 en Pasadena, California, Estados Unidos. Años antes su papá y mamá habían ingresado a ese país como migrantes. Un año después de haber nacido, regresaron a Acapulco. Estando en la ciudad, Victor terminó la primaria, la secundaria, y dejó a medias el bachillerato.
A los 15 años, el adolescente regresó a Estados Unidos. Comenzó a trabajar en una fábrica de pinturas en Chicago, donde se asentó. Luego de tres años, tomó un curso para poder ser chofer de tráiler, mismo que logró luego de tres intentos en un año, y obtuvo la licencia.
Su padre dijo que fue muy difícil para su hijo regresar a los Estados Unidos, porque no sabía hablar inglés, pero con sus ganas de sobresalir, y su facilidad para aprender, logró en poco tiempo hablarlo.
A los 20 años Víctor consiguió su primer trabajo como chofer de tráilers. En las llamadas que les hacía a su familia, y cuando venía en diciembre, les contaba las travesías que vivía manejando los camiones con material de construcción.
“Nos comentaban que se cuidaba mucho porque ahí les hacían evaluaciones cada cierto tiempo, el antidoping. Él no consumía drogas, sí se tomaba su cerveza cuando venía a Acapulco”, contó su padre.
Víctor era una persona tranquila, gustaba de jugar futbol, los mariscos eran su debilidad llegando a Acapulco, y al lugar a donde iba, se llevaba a toda la familia, incluidos los primos.
Tenía 12 años visitando a su familia cada diciembre. Huía también de las heladas y porque la empresa donde trabajaba paraba sus operaciones por la dificultad para transitar en las carreteras.
Era devoto de la Virgen de Guadalupe. En 2022, llegó un 10 de diciembre, estuvo en la velación de la virgen, pasó las fiestas de Navidad y el Año Nuevo con su familia, y para febrero se regresó.
El pasado 20 de diciembre, alrededor de las 10 de la mañana llegó a su casa. Había salido desde el 10 de diciembre de Chicago, y estuvo una semana en Nuevo Laredo, Tamaulipas, legalizando una camioneta que compró y que iba a dejar a su papá.
El 19 de diciembre junto a otros migrantes salió en caravana de Nuevo Laredo, hacia Guerrero. Es la forma en que los migrantes se protegen unos a otros en la travesía por las carreteras del país para evitar que sean víctimas de un delito, dice su papá.
Hizo una breve escala en Querétaro, de ahí partió para Acapulco. Llegando a la ciudad, de inmediato sacó las cosas que traía, como una televisión de plasma que no pudo terminar de colocar en su casa porque no consiguió unos tornillos.
Esa mañana del miércoles, se fue a lavar la camioneta a la colonia Progreso, luego se fue a la Plaza de la Mujer a realizarse la pedicura y manicura, regresó a casa donde le prepararon tamales, por la tarde se fue a Sinfonía del Mar con sus amigos. Por la tarde uno de sus hermanos menores le cortó el pelo.
Por la noche fue por un esquite al Zócalo, regresó a la casa, donde comenzó a planear qué se haría para la cena de Navidad, que esta vez sería en su casa porque siempre iban a casa de otros familiares. Había encargado mole rojo y relleno de marrano. Para el 31, iba a ver la gala de pirotecnia en la bahía.
La mañana del jueves 21 de diciembre, estuvo en su casa, por la tarde fue en familia a comer mariscos en la zona de las piedras que está entre playa Dominguillo y el Parque de la Reina. Esa misma tarde ya había planeado ir al día siguiente al restaurante Las Chanecas en San Pedro las Playas.
Regresaron a casa, se bañó, y salió a ver a una amiga con la que fue al restaurante El Faro de la Laguna en Pie de la Cuesta, y había informado que allá se iba a quedar a dormir. Pero alrededor de las 9:30 de la noche su amiga llamó a la familia para informarles que había sido atacado a balazos.
–Cuando llego el lugar estaba acordonado, los policías ministeriales no me dejaron pasar, cuando pasé vi que estaba desangrándose, estaba vivo, yo llego a las 10:30.
Como vio que su hijo aún respiraba como pudo lo sacó, y lo trasladó en su automóvil, primero pasó a la clínica Sagrado Corazón, donde le dieron primeros auxilios y luego se lo llevó al Hospital Vicente Guerrero del IMSS, donde hora y media después murió.
El papá de Víctor actualmente busca recuperar la camioneta que fue asegurada por la Fiscalía General del Estado y que no estaba dentro de la escena del crimen. Confió en que las autoridades esclarezcan el crimen de su hijo.