Los sicarios que asesinaron al ex comisariado de Zotoltitlán iban por el comisario, revelan

El objetivo de los sicarios que asesinaron el 22 de marzo al ex comisariado ejidal de Zotoltitlán, Ricardo Fiscal Estrada y a su hijo de 18 años, Ricardo Fiscal Saltillo en la zona del manantial que surte de agua a ese pueblo y a Apango, era usarlos de “carnada”, a quienes buscaban eran al comisario municipal Sabino Sevilla Rodríguez y al líder del pueblo, Floriberto Vidal Coxtle, contaron ayer vecinos de este pueblo.
Ayer pobladores y el comisario municipal Sevilla Rodríguez denunciaron que el doble crimen no se investiga, y revelaron que tienen indicios de que los homicidas son integrantes del grupo criminal que irrumpió en el pueblo el 22 de febrero y que fue expulsado.
El comisario contó que el día del doble asesinato los hombres armados también se llevaron una camioneta que era del pueblo y que según dos sobrevivientes, los homicidas llevaban una lista y preguntaron por el comisario y por Floriberto.
En un recorrido este miércoles en el lugar donde fueron asesinados el ex comisariado ejidal y su hijo, vecinos de este pueblo contaron que los asesinos tuvieron sometidas a sus víctimas casi 2 horas, mientras estuvieron enviando mensajes a algunos pobladores para que presentaran al comisario Sevilla Rodríguez y al líder de la localidad Vidal Coxtle, contra quienes creen que iban.
Durante el tiempo que los mantuvieron amarrados a unos 7 metros de donde se encuentra el manantial, pasaron por el camino que baja del cerro otros dos vecinos a quienes los delincuentes también agarraron y mantuvieron amarrados, pero al final cuando la gente del pueblo se empezó a armar alertada mediante el aparato de sonido para trasladarse al lugar donde los tenían cautivos, dejaron libres a dos y mataron al ex comisario y a su hijo, relataron los vecinos.
Los homicidas fueron dos, pero después de que asesinaron a sus víctimas llegaron más a bordo de una camioneta en la que se fueron por el rumbo de Hueyitlalpan.
Ese día aproximadamente a las 2:30 de la tarde el comisariado y su hijo bajaban del cerro a donde fueron a cortar leña, y al pasar por el manantial de agua en el punto conocido como Almolonga fueron sometidos por los dos armados. Los apartaron del camino y los metieron a una tierra de labor cercada con postes y alambre de púas.
Ahí estaba trabajando el dueño al que amarraron y sometieron también. Después, por el camino bajó otro de los vecinos del pueblo y procedieron igual contra él.
Uno de los sobrevivientes contó que los hombres armados dijeron que venían de Apango y por órdenes “de la autoridad”.
Les dijeron también “que les habían pagado por las cabezas de Floriberto y Sabino (el líder y el comisario de Zotoltilán)”. El vecino contó que por medio del celular de uno de ellos estuvieron mandando mensajes a Floriberto para que se presentara con el comisario, sin explicarles para qué.
Floriberto contó que a esa hora él no se encontraba en el pueblo y que no alcanzó a recibir los mensajes.
La gente del pueblo se enteró que tenían sometidos a sus vecinos casi 2 horas después, y entonces por medio del aparato de sonido convocaron para que se armaran y se reunieran para ir a rescatar a sus vecinos.
Cuando la turba armada se acercaba al manantial los sicarios soltaron a dos y mataron al comisariado y a su hijo, después huyeron rumbo a la carretera que comunica a Hueyitlalpan en donde los encontró una camioneta, donde iban más hombres armados y se fueron con ellos.
En el lugar del doble crimen se encuentran las dos cruces separadas a unos seis metros una de otra. La del ex comisario está pegada a la malla anticiclónica que sirve de cerco al manantial de agua y a la tierra de labor donde los metieron, “aquí lo tenían amarrado esos cabrones”, -apuntó hacia el lugar uno de los vecinos-.
La cruz del joven de 18 años está al pie de un árbol de amate adentro, junto a una cerca de postes y alambre de púas, igual, dentro de la tierra barbechada.
El comisario Sabino Sevilla denunció que a 13 días del doble asesinato nadie ha ido a investigar el caso, y que la Secretaría de Seguridad Pública sólo envió una patrulla con siete elementos para resguardar la comunidad, “sólo hasta que sucedió eso se dieron cuenta de que es seria la amenaza”.
Mencionó que desde antes el pueblo ya había pedido la presencia de los militares y de los policías estatales, después de que el 22 de febrero entró un grupo armado que recorría las calles.
Sin embargo la ahora presidenta municipal con licencia, Felícitas Muñiz Gómez no dejó que vinieran los militares, y mal informó a las autoridades de que era mentira lo que estaba denunciando el pueblo, de que había gente armada.
“Aquí cuando sucedió eso (el asesinato del ex comisariado y su hijo) yo marqué a un teléfono que le quitaron a un compañero (de los que dejaron libres) y el que me contestó dijo que fueron enviados por ella, y me dejó el mensaje de que tenía un recadito para mí”.
El comisario dijo que “lamentablemente” no tiene certeza si en verdad iban por él y Floriberto Vidal, “pero el hecho allí está, hay dos muertos”.
Además los sobrevivientes aseguraron que los delincuentes llevaban una lista de gente de Zotoltitlán, “desconozco quiénes más están en la lista, pero los principales por quienes preguntaron fueron por el comisario y por Floriberto”.
Aclaró que por esos dos muertos la gente de su pueblo no está resentida con sus vecinos de Apango, “pero con la señora sí (la alcaldesa), por su negligencia, por el incumplimiento, y por su cargo que no pudo desempeñar”.
El comisario dijo que tienen indicios de que quienes mataron al ex comisariado y a su hijo son del mismo grupo que entró al pueblo desde el 22 de febrero, “son los mismos que cuando llegaron nos aseguraron que eran gente honrada y gente de bien, y para demostrarnos que son gente de bien nos dejaron los dos muertos y se llevaron una camioneta”.
Insistió en que el grupo armado apareció en el pueblo a partir de que llevaron un oficio al gobierno del estado, en el que pidieron que se cumpliera la minuta de acuerdos que firmaron en febrero del 2016 que contiene promesas de obras para el pueblo que no se han hecho.

 

Atacan y hieren a balazos a un dirigente de la comunidad de Zotoltitlan que iba en una Urvan en Apango y a una pasajera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La tarde de este jueves hombres armados atacaron e hirieron al líder de la comunidad de Zotoltitlán en el municipio de Mártir de Cuilapan (Apango), Floriberto Vidal Coxtle cuando se trasladaba en una Urvan del servicio de transporte público de Hueyitlalpan a su localidad.
El síndico de Mártir de Cuilapan, Benito Sánchez Ayala informó que el ataque ocurrió aproximadamente a las 4 y media de la tarde en la Loma del Pito en la carretera Hueyitlalpan-Zotoltitlán que está a unos 40 minutos de Apango, la cabecera municipal.
Informó que en la emboscada también resultó herida una anciana de aproximadamente 70 años de la que no se tuvieron mayores datos debido a que viajaba sola y no pudo proporcionar su identidad.
Vidal Coxtle tenía heridas en el pecho y en un brazo y primero fue llevado al centro de salud de Apango pero por la gravedad de sus lesiones fue trasladado escoltado por la Policía Estatal al hospital Raymundo Abarca Alarcón de Chilpancingo, informó el síndico.
Agregó que se desconoce la identidad y el número de los atacantes, fuentes policiacas informaron que en el parabrisas de la Urvan había 15 impactos de bala.
En la Urvan solamente viajaba Vidal Coxtle, la anciana y el chofer quien resultó ileso.
Floriberto Vidal es un líder natural de Zotoltitlán y ha encabezado el movimiento por la defensa de los manantiales de su comunidad en contra de los alcaldes de las distintas administraciones municipales que desvían el agua hacia la cabecera municipal.
En la actual administración Vidal Coxtle encabezó la suspensión del suministro de agua el año pasado debido a que según los habitantes de Zotoltitlán, la presidenta municipal de Movimiento Ciudadano, Felicitas Muñiz Gómez pretendía abrir un tercer pozo para llevar más agua a Apango, sin la autorización de los habitantes de la comunidad.
Desde la anterior administración del alcalde perredista, José Guadalupe Rivera, ha propuesto que las obras en esa comunidad se realicen mediante un comité conformado por habitantes del pueblo y no directamente por los alcaldes puesto que estos desvían los recursos.